Capítulo 1: Emociones Dispersas
Unos días después de la lucha con el Imperio.
Al ordenó a Brusch que informara sobre el movimiento del Imperio en Eshantel, mientras Jamka trabajaba en el fortalecimiento de las defensas de Althos para prepararse para una invasión. Por supuesto, Al tampoco perdía el tiempo. Ha estado encerrado en la recámara de su difunto padre desde el amanecer hasta el anochecer, buscando por todas partes cualquier información sobre el Rey Demonio. Desafortunadamente, sin ningún resultado que mostrar.
[Arghhhhh! Sabía que esto no sería fácil, pero vamos…!]
Se desplomó en la silla de su difunto padre y tiró el libro en un rincón de la habitación. Sus ojos se fijaron en los pocos rayos de luz que lograron penetrar a través de las cortinas corridas. Parece como si otro día hubiera amanecido sobre él.
[Incluso encontré la puerta oculta, pero todavía nada…]
Dejó escapar un suspiro de cansancio antes de volver a caer en un profundo pensamiento.
¿Cómo es que no he encontrado nada después de toda esta búsqueda? ¿Destruyó mi padre todos los documentos antes de su muerte? ¿O los escondió en algún otro lugar? ¿Pero dónde? No puedo pensar en otro lugar que no sea éste. El único lugar en el que no he buscado es el sótano… ¿Qué podría encontrar si vuelvo a bajar allí? No hay nada excepto la puerta que sella al Rey Demonio. No tiene sentido ir allí de nuevo.
Llegó a su conclusión.
[Tendré que preguntarle a Lilicia otra vez.]
Se susurró a sí mismo y se preparó para salir de la habitación. Los pasillos del castillo estaban pintados de naranja por los primeros rayos del sol que se asomaban por las ventanas. Tropezando en su camino hacia su oficina, llamó la atención de una sirvienta y le pidió que ordenara a Lilicia que fuera allí.
No había otra manera. Habían pasado algunos días desde su transformación, pero ella seguía trabajando como la sirvienta principal. Por supuesto, como ella es una súcubo, Al y su hermana —Cecilia— han considerado echarla del castillo, pero su falta de mano de obra era más preocupante que el objetivo de revivir al Rey Demonio que tenía Lilicia. Concluyeron que mantener a sus enemigos cerca sería una sabia decisión. Curiosamente, Lilicia también aceptó esa propuesta y juró absoluta lealtad a Al. Aunque la integridad de su declaración era cuestionable en el mejor de los casos. Debido a eso,
decidieron aplicar la habilidad única de Cecilia, ‘Atar’, y forzarla a no poder mentirle nunca a Al. Sin embargo, no pueden estar seguros de la efectividad de los hechizos contra una súcubo. Es una lástima que, por mucho que intentara ayudar, nunca pudieran confiar ciegamente en su palabra. Por eso, en vez de preguntarle directamente, Al decidió buscar en la recámara de su padre, pero…
[Oh Dios, te tomaste un tiempo.]
Perdido en sus pensamientos, Al no estaba exactamente corriendo a su oficina. Lilicia llegó antes que él y se estiró frente a la puerta mientras mostraba una sonrisa irónica.
[Ah, bueno… De todos modos, entremos.]
Esa sonrisa le recordaba los eventos que ocurrieron en el sótano, por lo que entró a su habitación un poco incómodo.
[¿Sólo somos nosotros dos, Su Majestad?]
Después de inclinarse respetuosamente ante Al, Lilicia lo siguió a la habitación. Ver su humilde actitud calmó un poco a Al, pero tal vez sólo estaba siendo ingenuo debido a su severa falta de sueño.
[Sí. De otro modo no dirías nada.]
[Oh, hablaría de cualquier cosa que quisieras. Excepto del Rey Demonio.]
Lilicia dijo con una sonrisa descarada. Ella estaba diciendo la verdad. Cada vez que Cecilia o cualquier otra Diva estaba cerca, ella esquivaba todas las preguntas sobre el Rey Demonio.
[Toma asiento.]
Al le ofreció el sofá mientras él mismo se sentaba en su escritorio. Si llegaba el momento, la gran espada que decoraba la pared estaría a su alcance. Lilicia vio fácilmente a través de sus intenciones y se puso de pie junto al sofá con una sonrisa aún más grande en su cara.
[No te preocupes, ya he mencionado que nunca pondría un dedo sobre el recipiente del Rey Demonio. Además, la habilidad ‘Atar’ de Lady Cecilia sigue activa.]
Lilicia dijo.
[Bien, entonces sentémonos aquí.]
De otra manera no llegaremos a ninguna parte.
Se armó de valor y se sentó.
Ahora, ¿Por dónde deberíamos empezar?
No se dijo ni una sola palabra durante unos segundos después de que se sentaron. Al estaba quemando sus neuronas, tratando de encontrar la pregunta adecuada.
[Oh Dios, ¿Por qué me miras tan intensamente? ¿Te ha encantado la belleza de tu sirvienta?]
Contrastando los nervios de Al, Lilicia se rio descuidadamente.
[Hehe, ahora entiendo por qué me invitaste sola a tus aposentos. ¿Podemos continuar donde lo dejamos la última vez?]
Inmediatamente se levantó del sofá y se deslizó en la cama sin dudarlo.
[No, lo siento, no te llamé aquí para hacer el tonto!]
[¿Quién está haciendo el tonto? Siempre estoy lista para usted, Su Majestad. Soy una súcubo, después de todo.]
Al se acercó a la cama para quitarla de ahí, pero comprendiendo la gravedad de la situación, Lilicia se puso de pie por sí misma, con una expresión decepcionada como siempre. O eso pensaba, pero su mirada de decepción se convirtió rápidamente en una mirada cautivadora.
[Ahí!]
Saltó sobre Al y lo empujó al sofá.
[Hey, ¿Qu—!? ¿Cómo es que eres tan fuerte!?]
[Soy una súcubo.]
Sin perder su encantadora sonrisa, se puso encima de Al antes de que lo notara.
[Entonces, ¿Qué deberíamos hacer?]
Sugestivamente se lamió las puntas de los dedos. Ese encanto inhumano embrujó a Al; su cuerpo se calentaba rápidamente y su mente privada de sueño estaba siendo sobrecargada por las sensaciones extremas.
Si no detengo esto ahora, las cosas se van a poner feas!
Al usó el rebote del sofá a su favor e hizo que Lilicia perdiera el equilibrio.
[Ahora!]
Cambió de posición con ella exitosamente.
[Qué asertivo de su parte, Su Majestad.]
Usando su uniforme de sirvienta, fue empujada a la cama por Al. Definitivamente estaría en una situación difícil si alguien los sorprendiera, pero no podía darse el lujo de preocuparse por esos detalles ahora.
[Lilicia. Cuéntame todo lo que sepas sobre el ‘Aumento Celestial’ y su relación con la derrota del Rey Demonio y las Divas.]
Al fue directo al grano.
[Haah… Qué cara y pregunta tan burda dada la situación.]
[Hey, ¿Cuál es tu problema con mi cara!?]
Colocada debajo de Al en el sofá, las mejillas de Lilicia estaban ligeramente sonrojadas, como si esperara algo completamente diferente.
[Aumento Celestial… Un aumento explosivo de poder mágico cuando la guadaña del Rey Demonio y las reliquias, así como los sentimientos del Rey Demonio y las Divas, se entrelazan y se potencian mutuamente.]
Pero de repente volvió al modo serio, se sentó y se inclinó cerca de Al, dejando sólo un par de pulgadas entre sus caras.
[Ahí♥]
Al se estremeció instintivamente, pero no pudo dejar de hacer que el apuro volviera a aparecer. Lilicia celebraba su victoria, mientras que Al se maldijo a sí mismo por bajar la guardia. Cuando se dio cuenta de que su cintura estaba atrapada bajo las piernas de Lilicia, su mitad inferior comenzó a retorcerse lascivamente. Sus muslos regordetes y la pequeña y delgada capa de tela que cubría sus partes femeninas y que se asomaban por debajo de su falda estaban tentando a Al a entrar en el tesoro de la naturaleza.
[Pero en este castillo, justo encima del santuario del Rey Demonio, la energía mágica aumentaría considerablemente incluso sin la guadaña.]
Ah, así que por eso Cecilia se volvió tan poderosa en ese entonces…
Mientras Al comenzaba a comprender los entresijos del ‘Aumento Celestial’, Lilicia deslizaba su cintura hacia arriba y hacia abajo en su regazo.
[H-Hey! Detente…]
Sabiendo muy bien que Al estaba luchando contra sus impulsos, Lilicia comenzó a desabrocharse la ropa de una manera lenta y burlona.
[¿Por qué? Nuestros sentimientos se entrelazan mejor cuando nuestros cuerpos hacen lo mismo, Su Majestad.]
Por más que se esforzara, Al no podía apartar sus ojos del pecho de Lilicia, tratando implacablemente de escapar de los confines de su ropa. Mientras él estaba ocupado tratando de escapar de los montículos embrujados, Lilicia se inclinó hacia adelante y lo miró con ojos llenos de lujuria. Al mismo tiempo, podía sentir sus pechos empujando contra su pecho. Su cabeza daba vueltas por la salvaje sensación; estaba a punto de perder el control de su ya vigorosa mitad inferior. Lilicia se adelantó para poner a prueba la determinación de Al.
[Sabes, el hecho de que ciertas partes del cuerpo se toquen e intercambien fluidos corporales cargados con magia funciona muy bien también. Por ejemplo, el intercambio de sangre, saliva, sudor o #$@& definitivamente desencadenaría un Aumento Celestial.]
[¿#$@&!? ¿Hablas en serio!?]
Ella no iría tan lejos… ¿Verdad?
Lilicia vio a Al tomar un enorme y nervioso trago.
[Cuanto más lo haces, los fluidos corporales mezclados… no, la energía mágica se hace más espesa, causando que el Aumento Celestial se haga más poderoso.]
Nadando en el placer, continuó compartiendo información valiosa.
Quiero saber más sobre el Aumento Celestial, pero esto es malo. Si no hago algo, me convertiré en su juguete.
Aún aturdido, volvió a abrazar a Lilicia para ponerse encima, pero…
[Shhh♥]
[Eep!]
Lilicia detuvo su plan maestro con un dulce y suave golpe en su oído.
[Su Majestad, ¿Cómo se supone que termine mi explicación si es tan contundente?]
Dijo sin dudarlo en absoluto. Para ser justos, tenía razón en cierto modo, pero ese no era el punto con el que Al esperaba tratar. Ya estaba cansado de lidiar con su ansioso libido, listo para apoderarse de todo su ser cada vez que Lilicia comenzaba a moverse encima de él, pero no era algo que él pudiera decirle directamente. Probablemente lo haría aún más sólo para burlarse del joven rey.
[Sí, tienes razón. Gracias, y siento haberte llamado aquí con tan poco tiempo de aviso. Ya puedes volver al trabajo.]
Por eso, decidió seguir una estrategia más fría, pero en lugar de seguirla, Lilicia empujó sus pechos que rebotan lascivamente y compartió un punto crítico en un tono seductor.
[¿Por qué la prisa? Hablé del Aumento Celestial, pero aún no he dicho ni una palabra sobre el Rey Demonio, ¿Verdad? Como que el sello se romperá en unos pocos años y tal.]
[Oh Dios, ¿No lo sabías? Cualquiera con el más mínimo don para la magia se habría dado cuenta por toda esa energía mágica que se filtra a través de la puerta.]
De repente se transformó en la misma zorra que engañó a Al en el sótano. Al claramente la encontró repugnante.
[¿Quieres saber cómo volver a aplicar el sello?]
Lo dijo en broma. Ella es como la encarnación del término jugando con fuego.
Quería decirle que haría algo al respecto y dejarlo así, pero basándose en los resultados de su búsqueda hasta ahora, sabía que no estaba en posición de negar información valiosa y, enfurruñado, la dejó continuar.
[Hehehe, te recompensaré por ser un chico bueno y honesto. Volver a aplicar el sello es bastante simple, todo lo que tienes que hacer es realizar el Aumento Celestial con las siete Divas.] (NT: O te coges a las 7 Divas o te vuelves emo.)
[Espera, ¿Tengo que hacer el Aumento Celestial con todas ellas?]
Ella asintió.
[Exactamente! El poder de las siete Divas, la fuerza de las Valkirias se acumulará dentro de ti, lo que fortalecerá el sello hasta el punto en que el Rey Demonio no podrá hacer nada!]
Seductoramente pasó sus dedos por el pecho de Al, mientras sus sandías maduras y zarandeantes lo hipnotizaban.
La anciana de la cantina desnuda, la barriga gorda de Dante…
Imaginó todo lo que se le ocurrió para resistir la tentación.
[Oh, y por favor, mantén esto en secreto de todas las Divas, incluyendo a Cecilia. Sería demasiado divertido si ellas— Ahem, influiría mucho en sus sentimientos si lo descubrieran.]
Espera, ¿Qué fue eso?
En un intento de hacerse la tonta, miró hacia otro lado y se llevó un dedo a los labios.
[¿Pero está bien si lo sé?]
Trató de atacar de nuevo, pero…
[Está completamente bien! No es que puedas controlar tus emociones de cualquier manera!]
[Ughhh!]
Recibió un contraataque.
[¿Hay algo más?]
Ella mordisqueó suavemente la oreja del joven rey. Viéndolo tenso por ello, Lilicia se rio.
[Uhhh… Hay una cosa más.]
Completamente derrotado, aún encontró un último punto de interés en lo que ella dijo.
[Eres una súcubo cuyo objetivo es revivir al Rey Demonio. ¿Por qué alguien en tu posición me diría la manera de detener todo eso?]
Se suponía que estaba trabajando en la resurrección del Rey Demonio, pero todo lo que dijo en esta habitación va en contra de ese objetivo.
[Dime, ¿Por qué?]
Preguntó con voz temblorosa. Y un momento después…
[Pffahahaha! ¿Por qué estás tan nervioso? No sabía que Su Majestad fuera tan miedoso!]
Estalló en lágrimas.
Por favor, por el amor de Dios… Se están sacudiendo demasiado!
Tal vez sintió de alguna manera los gritos desesperados de Al, mientras Lilicia se secaba las lágrimas y se calmaba un poco.
[Te dije que no pondría un dedo en el recipiente del Rey Demonio, y aún estoy bajo el hechizo de Cecilia.]
Ella no podía mentirle. Él lo sabía muy bien.
[Y no me malinterpretes, ayudarte ahora también ayuda al Rey Demonio. Si el sello se rompe antes de que el recipiente esté listo para recibirlo, el poder del Rey Demonio simplemente se desbordará.]
[¿Es así?]
[Oh, sí. ¿Alguna vez te he mentido?]
Dijo, sonriendo cuando vio que Al se había calmado un poco.
[Bueno, está el tema de que eres una súcubo y todo eso!]
[Te lo habría dicho si hubieras preguntado.]
Lilicia se infló las mejillas.
Habla de lógica inversa!
Al la miró fijamente.
[Y he estado disfrutando de los años que paso contigo y Cecilia, así que estoy pensando que podría esperar al siguiente recipiente para revivir al Rey Demonio.]
Al se quedó sin habla ante su linda y contenta sonrisa después de que de repente volviera a ponerse en el modo sirvienta. Lilicia se llevó lentamente un dedo a los labios y…
[No lo olvides, es un secreto!]
Luego, lentamente empujó su dedo contra los labios de Al, se bajó de él y salió de la habitación.
[Hey! Lilicia!]
Recordó una última cosa que quería preguntar, así que se sentó y la llamó.
[Habla, ¿Por qué no se cura el brazo de Jamka? Su cuerpo se recuperó completamente después de ser abierto por la guadaña.]
Cuando Jamka le mostró su lesión más tarde, no había ni un solo rasguño en el que se hubiera separado el brazo. Pero Cecilia dijo que su brazo comenzó a romperse frente a sus ojos.
[Me atrapaste. Tal vez tenga algo que ver con ese cristal rojo que Lesfina está estudiando. Pero lo más importante es que también intentes usar la cabeza a veces. Te aburrirás si todo lo que haces es hacer preguntas.]
Sin siquiera darse la vuelta para dar una respuesta, salió de la habitación. Al ni siquiera tuvo la fuerza para comentar su comportamiento grosero.
[Haaah. Dios, ¿Cuánto puedo confiar en ella?]
Limpiando el lugar donde Lilicia le tocó la boca, miró la puerta cerrada de la habitación vacía.
[Maldición, qué lugar tan sombrío.]
Al se limpió el sudor de su frente y entró en el oscuro pasillo. Se dirigía hacia el sótano, donde sólo los miembros de la familia real pueden entrar. Se sintió inclinado a visitarlo de nuevo después de su discusión con Lilicia.
[Realmente no quería venir, pero aquí estoy…]
Descubrir que la amable, maravillosa y confiable sirvienta que había estado a su lado desde que era un niño pequeño era una súcubo fue increíblemente difícil para el joven rey.
[Y ni siquiera es un rumor infundado, ella misma lo admitió.]
Recordar las últimas palabras de su charla le hizo estremecerse de asco. Luchando contra sus instintos, avanzó.
[Sólo estoy aquí para confirmar lo que dijo Lilicia, nada más. Hice el Aumento Celestial con Sharon, así que si lo que dijo es verdad, debería haber algún tipo de cambio aquí.]
Murmuró para sí mismo. Y luego…
[La puerta del sello.]
Suspiró, llegando a la gigantesca y negra puerta.
[¿Qué es…? No siento ni calor ni frío…]
Se había preparado para lo peor basándose en su visita anterior, pero no había nada. La magia que se filtraba por la puerta también había disminuido considerablemente.
[¿Estaba diciendo la verdad, lo que significa que el sello se ha hecho más fuerte?]
No hay signos de mareo o náuseas.
[No me acabo de acostumbrar a ello… ¿O sí? Quiero decir, soy el recipiente del Rey Demonio, así que puede ser que lo haya hecho, pero… nada en mí ha cambiado desde mi última visita.]
A pesar del tiempo que se tomó para deliberar sus opciones, la magia que se filtró por la puerta no tuvo ningún efecto en su cuerpo.
[Tal vez pueda… ¿Confiar en Lilicia después de todo?]
Con los ojos pegados a la puerta, murmuró en voz baja para sí mismo.
A la mañana siguiente, Al se despertó en su cama. El brillante sol que se asomaba a través de las cortinas indicaba otro día maravilloso. Pero por muy perfecto que fuera el tiempo, Al no se sentía a gusto, y sabía exactamente por qué. Su cabeza había estado dando vueltas desde la charla de ayer con Lilicia.
[Si no realizo el Aumento Celestial con las siete Divas, el Rey Demonio revivirá, ¿Huh? Tiene sentido, pero sigue siendo extraño… Aunque después de ver el sello por mí mismo, tengo que creerle por ahora. Aumento Celestial, huh…]
Estaba murmurando distraídamente para sí mismo.
[¿Te gustaría hacer el Aumento Celestial?]
[Ah no, no es que necesariamente quiera…]
Respondió honestamente a la repentina pregunta.
Espera, ¿He oído a alguien preguntarme eso?
Estaba seguro de haber oído una voz, pero su puerta estaba reforzada con docenas de hechizos defensivos. Actualmente, su habitación tenía mejores defensas que la tesorería real.
[Nhhhh!]
Al menos, se suponía que tenía mejores defensas.
No, no puede ser. No puede ser, ¿Podría?
Pero sus súplicas fueron…
[Tan esponjoso y cálido…]
Destruidas por la pequeña figura que acurrucaba en sus mantas junto a él.
[¿Por qué!? ¿Cómo!?]
Se dio la vuelta atónito…
[Buenos días, Al.]
Vio a Feena escondida bajo las mantas a su lado.
[Buenos días, Feena. ¿Qué te trae por aquí en esta maravillosa mañana? Sharon hizo algo similar no hace mucho tiempo, se cuela en el dormitorio de alguien mientras duerme, ¿Es una especie de costumbre en el extranjero?]
Lentamente, pero con seguridad estaba entrando en razón, pero aún estaba lejos de poder comprender su situación actual. Probablemente por eso empezó una conversación tan tranquila y normal.
[No, es diferente. Sharon estaba envuelta en cintas, pero yo llevo algo más.]
Entonces, ella dio el golpe final.
[Revelador pero sutil, una sola camisa blanca.]
[¿Qué hay de revelador y sutil en una camisa blanca? No lo entiendo.]
Al alejó las mantas mientras intentaba escapar de la atracción gravitatoria de su cama. Cuando se dio la vuelta, finalmente vio a Feena sentada en su cama, con una camisa blanca de gran tamaño. La camisa estaba desabrochada hasta el escote, revelando su piel cristalina y blanca como la nieve que avergüenza cualquier tela blanca, y sus elegantes y hermosos muslos se asomaban por la parte inferior de la camisa.
[E-Espera, literalmente no quisiste que decir nada más—]
[Yo. No. Dije~!]
Llevando sólo esa camisa blanca y tal vez un par de bragas, su piel blanca golpeó algo latente en el alma de Al, ya que se volvió incapaz de apartar sus ojos de la chica silenciosa.
[…]
Su corazón latió más fuerte que nunca. La encontró adorable, sin importar cuán molesto era esto. Últimamente, la forma en que ella siempre andaba de puntillas a su alrededor como un gatito se había vuelto más entrañable para él, y recientemente había sido capaz de leer los ligeros cambios en sus expresiones.
A pesar de que ella dijo varias veces que quería convertirlo en una marioneta con una expresión en blanco, todo lo que hizo fue increíblemente útil para Al. Puede que no tuviera una cálida sonrisa, pero en el fondo, era una chica amable. O eso creía él.
Espera, ¿Y si ya estoy bajo el hechizo que me convierte en su marioneta?
Pero rápidamente negó esa idea.
Después de todo, el sello del Rey Demonio niega cualquier ataque de una Diva.
Pero entonces, ¿Qué es este sentimiento? La última vez que sentí algo así fue cuando hice el Aumento Celestial con Sharon.
[Feena…]
Se tomó un gran trago de saliva en un intento de calmarse.
[Espera, no he terminado todavía!]
Ella confió demasiado en su aparentemente exitoso plan, así que tomo un cubo lleno de agua de Dios sabe dónde.
[Yyyyy…!]
*Salpicadura*!
Ella orgullosamente se lo echó en la cabeza.
[¿Qué demonios estás…?]
Al estaba estupefacto. Los contornos del cuerpo de Feena eran completamente visibles a través de la empapada camisa blanca, completamente transparente y delgada. No solo eso, sino que…
[Estoy sin ropa interior!]
Explicó jactanciosamente con un ligero toque color rosa en sus mejillas. Con sus exagerados niveles de provocación, ya estaba segura de su victoria. Era natural; con sus atractivas piernas blancas como la nieve y su camisa blanca transparente pegada a su piel, nadie podía culpar a Feena por proclamar su victoria. Eso era… si la mirabas.
[Entonces dime: ¿Por qué demonios empapas mi cama?]
La comprensión, apreciación y asombro previos por Feena se drenaron rápidamente de los ojos de Al mientras observaban el agua que goteaba silenciosamente desde su cama hasta el suelo.
Sin estar seguro de qué hacer con la cama empapada, miró a Feena, sin empatía ni aprecio.
[¿Por qué no saltas sobre mí, Al? Leí que los hombres son los más activos por la mañana — Achoo!]
Feena fue groseramente interrumpida por un estornudo.
[Heeeey, tuuuuu! ¿En qué estabas pensando? Te vas a resfriar si te empapas usando sólo una camisa fina!]
[Kyahh!]
De un solo golpe, la cubrió con una manta y la cargo.
[¿Al?]
Al miró a la chica confundida con una expresión ligeramente frustrada.
[Sólo quédate quieta por un momento!]
Pasó por el sofá y puso a Feena frente a la chimenea.
[Bola de fuego!]
Luego lanzó una pequeña bola de fuego a la chimenea, creando una pequeña llama que bailaba cálidamente.
[Quédate ahí hasta que tu ropa se seque!]
Dios, siempre es muy imprudente!
Se dio la vuelta y se dirigió a la cama con grandes y audibles pasos.
[¿Cómo puedo siquiera limpiar este desastre?]
Estaba parado y golpeando su sien, cuando…
[Déjame secarla.]
De repente sintió a Feena parada detrás de él.
[No, no te atrevas a lanzar una bola de fuego aquí. Toda la habitación se incendiará!]
Ostro una sonrisa engreída después de escuchar las quejas de Al.
[No soy idiota.]
Dijo eso cuando un viento suave comenzó a bailar a su alrededor.
[Vendaval del Diablo.]
El viento cálido rozó suavemente sus mejillas, pero entonces…
[Hey, sé que esto no quemará mi habitación hasta que esté crujiente, pero…]
La suave brisa se convirtió rápidamente en un viento furioso barrió la habitación.
[No te preocupes, yo — Ah!]
El fuerte viento la hizo atravesar la ventana antes de que pudiera terminar su frase, lo cual normalmente no sería un gran problema, pero resulta que están en el último piso del castillo.
[Feena!]
Al corrió a la ventana, pero…
[Estuvo cerca.]
Feena rápidamente lanzó ‘Levitar’ y aterrizó suavemente con la manta aún envuelta a su alrededor.
[… Al menos no está herida. Bueno, no pasara nada si me quedo aquí y estoy deprimido, así que es hora de hacer mi ejercicio matutino.]
Mirando alrededor de la habitación vacía y devastada, renunció completamente a limpiarla. Siguiendo el consejo que alguien le había dejado una vez, se cambió rápidamente su pijama y se fue a las puertas del castillo con su guadaña.
En el momento en que entró en el pasillo, Al se encontró con una sirvienta.
[B-Buenos días, Su Majestad!]
Se estremeció por un momento debido a la ominosa guadaña que llevaba Al, pero rápidamente se recuperó.
Siento como si estuviera alimentando de los rumores con esto.
Él le devolvió el saludo a medias, ya que estaba demasiado ocupado mirando la guadaña en su mano.
[…]
Parecía una simple y ordinaria guadaña.
[De cualquier manera, tengo que admitir que es un arma bastante útil.]
En una guerra normal entre humanos, habría hecho que Cecilia la sellara, pero era un arma inestimable cuando se trataba de salvar a la gente de las abominaciones. Ante una invasión del Imperio, definitivamente necesitarían usar esa guadaña. Pero el propio Al también tenía que hacerse más fuerte para poder cargar con sus sueños de proteger a su gente. Y la fuerza física no era la única área en la que tenía que mejorar. También tenía que forjar su voluntad si quería evitar que el Rey Demonio se apoderara de su cuerpo. Pero todo comenzaba con el dominio de esa guadaña.
Llegó a las puertas del castillo mientras reflexionaba sobre estas ideas. Fue el mismo lugar donde se reunieron con ese grasoso traficante de esclavos no hace mucho tiempo. El campo de entrenamiento estaba a la derecha de las puertas, aunque llamarlo así podría haber sido una exageración. Era una zona sencilla y llana, con un solo almacén para las espadas y un par de troncos para el entrenamiento. Incluso entonces, normalmente había bastantes personas entrenando allí por la tarde, pero no había nadie a quien ver a tan temprana hora, algo por lo que Al estaba increíblemente agradecido. No quería reforzar innecesariamente los rumores de que él era el Rey Demonio.
[Fuuu… Bien!]
Miró alrededor una vez más para confirmar que estaba solo.
[Haaa!]
Cortó hacia abajo con todas sus fuerzas, trazando el arco a partir de la técnica básica que Jamka le había enseñado. Había recibido entrenamiento con armas básicas en el pasado, pero raramente había usado una guadaña antes, por lo que sus habilidades no estaban a un nivel adecuado para el campo de batalla. Había engañado a la muerte durante su última batalla, pero no había garantía de que la suerte volviera a ponerse de su lado. Por ello, estaba entrenando tanto como podía.
[Haaa! Arghhh! Ughhh!]
Al principio estaba moviendo su guadaña con confianza, pero algunos pensamientos ociosos rápidamente nublaron su mente.
Tengo que hacer el ‘Aumento Celestial’ con las siete Divas, ¿Huh? Aumento Celestial… Ya lo hice con Sharon, así que sólo quedan seis…
La escena en la que hizo el Aumento Celestial con Sharon se reprodujo vívidamente en su mente, haciendo que la cara del joven rey se volviera roja en cuestión de segundos.
Tengo que hacer eso seis veces más…
[Arghhhh!]
Hizo girar la guadaña con todas sus fuerzas en un intento de ocultar su vergüenza. Terminar su ejercicio básico también ayudó a aclarar su mente.
[Fuuu… Pero no llegaré a ninguna parte si no hago nada, ¿Verdad?]
No podía confiar completamente en Lilicia, pero su instinto le decía que algo se estaba gestando, algo que podía tragarse todo el continente. Para alguien que no podía ni siquiera salvar a su propio país, pensar que podía cargar con el destino del mundo sería nada menos que una insolencia, pero aun así estaba haciendo todo lo que estaba a su alcance para evitar los peligros que acechaban en las sombras.
[N-No quiero hacer cosas lascivas con ellas, pero tengo que asegurarme de que Lilicia dice la verdad de alguna manera…]
[¿Qué? ¿Ya te estás tomando un descanso? No seas tan fácil de convencer.]
Una voz aguda respondió a su excusa. Era Sharon.
[H-Hey, Sharon. Es raro verte tan temprano…]
[S-Sí, por casualidad me he levantado temprano hoy.]
El par se saludó tímidamente, cada uno con su arma característica. Habían pasado unos días desde que habían realizado el Aumento Celestial, pero la atmósfera entre los dos no había mejorado en lo más mínimo. Ambos sabían que estaban exagerando, pero no podían hacer nada al respecto.
[A-Al, ¿Ya te has acostumbrado a la guadaña? Y-Yo podría ayudarte si quieres…]
Puede que hayan sabido que estaban equivocados, pero los sentimientos de una persona no cambian tan fácilmente. A pesar de eso, sin embargo, Sharon estaba visiblemente feliz de ofrecer su ayuda. Por lo menos, a juzgar por la mitad de su rostro, no se escondía en la vergüenza.
[U-Umm… ¿Podrías?]
Al respondió, con una mirada similar.
[Bien, en ese caso… Prepárate!]
Se fijó en su espada. Su anterior expresión tímida casi se había desvanecido. No es de extrañar que se la llamase la Diva de la Espada; su postura no dejaba nada que desear.
[Por favor, sé amable.]
Al agarró el mango de su guadaña también y tomó una postura de lucha.
[…]
Su intenso concurso de miradas terminó abruptamente cuando ambos desviaron sus miradas.
¿Qué demonios estoy haciendo!? ¿Cómo se supone que voy a entrenar mientras miro al suelo?
Se imaginó que su corazón acelerado podría deberse a su intenso entrenamiento de hace unos momentos, pero Sharon también estaba mirando al suelo con las mejillas sonrosadas.
[Esto es… no soy yo!]
Ella miró fijamente a Al, aparentemente disgustada.
[Al, no me estoy conteniendo. Prepárate!]
Sharon agarró su espada y se preparó para atacar.
[Haaaaaaaaa!]
Sólo quedaba polvo para indicar la posición de Sharon mientras que aparentemente se desvanecía en la nada con su carga.
[¿Qué…!? Gh, rghhh!]
Un momento después, reapareció frente a Al, lista para atacar. Un fuerte estruendo! le aseguró que de alguna manera había conseguido que la hoja estuviera a solo un cabello de distancia de decapitarlo.
[Qué demonios, es en serio—]
[Cállate y pelea!]
Se sonrojó y dio otro golpe.
[Espera, ¿No es esta tu movimiento asesino otra vez?]
[No, no puedo pensar con claridad si no hago ejercicio.]
[Dios ¿cuán problemática puedes ser?]
Mientras hacía la vista gorda a su propia contribución a la situación actual, insertó su propio pequeño comentario mientras frenaba los ataques implacables de Sharon. Por supuesto, él sabía que ella se estaba conteniendo; él habría probado la suciedad hace mucho tiempo si ella no lo estuviera.
[Hey, no seas flojo! Ponle ganas en esa defensa!]
Pero contenerse no la despojó de todo su poder. Un paso en falso y su espada rozó su mejilla. Sabía que nunca podría alcanzarla, pero su cuerpo se puso rígido cuando vio el rápido movimiento de la espada larga.
[No te pongas tenso! Tienes que ser más flexible cuando recibes un golpe!]
Ella le hizo una dura crítica.
[No tendrás tiempo para practicar durante una batalla!]
Tropezaba de vez en cuando, pero se las arreglaba para recibir los golpes de Sharon. Entonces, después de acostumbrarse a los patrones de ataque de Sharon, señaló el comienzo de su contraataque.
[Ahora! Whoaaa!]
[Esa es una apertura!]
*Golpe*
Pero se comió un golpe aplastante antes de que pudiera hacer algo.
[Gahhh!]
Por supuesto, la hoja no llegó a su cuerpo, pero la presión del golpe en sí fue suficiente para enviarlo rodando por el campo como un balón. Después de confirmar que Al estaba fuera de combate, Sharon soltó un orgulloso resoplido y sonrió con suficiencia.
[Todavía tienes mucho por hacer.]
Pero cuando se acercó a Al, su sonrisa se desvaneció. Era raro que tuviera una expresión seria, pero esta fue una de esas veces.
[De todos modos, ¿Qué piensas?]
Le preguntó al joven rey, que estaba tratando de levantarse del suelo.
[¿Huh? ¿Sobre qué?]
Sharon pregunto algo completamente ajeno al momento; dejar a Al sin palabras se había convertido en una especie de broma entre los dos. Y como de costumbre, inclinó su cabeza confundido.
[Sabes… sobre mí, umm… De que he sido una esclava!]
Cerró los ojos y se puso firme como si hubiera tomado una decisión sobre algo.
[¿Huh?]
No entendí nada con eso… ¿De qué demonios está hablando?
[Vamos, di algo!]
Sharon le rechinó los dientes a Al, quien había renunciado a tratar de entender el significado de sus crípticas palabras.
[Soy una Diva, pero solía ser una esclava! Es, umm… No sería extraño si me metieras a la cárcel y me volvieras a esclavizar!]
El dolor estaba esparcido por su cara. Tenía razón, Al tendría una carta de triunfo diplomático contra Freiya si los descubría mintiendo enviando una esclava en lugar de una princesa como habían prometido. Pero entonces Sharon sería despreciada por ambos países, así que ya tenía su respuesta.
[De ninguna manera haría eso. Aunque has sido bastante dura, también me has ayudado mucho… y meter a una antigua esclava en la cárcel iría en contra de todo lo que represento.]
Hinchó el pecho después de decir lo que era obvio para él.
[Uh-Huh, ya veo…]
Debió esperarlo, ya que no se sorprendió mucho. No sólo eso, incluso dobló las preguntas.
[Al… ¿Vas a ser feliz una vez que liberes a los esclavos?]
Ya ha escuchado esta pregunta antes. Era un tonto en ese entonces, un rey ingenuo que no sabía nada del mundo. Puede que todavía fuera así, pero Al quería creer que había salido de eso, o dio sus pensamientos honestos sobre el asunto.
[No sé qué es lo correcto, o si me haría feliz. Lo importante es que quiero hacerlo.]
[Que quieres hacerlo, ¿Huh…?]
Sharon lo miró perpleja.
[Vive tu vida como te parezca. Si las personas todavía están dispuestas a seguirte, entonces tienes las cualidades de un gran líder.]
Hace mucho, mucho tiempo, el difunto rey le dijo estas palabras.
[Así que seguiré liberando esclavos, pero me he despedido de mis imprudentes costumbres. Quiero mostrarles cómo llevar una vida feliz y satisfactoria y construir mi país en un lugar donde todos puedan tener una oportunidad de libertad. Aún no estamos cerca de lograrlo, pero un día convertiré este país en un refugio seguro para los desdichados.]
Se abrió completamente a Sharon.
[No te atasques en detalles sin sentido, haz lo que creas. No tienes nada de qué preocuparte, estaré ahí para llevar esa carga contigo si alguna vez te quedas atascado.]
[Hehe, qué generoso de tu parte.]
Le respondió a Al con una sonrisa amable.
[Sí. Sabes, mi padre siempre solía decir, ‘Si te dan un puñetazo, devuélveselo con el doble de fuerza, pero si alguien te hace un favor, devuélveselo diez veces más’.]
Al dijo eso llevado por la situación.
[¿En serio? Entonces me debes veinte favores en total, ¿Verdad?]
[Hey, ¿por qué agregaste otro? ¿Huh? ¿Estás bien?]
Quiso dar una respuesta graciosa, pero la sonrisa de Sharon se borró de su cara.
[Al. ¿Sabes que tenía otra razón para venir aquí además de asesinarte?]
Su repentino cambio de tono y sus poderosos ojos dejarían a cualquiera congelado en su lugar.
[Antes mencionaste el uso de mi posición.]
[Sí. Usaré tu país para aplastar a ese tonto sentado en el trono de Freiyan y salvar a mis amigos que han caído en la esclavitud!]
Al no pudo evitar reírse después de oír esa ridícula declaración. Sabía muy bien que no tenían ninguna posibilidad contra esa superpotencia. Pero los ojos inquebrantables de Sharon no permitían tal falta de respeto, y Al lo sabía. Mientras estaba parado ahí completamente estupefacto, Sharon sonrió suavemente.
[Aunque tu país tendrá que fortalecerse antes de que podamos hacer algo al respecto. Y si ves que mi plan va en contra de todo lo que defiendes, siéntete libre de meterme en la cárcel!]
Ella desafió casualmente sus ideales mientras seguía llevando la misma sonrisa gentil. Al intentaba elegir sus palabras con cuidado, pero se rindió. No había necesidad de andar con rodeos alrededor de alguien que compartía sus sentimientos más profundos.
[Bueno, ya he dicho que llevaré esa carga contigo, y no te voy a meter en la cárcel.]
[¿Qué pasa con esa respuesta a medias? Al menos dime que sacrificarías tu vida por mi sueño o algo así!]
Ella respondió con un comentario grosero, que no le es desconocido a Al. Pero Al sabía que Sharon estaba bromeando mientras le robaba juguetonamente una mirada a su cara.
[Bueno, creo que deberías seguir haciendo lo que estás haciendo.]
Dijo bromeando.
[Aunque si sigues comiendo tanto, no hay forma de que entres en nuestras celd—]
*Wham!*
[Gahh!]
Sharon parecía nerviosa, pero los crudos comentarios de Al fueron recibidos con un golpe de su espada.
[Dios, nunca sabes cuándo callarte, ¿Verdad? Pero gracias.]
Sus últimas palabras no llegaron a los oídos de Al, ya que una vez más se encontró cayendo al suelo.
[Entonces, ¿Puedo quedarme en el castillo?]
Ella lo miraba atentamente, buscando una confirmación.
[Ow, ow, ow… Claro que sí! Más importante aún, ¿Golpear a alguien con una espada larga es tu forma de mostrar gratitud?]
[Hehehe, sí, lo es, así que no me digas ‘Ow’.]
[¿Qué significa eso?]
Sharon ignoró completamente al rey furioso y se acercó a él despreocupadamente.
[Oh Dios, estás cubierto de barro!]
[¿Y de quién es la culpa?]
Sharon soltó una risa sincera.
[Ve y límpiate antes del desayuno! No sobrevivirás a nuestra próxima sesión de entrenamiento si te atreves a echar barro en mi deliciosa comida, ¿Entendido?]
¿Por qué la persona que me hizo caer en el barro me regaña ahora?
[Y…]
Oh, genial, no ha terminado todavía.
[Ahora que estamos aquí, déjame aclarar algo. En aquel entonces yo… Umm… Lo que pasó no significa que te amo! Estabas llorando desconsoladamente, así que no tuve elección; estaba básicamente acorralada. Quería consolarte y fue un servicio especial de una sola vez de mi parte! Así que no pienses en nosotros como amantes o algo así!]
Lo soltó todo de una sola vez. Al mostró una sonrisa irónica, sintiéndose algo mal por Sharon.
[No te preocupes, lo sé. Estoy muy agradecido de que me hayas ayudado a proteger a mi gente y eso es todo. El beso no contó, y no somos amantes. ¿Estamos de acuerdo?]
[No, quiero decir, no tienes que negarlo como si fueras falsamente acusado de asesinato…]
Pero tú hiciste lo mismo, ¿Cierto? ¿Por qué te ves tan triste de repente? ¿Qué debería haber dicho?
Puede que se haya quejado por dentro, pero quería poner una sonrisa en la cara de la chica, así que trató de hablar para solucionarlo.
[No te preocupes… sólo piensa en ello como algo mundano, como confundir la sal con el azúcar, y olvídalo. Lo borraré de mi memoria también.]
Su cuerpo aún recordaba débilmente esa sensación de éxtasis, pero creía que era una secuela del Aumento Celestial. Al estaba seguro de que Sharon sentía lo mismo y que aceptaría su propuesta.
[Tú… idiota!]
Ni siquiera podía gritar, reprendiendo a Al con una voz fina y aguda. Pero, aun así, sus palabras atravesaron su alma.
[Hey, ¿Por qué te enfadas? Deberías—]
[Cállate, gran tonto! Ve a bañarte ya, apestas!]
Trató de luchar contra el dolor de su alma hablando con Sharon, pero ella lo empujó hacia la puerta, cortándole el paso.
[Está bien, iré a bañarme si es lo que quieres! Dios…]
No podrían tener una discusión pacífica como esta, así que él hizo lo que ella pidió.
[Yo… nunca lo olvidaré.]
Mirando la espalda de Al, Sharon se susurró a sí misma.
[¿Hm? ¿Dijiste algo?]
[Nada, idiota!]
Al preguntó en respuesta, pero fue empujado instantáneamente.
Está roja como la remolacha, debe estar echando humo.
Al no quería enfadarla más, así que entró de mala gana al castillo a pesar de sentir que le faltaba algo. Su intercambio terminó allí, sin que ninguno de los dos notara la presencia de la chica de cabello azul que los observaba…
En el momento en que entró en el castillo, vio a Jamka, mirando fijamente un trozo de papel.
[¿Qué estás haciendo?]
Al planeaba escabullirse antes de que Jamka pudiera quejarse con él, pero la mirada ansiosa de Jamka le obligó a iniciar una discusión.
[¿Por qué estás escondido en este rincón? ¿Alguien te ha echado o algo así?]
Le preocupaba que el personal lo intimidara por ser un supuesto ‘traidor’, pero…
[No digas algo tan cruel en el momento en que nos encontramos! Y sabes que todos decían: ‘Sí, no te culpo. Si descubriera que el rey al que he estado sirviendo con todo lo que tengo es un mocoso malcriado y que ahora se rumorea que es el mismísimo Rey Demonio, también querría huir!’. ¿Por qué esta gente querría ahuyentarme, ¿Huh?]
Lo regañaron. Al hizo una nota mental para preguntar quién lo dijo exactamente, mientras Jamka sonreía amistosamente.
[Aunque suene como una suegra molesta, sé que sólo estás preocupado por mí. Lo siento.]
Pero su amable sonrisa no pudo engañar a Al. Jamka obviamente intentaba ocultar el documento que acababa de leer.
[Entiendo. Bueno, avísame si pasa algo.]
Al actuó como si no viera nada, y casualmente pasó por delante de Jamka, pero entonces…
[¿Y qué demonios es esto?]
En el momento en que pasó por detrás de Jamka le quito el documento.
[Ah! Hey, espera, eso… no es lo que parece! Me lo dio Lady Cecilia…]
Jamka trató de inventar una excusa en el acto.
[¿De mi hermana?]
Jamka raramente se ponía nervioso, así que Al lo encontró increíblemente sospechoso. Rápidamente revisó el documento en sus manos.
[Un proyecto de ley para permitir el matrimonio entre hermanos, padres e hijos y hombres y mujeres de todas las edades!]
Al leyó el escandaloso título.
[Haah… Dios, ¿Qué demonios, Cecilia…?]
Sintió que su mente se entumecía mientras dejaba escapar un suspiro de agotamiento.
[De todos modos, le daré esto yo mismo. Ya tienes suficiente en tu plato, no te dejes atrapar por sus ideas salvajes.]
[Tienes razón, pero recibí esto de ella personalmente, así que debería ser yo quien lo llevara de vuelta!]
Al no pudo evitar poner una sonrisa irónica al ver la absoluta lealtad de Jamka.
[Está bien. Déjame ayudarte de vez en cuando.]
[E-Entiendo, entonces… Gracias…]
Jamka se alejó, aparentemente abatido.
Actuaba de forma muy parecida cuando eso ocurrió…
Al recordó los eventos que llevaron a la deserción de Jamka. Rápidamente corrió tras su viejo amigo, pero…
[Haah, ahí va la boda de Brusch…]
Apenas captó ese tranquilo y cuidadoso susurro. Se detuvo en su camino.
[Qué maldita broma!]
Destruyó agresivamente el documento que tenía en la mano y se dirigió al gran baño.
[Haah, finalmente. Tardé un poco en llegar aquí.]
Al todavía tenía tiempo antes del desayuno, pero por alguna razón, le molestaba el tiempo que había perdido con Jamka.
¿Qué debería hacer con él?
La rabia se acumuló dentro de él, abrió las puertas del gran baño.
[Bien, al menos esta libre.]
Se asomó a la bañera. La bañera gigante, con capacidad para veinte personas, llenó la habitación con un vapor espeso y caliente. Examinó cuidadosamente la enorme bañera, unas cuatro veces más grande que la habitación de Al,
pero ni siquiera podía ver la punta de su nariz a través del grueso vapor.
[Ya he tratado con nuestra residente maníaca asesina, así que creo que puedo entrar con seguridad.]
Diciendo eso, se envolvió una toalla alrededor de la cintura y entró en la bañera. Quería saltar a la bañera inmediatamente, pero hacerlo cubierto de barro sería bastante grosero. Llenó un cubo en el suelo con agua y se la echó en la cabeza.
[Ouch, ow…]
El agua caliente invadió un rasguño al azar en su cuerpo.
[Ni siquiera pude lanzar un contraataque…]
Rozando el rasguño con su dedo, hundió su cuerpo en el agua. Cerró los ojos y se relajó en el fondo de la bañera.
[Ahhh! Esto es lo que he estado esperando todo el día!]
Apretó el puño con felicidad. Althos no era un país rico en absoluto, pero en otros países, ni siquiera la realeza podía permitirse empaparse en tanta agua caliente. Pero Althos era diferente. Fue elegido como lugar de descanso del Rey Demonio por la inmensa energía mágica que corría bajo tierra. Esa energía fortaleció el sello, pero también proporcionó numerosos beneficios a sus residentes. Uno de esos beneficios fue el agua. La energía mágica purificó los arroyos subterráneos, permitiéndole brotar sobre la tierra como agua caliente, proporcionando a los residentes acceso a agua caliente en cualquier momento.
[Haah~, ¿Así es como se siente el cielo?]
Se lavó la cara y miró fijamente hacia adelante. Pero de repente, vio una sombra ominosa nadando en la superficie del agua.
[Pensé que Sharon había terminado con esto… ¿Es un nuevo asesino?]
Miró fijamente a la sombra, furioso en su interior porque su tiempo de calidad se había arruinado. Balanceándose en la superficie, se acercaba lentamente a Al. Al se levantó con cuidado y agarró la única arma a su alcance: un cubo de madera. Y entonces…
[¿Qu—?]
Se quedó sin palabras cuando finalmente vio la figura que proyectaba la sombra. Era nada menos que Feena, completamente desnuda.
[¿Huhh? F-Fee— ¿Qué? ¿Por qué?]
Debido al cambio repentino de una relajación completa a una situación que parece amenazar su vida, perdió la capacidad de formar una frase coherente.
[No puedo ver nada con todo este vapor. No puedo ver su hermosa y clara piel que se vuelve lentamente ligeramente rojiza!]
Susurró como si estuviera rezando a los dioses. Evitar su mirada ni siquiera se le pasó por la mente dado su estupor.
Está desnuda!
Algo comenzó a hincharse sobre, o para ser más precisos, en Al, demostrando que aún era un joven saludable.
[Ahh!]
Al se hundió rápidamente en el agua para ocultar su abultada hombría.
[Al, es grosero entrar en la bañera con la toalla envuelta a tu alrededor.]
[¿Y cómo no es grosero que nos bañemos al mismo tiempo, huh!?]
Se alabó a sí mismo por formular una respuesta en esta situación.
[Es normal para una pareja casada.]
Pero a la Diva de cabello azul no le afectó en absoluto. Al contrario…
[Al, déjame lavarte la espalda. Entonces te lavaré tu #$@& con mi &#*@&$. Incluso limpiaré tu %#&@$, así que por favor…]
En el momento en que terminó su innecesariamente detallado plan…
*Splash!*
Estaba bastante temblorosa cuando se dirigió a Al, pero se desplomó en el agua. Se hundió como una piedra; sólo se podía oír el burbujeo del agua detrás de ella.
Uno… dos…
*Blub*
Su espalda rosada flotaba sobre el agua, pero el resto de su cuerpo seguía con los peces.
[¿Eh!? Hey! ¿Estás bien? Deja de hacer tonterías o te ahogarás…]
Corrió hacia Feena, pero se detuvo de repente.
No puedo tocarla así.
Si él tocaba a Feena directamente, ella sería alcanzada por la lujuria — el Aumento Celestial.
Espera, esta podría ser mi oportunidad. Si no activo el Aumento Celestial con las siete Divas, el Rey Demonio será liberado.
Repitió las palabras de Lilicia.
[Encargándome de Feena aquí mismo… quedarían cinco, ¿Huh?]
Contempló, pero Al aún no estaba seguro de poder confiar en Lilicia.
Oh, y no tenemos la guadaña o su reliquia aquí…
Entonces recordó que no era el momento de reflexionar sobre estos temas.
[De todos modos, esto no está bien. Puedo tirar mi orgullo, junto con mi sueño, a la basura si hago el Aumento Celestial con una chica inconsciente!]
Aunque ahora que lo pienso, estamos los dos desnudos en una habitación cerrada… Esto es malo.
No sólo la situación con la chica ahogándose era horrible, sino que su autocontrol, que se desvanecía lentamente, le preocupaba tanto como ella.
[Mierda… Pero tengo que hacer algo…]
La Diva de Subdera se ahogó en la bañera de Althos. Aunque eso fuera cierto, nadie creería una afirmación tan ridícula. Al se decidió, se quitó la toalla de la cintura y se acercó a Feena…
… Mientras mantenía los ojos cerrados. Luego, en el momento en que trató de envolverla con la toalla y cargarla…
*Splash!*
Feena levantó repentinamente su cabeza fuera del agua. Al abrió los ojos ante el sonido de la salpicadura, sólo para encontrarse con su hermosa piel blanca como la nieve reflejada por el agua caliente de la bañera, junto con sus sorprendentes y modestos montículos.
[Pwah! Al… fuiste tan lento… Tuve que venir… a retroceder… Casi me ahogo allí…!]
Lo que vio fue a Al parado ahí como una especie de estatua antigua en toda su gloria varonil… o eso imaginó. Lo que no se dio cuenta es que la cabeza de la chica estaba justo al nivel de su cintura, y sus ojos estaban pegados a algo suyo. Sus mejillas estaban cada vez más ruborizadas por segundo.
[Qué asertivo de tu parte… ¿Pero no crees que es demasiado pronto?]
Feena debió sentirse avergonzada; estaba inquieta y se cubría los ojos con las manos.
Sin embargo, Al no tuvo tiempo de preocuparse por eso.
[No, espera! Quería salvar—]
Rápidamente negó la acusación más atroz, pero…
[Al, ¿Querías atarme las manos con esa toalla y convertirme en tu juguete?]
[No, ¿Qué? Si te tocara directamente, te superaría la lujuria, ¿Recuerdas?]
[Te gusto tanto que quieres hacer el Aumento Celestial… Gracias…]
Sus delirios se descontrolaban y sus mejillas se volvían cada vez más rojas, hasta que una vez más se hundió en el agua.
[Blub!]
[Hey, Feena!]
Rápidamente envolvió a Feena con la toalla y la sacó del baño. Finalmente tuvo tiempo de dar un suspiro de alivio, pero…
*Sed de sangre*
[Oh Dios, qué casualidad encontrarte aquí. Déjame lavar tu—]
[Ahh, Cecilia! ¿Qué estás—?]
La puerta del baño se abrió de golpe, y su sonido resonó por toda la habitación. Cecilia y Sharon entraron en el baño. No tenía ni idea de por qué habían aparecido, pero no podía preocuparse por eso. La razón de su llegada era menos que trivial. El verdadero problema era dónde estaban mirando.
[[…]]
Desde su punto de vista, podría parecer que Al había atacado a la completamente desnuda Feena. No, no ‘podría parecer’. Definitivamente se veía así.
[N-No, todo esto es un malentendido! Puedo explicarlo—]
Justo cuando estaba a punto de comenzar su explicación, la Diva de Cabello azul recuperó la conciencia.
[Eres tan grande… Fue increíble…]
Incluso sus monólogos ilusorios lo acorralaban.
[Hey, no murmures algo tan incriminatorio!]
Luego, una vez más cerró los ojos.
[No te desmayes cuando te necesito! Diles que soy inocente…]
[…]
Pero dormía profundamente, como si se hubiera arrastrado a su cómoda cama después de una deliciosa y cálida comida en una fría noche de invierno. Y así, Al se quedó pensando en cómo podría escapar de la situación en la que se encontraba.
[O-Oh mi… ¿Te importaría explicar lo que ha pasado?]
[Cerdo! ¿Qué tan bajo puedes llegar!?]
Estaba seguro de que la mirada de Cecilia iba a atravesar su alma, mientras que Sharon le dio su flamante y bastante deshonroso título: ‘Cerdo’.
[Fuuu… Se lo ruego, si hay alguien ahí fuera, sálveme!]
Juntó las manos y suplicó mirando al techo.
▼▼▼▼
[¿A-Alnoa?]
Brusch corrió enérgicamente a la oficina de Al como lo hacía habitualmente, pero el estado de las cosas parece que la conmocionó hasta la médula. Feena estaba durmiendo en la cama de un rincón de la habitación, lo que no puede decirse que sea algo fuera de lo común. Sin embargo, Cecilia estaba sentada en el sofá, irradiando un aura casi palpable, vil y venenosa desde detrás de su sonrisa inquebrantable. A su lado estaba Sharon, cuya expresión no era para que la vieran los débiles de corazón, y delante de ellas, el blanco de sus mortíferas miradas, estaba el supuesto líder del país, encogido de miedo. Brusch era incapaz de comprender lo que ella estaba viendo. Ni siquiera la miraban cuando entraba en la habitación.
[Te dije que fueras al baño a calentarte, pero no quise decir que te pusieras a calentarte con Feena, ¿Verdad?]
Sharon dijo con firmeza.
[Pero yo no—]
[Oh, Dios, lo sé, lo sé! Simplemente quedaste atrapado en el momento! ¿No es así?]
Cecilia interrumpió a Al con algo que una madre diría en defensa de su hijo que fue atrapado robando en una tienda, todo el tiempo con su encantadora sonrisa. Aunque la mirada en sus ojos era más siniestra que nada…
[Umm… Alnoa…]
Brusch dijo tímidamente en la atmósfera tensa.
[Espero que sea algo importante; no es el momento de que alguna candidata a matrimonio temporal nos interrumpa!]
Sharon la atacó.
[No es ‘temporal’! Soy una candidata válida y fuerte!]
Pero Brusch no era una pequeña niña energética común y corriente. Se enorgullecía de ser la jefa de la agencia de inteligencia, y la candidata a casarse con Alnoa, así que inició un intenso despegue.
[¿Huhhh!?]
[¿Qué dijiste?]
Se miraban la una a la otra como perros rabiosos, esperando la señal para empezar la pelea.
[Entonces, ¿Por qué estás aquí?]
Parecía imposible al principio, pero Sharon finalmente cedió y le preguntó.
[No lo diré! Soy la subordinada de Alnoa y candidata a matrimonio, así que le daré mi informe directamente a él y a nadie más!]
Pero parecía que el comentario anterior de Sharon le había afectado, ya que se alejó de ella con un mohín.
[¿Qué pasó, Brusch?]
No iban a llegar a ninguna parte así, así que Al decidió romper el hielo.
[Ah, sí, escucha esto! Nuestros soldados que salieron a investigar el área que rodea a Eshantel informaron que un barco planea salir de Eshantel hacia el Imperio en sólo unos días, y está lleno hasta los topes de prisioneros de guerra.]
[¿Por qué esperaste para decirme algo tan crítico?]
[El que me llame ‘temporal’ es igual de crítico!]
Al simplemente se dio un golpecito en la sien al oír la orgullosa declaración de Brusch.
[Nhhh… Muy ruidoso…]
Feena, todavía en la cama, se despertó.
Creo que… que estaba…
Se dio la vuelta y enterró su cara en la almohada mientras intentaba arreglar la situación.
[El olor de Al… Esta es la cama de Al!]
Pero se desvió al frotar su cara contra la almohada.
[Umm, eso es un poco embarazoso, así que ¿Podrías parar?]
Entonces vio a Al por el rabillo del ojo, e instantáneamente levantó la cabeza de su almohada.
[…]
Detenida por el mismo Al en un momento tan feliz, hizo un puchero antes de pasar a evaluar la situación.
[Espera… Estaba en la gran bañera lista para tenderle una emboscada a Al, entonces él… ¿Se me echó encima?]
Dejó caer esa bomba como si no fuera nada. Al podía sentir las miradas que atravesaban su cuerpo desde atrás.
[No lo hice! No empeores la situación para mí! ¿Qu-Qué pasa ahora? ¿Qué pasa con esos ojos de cachorro!?]
Mientras intentaba soportar las miradas ardientes dirigidas a su espalda, miró a Feena, rogando desesperadamente por algo de ayuda. Pero la expresión de Feena se volvió más sombría que nunca.
[¿Por qué no me escuchas?]
Ella dijo de la nada.
[Espera, ¿Qué? ¿Te duele el estómago o algo así?]
La expresión de Feena cuando estaba al borde de las lágrimas borró las insufribles miradas que atravesaban la espalda de Al. Le preocupaba que la chica se sintiera seriamente mal después de colapsar en el gran baño. Viendo que la preocupación genuina se extendía por la cara de Al, Feena se sonrojó y empezó a hablar lentamente.
[Kanon es un buen amigo mío, así que quiero asegurarme de que él y su gente están bien con mis propios ojos. Pero me estoy quedando aquí como tu candidata a novia, así que no puedo salir sola cuando quiera…]
Al trató de recordar toda la información que sabía sobre Kanon. Era el Inquisidor de Eshantel y se rumoreaba que ocupaba el lugar y el poder de la anterior Diva, que había encontrado una muerte súbita. También se rumoreaba que era todo un espectáculo.
¿Por qué se conocen?
Después de revelar una información bastante inesperada, volvió a esconder su cara en la almohada de Al como si estuviera avergonzada por algo, aunque no estaba claro qué la ponía exactamente nerviosa. Al no podía entender cómo pudo deslizarse en su cama y tratar de emboscarlo en el baño si ahora le resultaba embarazosa su mirada, pero al menos entendía por qué Feena se abría a él ahora.
[¿Por qué no empezaste con eso? ¿Te parezco tan nervioso?]
Feena sacó la cabeza de la almohada y la sacudió.
Si cree que lo soy, ¿Por qué abordaría esta situación de manera tan indirecta?
Al intentaba entender el hilo de pensamiento de Feena, pero…
[He leído que… es mucho más fácil conseguir lo que quieres… después del sexo.]
Después de pensarlo un poco, Feena murmuró su respuesta. No se equivocó, pero su respuesta, que le enrojeció el oído, se sintió como un cuchillo atravesando el corazón de Al.
Espera, ¿Estoy celoso porque le tiene cariño a otro hombre?
La cabeza de Al estaba llena de todos los casos en los que dijo que un día se convertiría en su marioneta.
Lo dijo desde el momento en que nos conocimos. Soy un tonto por pensar que ella simplemente estaba siendo amable conmigo todo este tiempo…
Feena miraba en silencio a Al.
Sí… Todo ha ido según su plan, pero al mismo tiempo… se lo debo.
Pensó para sí mismo antes de dirigirse a Feena con una cálida sonrisa.
[No tienes que andar con rodeos después de todo lo que has hecho por mí. Con gusto te echaré una mano.]
Dijo tan alegremente como pudo para enmascarar sus pensamientos internos.
[Al… Gracias.]
Miró a Al como si fuera su salvador y asintió con fuerza.
[¿Hm? ¿Dijiste algo?]
[Sí. Ya que me ayudarás a salvar a Kanon y a las personas de Eshantel, me parece bien continuar donde lo dejamos.]
[Dime, ¿Por qué intentas hacer esto aún más difícil para mí?]
Cuando Al respondió…
[Oh, por favor no te adelantes tanto, Lesfina. Y Al, tengo algo que discutir contigo.]
Cecilia agarró el cuello de Al con una sonrisa más fría que el punto más septentrional del Ártico.
[Cecilia, ¿Puedo unirme a ti también?]
Sharon agarró el cuello de Al también, con una mirada igualmente fría.
[¿Eh? ¿Qué? ¿Cecilia? ¿Sharon? Saben que no hice nada, ¿Verdad? Esto no tiene nada que ver— ¿Eh? ¿Ehhh!?]
Desprovistas de toda lógica o sofisma, las dos chicas sacaron al joven rey de su habitación.
[Gracias, Al.]
Feena, que normalmente se apresuraba a ayudar a Al, ahora simplemente los veía irse, uniendo sus manos como si rezara por su seguridad.
▼▼▼▼
[Haah, esto fue horrible.]
Durante la última hora, había estado atrapado entre su hermana sobreprotectora y Sharon, la guardia de seguridad que atrapó al travieso Al robando en la tienda. Puede que sólo haya pasado una hora, pero se sentía como una eternidad para él.
[Vamos, saben que estoy ocupado…]
La Diva de cabello azul lo miraba desde la esquina del pasillo que lleva a su oficina mientras se quejaba a sí mismo.
[Oh, Feena. ¿Estás bien?]
Como siempre, permaneció en silencio, pero, aun así, parecía genuinamente feliz por Al. Aunque en realidad, alguien con el poder de las Valkirias no estaría inconsciente mucho tiempo después de haberse mareado en el baño. Pero incluso entonces, Al se sintió aliviado al verla de pie otra vez. Habría sido un problema si hubiera estado postrada en la cama durante días, ya que tenían algunas cosas que discutir.
[Feena. Según Brusch, los prisioneros de guerra de Eshantel serán enviados al Imperio en un par de días.]
Trató de ser lo más claro y directo posible.
¿Qué? Entonces tenemos que darnos prisa.]
Levantó la mano para calmarla.
[Sí, ya estamos haciendo los preparativos. Tardaremos un poco hasta que podamos ir, pero no te preocupes.]
[¿Hmm? Eso es suntuoso, viniendo de ti. Te habrías largado en un momento hace unas semanas.]
Mientras Al compartía su plan con Feena, Sharon se interpuso, acercándose a ellos con un resplandor.
¿Nos ha estado observando todo este tiempo?
[Claro que he crecido con el tiempo! Y sé muy bien que sólo causaría problemas a todos si saliera corriendo solo!]
Le explicó a Sharon y la miró fijamente. Un momento después…
*Smoosh!*
La cabeza de Al estaba atrapada entre dos cosas increíblemente suaves y elásticas, y sabía exactamente lo que eran esas cosas.
[Oh, Dios. Buen trabajo, mi encantador hermanito! Te estás convirtiendo en un mejor rey cada día, ¿No lo crees?]
Cecilia estaba forzando su cabeza entre sus pechos.
[Pfwah! Gah!]
Desafortunadamente, no tuvo el lujo de apreciar la sensación reconfortante o el maravilloso aroma. Su risa burlona anterior desapareció en algún momento mientras mantenía la cabeza de Al abajo sin ninguna señal de aflojar.
Oh, así que el Aumento Celestial no se activará a través de los pechos.
Feena intuyo, aunque no tuvo tiempo de pensar en esas cosas. Al lentamente dejó de luchar, y no porque se entregará al placer. Su cara, en lo profundo del valle, probablemente estaba empezando a ponerse morada.
[Cecilia, ¿No es suficiente? Al se está volviendo pálido.]
[Oh Dios. No te preocupes, Al es un chico duro.]
[Quiero decir, míralo; no parece que sea gran cosa.]
Sharon le advirtió, pero Cecilia ya estaba demasiado lejos.
[Umm, Cecilia, podría…]
Feena trató de tender una mano cuando vio la comedia rom—umm, la tragedia desplegándose ante sus ojos, pero…
[Oh, Dios. Ni siquiera lo intentes, nunca renunciaré a mi tiempo especial con mi hermanito!]
Cecilia la apartó.
[Y…]
Cecilia dirigió triunfalmente sus ojos a cierta parte de Feena. Después de un momento de silencio…
[Alguien tiene que consolarlo así, ya que tú no puedes.]
Ella dio el golpe final.
[Kuhhh! No me importa si eres mi cuñada, nunca perdonaré tal humillación!]
Feena abrió rápidamente sus piernas y se preparó para atacar.
[Cecilia da mucho miedo cuando está así.]
Sharon observó.
[Eeeep!]
El color se drenó de la cara de Cecilia mientras dejaba salir un chillido y aflojaba su agarre en Al.
[Oh, Dios mío, ¿De qué estás hablando, q-querida Sharon? No doy miedo en lo más mínimo, ¿Verdad? ¿Lo doy?]
Ella buscaba desesperadamente la confirmación de Al, que acababa de escapar de una experiencia cercana a la muerte, pero…
[Hahaha… Hehehehe…]
Escuchar la risa ominosa de la chica de cabello azul hizo que Cecilia se congelara en su lugar.
[Oh, Dios. ¿Q-Qué pasa, L-Lesfina?]
A pesar del sudor frío que corría por sus mejillas, forzó una sonrisa. Tal vez debido a la falta de oxígeno, Al pareció notar una sonrisa de satisfacción en la cara de Feena.
[No es nada, Cecilia.]
Y el tono habitual de Feena apoyaba esa teoría, aunque puede que se detuviera porque Cecilia estaba obviamente sufriendo.
[De todos modos, deja de hacer el tonto. Preparémonos para—]
[Alnoa! Terribles noticias! El Inquisidor de Eshantel ha cruzado la frontera junto con dos mil de sus soldados!]
¿En serio!? ¿Por qué no puede ir nada de acuerdo con el plan?
Esperaba al menos recuperar el aliento después de los acontecimientos ocurridos hace poco, pero parecía que su dolor de cabeza no iba a desaparecer en un futuro próximo.