Capítulo XV: Una Muerte Absoluta.
Dicen los que saben, que las mujeres, en especial las que son bellas, suelen cambiar de estado de ánimo de acuerdo con la hora del día. Pero para una mujer que inició su relación conmigo una mañana a primera hora, que me dio de desayunar tantas incongruencias y tonterías, y por cuyos celos y obsesión se volvió acalorada y agresiva mientras el sol estaba alto, supongo yo que el acontecimiento que de alguna forma significó mi matrimonio, era el atardecer… estaba algo preocupado, porque conociéndola, aquella felicidad no iba a durarle demasiado, deseaba estar equivocado.
Otra cosa que hay que notar, es que ella ha comenzado a llamarme “esposo” o “querido” después de lo ocurrido. De alguna forma lo sabía, sabía que esto iba a ocurrir, pero nunca pensé que ella sería tan… seria al respecto. Si por alguna razón no vamos de la mano por la calle, ella suele agachar su cabeza y quedarse un paso atrás de mí, como ese viejo estereotipo de esposa japonesa. Y lo más gracioso del asunto es que incluso se sonroja y sonríe cuando lo hace. También suele ponerse delantal para limpiar mi alcoba, cosa que antes no hacía. La cena es otro asunto delicado, porque ella no comienza a comer si no está todo servido y en su lugar, si yo no estoy sentado e incluso, si no he comenzado a comer, no sería tan raro de no ser porque Kitsune insiste en que es ella quien tiene que poner todo sobre la mesa, de una manera amable me “invita” a que me siente y la deje trabajar, me hace sentir inútil a veces.
Dos veces por semana ella lava mi ropa después de la escuela, esos dos días son los únicos que deja de vigilarme durante el trabajo, aunque me olfatea y me revisa de pies a cabeza cuando llego a casa. Ah, me olvidaba, cuando eso sucede, siempre puedo escuchar la trillada línea que todo el mundo conoce, normalmente escojo bañarme.
Esas son sus nuevas incongruencias, espero poder acostumbrarme pronto a eso.
Uno de aquellos días, ella estaba empecinada en hacer la limpieza de uno de los cajones que nunca abro del armario. Yo sabía perfectamente que si no se lo permitía ella comenzaría a sospechar. De todos modos, no tengo nada en ese sitio de utilidad, así que le dije que podía tirar todo lo que encontrara allí dentro. Ella comenzó a arrojar las cosas directamente al bote de basura. Yo la deje hacer lo que quisiera mientras esperábamos a bajar a desayunar, pero cuando terminó, ella dijo que no deseaba comer.
–No puedes estar sin comer, Kitsune. –
–Sempai, te preocupas demasiado, es sólo que… no tengo apetito. –
–Apetito o no… –
– ¡No quiero! –
Me quedé perplejo, ella me había gritado ¿a mí? ¿Desde cuándo? Empezaba a pensar que aquello del matrimonio estaba yendo demasiado lejos, pero no dije nada. Tampoco es como si fuera una falta grave, así que no me molesté en absoluto… si ella quiere gritar, puede hacerlo sola. Bajaba las escaleras cuando pensaba en eso. No le dije nada, sólo me di la vuelta y me fui… no había terminado de bajar las escaleras cuando escuché su llanto en la alcoba.
– ¿Kitsune–chan? –
Toqué la puerta para que me abriera, tengo llave, es mi alcoba, pero… bueno, al menos creo que tengo modales. Ella me abrió enseguida, tenía los ojos llorosos, yo entré a la habitación y ella me abrazó.
–Yo quiero comer con Sempai… no me abandones aquí sola… por favor. –
–Kitsune–chan, amor mío, te he pedido que bajes a cenar y dijiste que no querías. –
Como de costumbre, ella sólo escuchó la parte que le convenía.
Retiro lo dicho. Ella escuchó la parte que ella necesitaba oír.
–Sempai me llamó su amor. –
–Y te lo seguiré diciendo siempre, ahora vamos a cenar ¿sí? –
Ella comenzó a juntar las puntas de sus dedos, avergonzada.
–Pero quiero comer a solas con Sempai, me siento rara y allá abajo está todo el mundo, y… no puedo darte de comer… por favor.
Así estaban las cosas, yo le pedí a Kitsune que esperara, ella se quedó sentada en la cama y le dije a mi familia que cenaríamos en mi cuarto, mi madre se acaloró, y Kirara hizo un gesto de desdén, pero como aquello no era importante, tomé la cena y regresé a mi cuarto.
– ¿Por qué no puede Onii–san cenar con la familia como persona decente y normal? –
Se quejó Kirara, yo ni siquiera presté atención, mi madre le respondió algo mientras subía, pero como aquello no era importante, la ignoré. Cenar con Kitsune no era tan malo después de todo, así que no hubo problema después de eso, ella comenzó a darme en la boca, y yo no me resistí, después de todo, era lo que ella quería desde el principio, de cualquier manera, Kitsune–chan no comió ni un poco. Aquello me preocupó, pero no le dije nada por no verla de mal humor de nuevo.
Dormimos después de eso. Desperté a media noche y me di cuenta de que ella no estaba allí. Aquello me extrañó, me levanté y salí de mi habitación, estaba oscuro, miré mi reloj, eran las dos y media de la mañana. Algo se movió abajo. ¿Qué estaba haciendo?
Encendí la luz de la cocina.
– ¿Qué estás buscando? –
–Ah, Sempai… mi estómago… gruñe… así que… ¿Puedo? –
Ella parecía avergonzada por haber sido descubierta, pero no soltó el plato, sonreí y asentí con la cabeza.
–Adelante. –
Era de suponerse, como dije antes, ella no cenó nada. Le ayude a poner unas cuantas cosas que sacamos del refrigerador en el microondas, aquello no era nuevo para mí, solía hacerlo con mucha frecuencia, pero creo que fue un poco raro que fuera ella quien bajara.
“Ah, esta será una noche larga”
Regresamos a mi habitación, ella comió la mitad de lo que había traído, luego se subió arriba de mí, colocando su trasero sobre mi entrepierna…
–Sempai… por favor… quiero…
––––––––––
Temprano en la mañana, camino a la escuela, nos encontramos con Itami…
Kitsune se escondió detrás de mí, como hace siempre frente a cualquier desconocido que sea hombre (En lo que a Kitsune respecta, todos los hombres son desconocidos excepto yo), lo digo porque si es mujer, ella se coloca delante de mí. Itami me saludó normalmente.
– ¿Y tu novia? –
Fue mi pregunta, ya que últimamente también era raro no verlos juntos.
–Ah, verás… ella se ha enfadado conmigo. –
Itami se rasco detrás de la cabeza, no parecía muy animado, pero es cierto que tampoco parecía que le preocupara mucho.
–Imposible. –
– ¿Estas burlándote de mi verdad? ¡¿Verdad?! –
Yo me reí, y pude notar que a Kitsune le parecía algo entretenido, pero ella se mantuvo al margen por completo, sólo espero que no comience a ponerse celosa de Itami… sería… raro.
Continuamos caminando con rumbo a la escuela, Kitsune iba básicamente colgada de mi brazo, Itami y yo caminábamos. Tengo que admitir que Kitsune–chan se comportó como se esperaba de una novia. Quiero decir que no se mostró berrinchuda, ni trato de llamar mi atención más de lo que ya la tenía, se limitó a abrazar mi brazo y escuchar lo que veníamos diciendo. De cuando en cuando, yo acariciaba levemente su espalda o su cabello, para demostrarle que seguía totalmente pendiente de ella.
Esta era la primera vez que algo así sucedía, así que es obvio que yo tuviera miedo de que algo pasara, pero creo que mientras nadie muestre un exceso de confianza hacia mí, todo estaba bien… por otro lado sería raro que un hombre mostrara un “exceso de confianza” hacia otro.
–No sé qué hacer, hombre, ella es mi novia, aun así, pasa más tiempo enfadada conmigo que contenta… tal vez debería romper con ella. –
Kitsune tuvo un sobresalto ante la sola mención de esas palabras, creo que era comprensible, a pesar de que ella no estaba figurando en la conversación.
–No lo hagas, le partirás el corazón si haces eso, y no querrás verla en ese estado… créeme. –
Eso fue lo que le dije, ni siquiera lo pensé, Yaru–chan había esperado mucho tiempo por esto, creo que es comprensible el pensamiento de Itami, ya que, al parecer, ella no se estaba comportando de la mejor manera, pero también creo que romper era algo excesivo. Kitsune suspiró aliviada al escuchar mi respuesta, evidentemente, eso le puso en la cabeza ideas que no debe tener, creo que parte de mi respuesta fue para asegurarme de que Kitsune–chan no se alterara por ello. No quiero que piense que yo veo muy normal la idea de romper… eso sería pésimo para ella.
–Para ti es muy fácil decirlo. –
Me dijo a él, mirando la devoción con la que Kitsune–chan me trataba, también resulta fácil comprender su punto de vista, pero algo feo sucederá si él continúa siendo un idiota, por desgracia, no puedo acercarme a Yaru–chan para aconsejarla, así que sólo puedo explicarle lo que quiero decirle, y esperar que lo entienda.
–No puedo hacer gran cosa por ti, hombre, pero anímate, estoy seguro de que encontrarás la forma de arreglarlo. –
Eso fue lo que le dije, la situación no me permitía decir las cosas más claramente y aunque así fuera, seguro que este tonto no entendería nada. De todos modos, creo que me ofende el hecho de que las personas como él piensen que ha sido fácil, cuando creo que es evidente que ha sido todo, menos fácil. Pero también quería darle una mano a este sujeto, sé que Yaru–chan lo quiere, pero no puedo hablar como mujer, sólo se reirá de mí. Así que lo único que puedo hacer, es explicarle que estas cosas requieren sacrificios, esfuerzos y, sobre todo, muchos ánimos.
Nos separamos después de llegar a la escuela, Kitsune–chan tiró de mi camisa.
–Sempai, tú ¿romperías conmigo? –
–No. –
Le respondí sin pensarlo, aquello era algo estúpido, de todos modos ¿Por qué ibas a romper con alguien así? Definitivamente no tiene ningún sentido para mí, y necesitaba que ella entendiera eso, yo tomé su mano, ella llevaba puesto el anillo.
–Yo no sabría qué hacer, Sempai, me volvería loca… sin ti, mi vida no es nada, no significa nada. –
–Lo sé, después de todo, soy tu esposo. –
Ya, al demonio con eso, no voy a estar contradiciéndola cada vez que ella siente que ha ganado algo, o que ha avanzado en algo, si ella quiere verme como su esposo, ¿Qué rayos? Que me vea como quiera, a estas alturas, eso no va a cambiar para nada la relación que tengo con ella.
Kitsune me miró con un “Arigato” escrito en sus ojos, luego se sonrojó y bajó la mirada.
–Sempai… yo… tu… –
Ella dijo eso batiendo la cabeza, creo que esta es una de las pocas veces que le cuesta decir algo, así que no dije nada, no quería interrumpir, era también evidente que ella estaba haciendo su mejor esfuerzo para decirlo. Después de unos momentos, respiró profundo y me dijo algo al oído:
–“Koi shite ru” –
¿Alguien alguna vez ha pensado en escuchar siquiera esas palabras? Porque yo no, así pues, no sabía cómo responder, me quedé impactado por el hecho de que ella me hubiera dicho eso.
–Yo también te amo. –
Eso fue lo que le respondí, estaba abrazándola y hablándole al oído, usé la misma terminología que ella, porque de otro modo quizá la habría hecho sentir mal, por otro lado, creo que esas eran las palabras correctas para definir lo que realmente sentíamos el uno por el otro, sólo que nunca he pensado que las palabras sean las que hacen valer las cosas, por otro lado, Kitsune se estaba esforzando por decirlas, lo que tal vez quiere decir que para ella si era muy importante.
Ella sonreía radiantemente cuando nos separamos, y finalmente caminamos hasta su salón. Ella no me soltó hasta que tuvo que hacerlo, hasta que realmente tuvo que hacerlo, y en ese momento, antes de soltarme me abrazó.
–Te veré pronto, Sempai. –
–Te veré pronto, Esposa–chan. –
Dije eso en voz alta, ella se ruborizó en seguida, bajó la cara y me gritó.
– ¡Moo! Sempai no debes avergonzarme frente al salón de clases, yo sé que… no debo sentir pena, pero… mira donde estamos… ¡Moo! –
Por si aquello fuera poco, el pasillo pronto se llenó de fans… aquello fue demasiado para que mi pequeña Kitsune lo soportara, ella entró a su salón mientras yo me daba la vuelta, por alguna razón todo el mundo me miraba al pasar, pero ya me había acostumbrado a eso. Kitsune–chan, es tan bella cuando se sonroja, me hace recordar que después de todo, sigue siendo una mujer, y bastante tímida en realidad.
––––––––––
Pensar en todo esto, no me ha permitido explicar apropiadamente, ¿Qué sucedió con el comité disciplinario? Bueno, perdieron la mitad de sus miembros esa noche, pues Kotori se transfirió justo al día siguiente, y jamás volvimos a verla.
La escuela retumbó a la semana siguiente de eso. El comité presentó una queja ante los directivos del plantel, pero estos les dieron la espalda, en un principio los declararon desaparecidos, pero la escuela, todo el mundo, incluyendo a los propios directivos del plantel, los dio por muertos. Los miembros restantes del comité disciplinario suspendieron labores, luego de que, sin que nadie me viera, coloqué el listón azul y verde de Kubo Ririte, en la entrada de la escuela.
La cosa se comprobó en esos días porque, la televisión dio la noticia donde se habían encontrado los esqueletos y uniformes carbonizados de los tres miembros del consejo en el puerto. Lo escalofriante de la nota, es que el listón de Kubo Ririte aún estaba allí, y nadie nunca supo que había sido de él.
El periódico escolar publicó una nota que corrió como el fuego. “El comité disciplinario ha sido destruido.”
El listón del comité disciplinario permaneció colgado en la entrada por mucho tiempo, sin que nadie se atreviera a tocarlo. Se creó una costumbre entre los alumnos, de sobarse el hombro cuando veían a un antiguo miembro del comité disciplinario, como recordatorio de lo que había pasado, a pesar de que la escuela intentó prohibirlo.
Y aunque fui señalado como el principal sospechoso, no hubo nadie que pudiera decir que era lo que realmente había pasado, y la escuela se esforzó al máximo por sepultar el asunto. Incluso dieron la noticia una mañana, de que los miembros desaparecidos habían sido expulsados justo antes de su desaparición.
Si, los directivos del plantel movieron todo lo que pudieron para evitar un escándalo parecido al que hubo el día de la muerte de Asaki–Sempai. Negaron el acceso a la policía al plantel, e incluso interpusieron una orden ante el departamento de justicia de Japón, mediante el cual los estudiantes no pudieran ser interrogados acerca de lo sucedido, basándose en el hecho de que se trataba de menores de edad, quienes no tienen voz ni voto en asuntos legales. La orden, firmada por un juez al que muy probablemente sobornaron, quedó colgada de la entrada de la escuela, una vez que retiraron el listón verde y azul.
Por supuesto que fui llamado por las autoridades del plantel, para que les dijera por qué era señalado como el principal sospechoso.
–Ataka Yashite, eres un alumno de esta escuela y siempre has tenido buenas notas, los abogados aquí presentes queremos que nos digas todo lo que sepas acerca del asunto de los chicos desaparecidos. –
Dijo el abogado escolar frente a los directivos, otros abogados, jueces y el departamento de policía. Eso fue lo que me dijo, pero yo estaba seguro de que lo que en realidad quería decirme es “Tú tienes que decir que no sabes nada acerca del asunto, hemos sido buenos contigo así que tienes que evitar que esto se haga un escándalo.”
–Señor director, señora directora, jueces, abogados, departamento de policía. –
Una inclinación por cada nombramiento.
–La última vez que vi a alguna de estas personas fue durante la ceremonia de clausura, después de eso, he estado demasiado ocupado en mis asignaturas, y en mis asuntos personales como para tomar en cuenta a alguien que no conozco, si es todo lo que quieren saber, me retiro. –
–Algunos informes dicen que tuviste un altercado con uno de los chicos implicados. –
Dijo un hombre del departamento de policía.
–Probablemente ese informe suyo esté equivocado, puede preguntar a cualquier alumno de la escuela, aquí todo ha estado tranquilo como el agua clara, a no ser que alguien esté tratando de conseguir un culpable, todos le dirán lo mismo que le estoy diciendo yo… que pasen buena tarde. –
Esa fue la versión oficial. La versión de los directivos y la versión que la policía se vio obligada a aceptar. Pero la versión de los alumnos era distinta. Claro está que cuando la policía preguntó, nadie (con excepción del comité) quería que la verdad saliera a la luz, así que dijeron la misma versión que yo. Se trataba, por supuesto, de la presión que debían sentir al pensar que ellos realmente saldrían perdiendo en caso de hablar, pues la escuela los expulsaría.
Al haber sido dejados a su suerte, todos los miembros restantes del comité disciplinario dimitieron al día siguiente de que se publicó la orden jurídica. Algunos incluso se transfirieron. Otros siguieron siendo sólo alumnos normales, aunque se volvieron el objetivo de los delincuentes y los resentidos, quienes se desquitaron de muchas formas con ellos… casi lamento su suerte. Incluso los jefes de los clubes les negaron el acceso a estos por las más diversas estupideces.
Pero la escuela, o por mejor decir, el alumnado, lo supo en todo momento. Yo, Ataka Yashite, de segundo grado de preparatoria, había acabado con el comité disciplinario. Bueno, para muchas chicas y algunos raros, Kitsune era quien los había acabado, pero el caso era el mismo.
Hubo mucha gente que me esperaba en la entrada del edificio sólo para darme la mano. Ataka–sama, comenzaron a llamarme, creo que para ellos yo era algo así como un Yakuza, alguien extremadamente peligroso a quien tenían que dirigirse con mucho respeto y cuidado. Kitsune–chan también comenzó a tener más atención de la que ella desearía, aunque nunca un chico se atrevería a declarársele, muchas chicas comenzaron a tratar de hablar con ella, Katabe–dono, o Katabe–sama, era común escuchar esos términos entre las de primero.
Si un punto bueno tuvo todo esto, fue que la azotea de los segundos grados era exclusivamente para nosotros, incluso había alguna gente que se quedaba en las escaleras para no permitir que nadie pasara. Al menos mientras estuviéramos nosotros dos arriba.
Tanto Kitsune–chan, como yo, tratamos de no darle la más mínima atención, a pesar de que a veces era difícil ignorar todas las cosas que sucedía sólo porque nosotros dos nos parábamos en algún lugar, siempre había una mesa en la cafetería sólo para nosotros, los jardines estaban vacíos y rodeados si estábamos allí, Kitsune–chan tenía chicas a su más entera disposición, aunque ella no las usaba más que para que cuidaran la puerta cuando ella entraba al baño.
Hubo quien trató de preguntar acerca de lo ocurrido, pero normalmente bastaba con una mirada para alejar a esas personas curiosas.
– ¿Te agrada esto Sempai? –
Me preguntó en ese momento Kitsune, estábamos en la azotea, en donde no había nadie más que nosotros, por lo que acabo de contar.
–No, no realmente, no me gusta que llamemos tanto la atención, la policía no dejara esto así, de eso estoy seguro. Encontraran la forma de entrar en todo esto. –
–En tal caso, no tenemos más que transferirnos, ¿no te parece? Aunque también pienso que esto se calmará tarde o temprano, eso espero. –
– ¿Y a ti? ¿Te agrada? –
Ella se recargó sobre mí, sonreía de cierta manera satisfecha, aunque luego tuvo una expresión de confusión en su cara.
–Toda la escuela sabe que salgo con Sempai, y como yo lo veo, no habría nadie que se meta en nuestro camino ahora, es una sensación extraña, pero me siento tranquila así… por otro lado, no puedo quitármelas de encima. –
–Comprendo a que te refieres, yo me siento igual, son fastidiosos, pero veremos que sucede después, de todos modos, basta de preocuparnos por cosas que no son importantes, pasemos a lo importante ¿Saldremos este domingo? –
–Claro que sí, Sempai me has prometido que iríamos a donde yo quisiera, y yo sé bien a donde quiero ir. –
– ¿Ah en verdad? ¿A dónde? –
Pregunté, ella se ruborizó, planeaba algo.
–Es un secreto. –
– ¿Un secreto bonito? –
Ella asintió, (aunque nunca me figuré que iríamos a un lugar para practica de bodas) … después de eso seguimos comiendo, realmente, no importa la situación, mientras pueda estar cerca de ella, lo seguiré diciendo, todas las veces que sea necesario… esto es vida.
––––––––––
Después de unos días, hubo uno en el que habíamos decidido no ir a la escuela porque todo el mundo nos trataba de forma sospechosa, y eso nos ponía de mal humor a veces, además como estaba visto, Kitsune llevaba mucho tiempo diciendo que se sentía rara. Es cierto que al principio no presté mucha atención. Pero después de varios días, aquello también había comenzado a preocuparme.
– ¿Te sientes bien? –
Eso fue lo que le pregunté, acabábamos de despertarnos, pero ella no parecía estar bien, de hecho, parecía como si no hubiese dormido nada. Pensé que tal vez me había sobrepasado la noche anterior, últimamente también había estado especialmente receptiva de forma sexual.
–Estoy bien… Sempai, ahora mismo te preparo el desayuno. –
Eso fue lo que ella me dijo, pero se tambaleó al caminar, yo la detuve, sosteniéndola de la mano mientras me ponía de pie, estaba algo… alarmado.
–Nada de preparar… no estás bien en absoluto, y sabes que no me gusta que me mientas… recuéstate ahora mismo. –
La traté como a una enferma todo el tiempo, incluso preparé el desayuno y lo llevé a la cama, ella no parecía enfadarse, aunque estaba algo… incomoda siendo tratada como una enferma, cuando ella afirmaba sentirse bien.
–Me siento rara, Sempai, es todo, no es nada más que eso, por favor, déjame cumplir con mis obligaciones, no seré una buena esposa si no comienzo desde ahora. –
–Di Ahhh –
Ella obedeció, aunque parecía algo enfadada.
–Esto es vergonzoso Sempai. –
Se quejó, yo comenzaba a enfadarme.
– ¿Y cómo se supone que vas a cumplir con tus obligaciones? ¿Y de que obligaciones me estás hablando? Eres mi novia aún ¿sabes? Nada de obligaciones por ahora, ¿Rara? Lo único que yo veo es a una chica muy enferma que sigue sobre esforzándose por hacer cosas que no tiene que hacer, y ahora vas a obedecer lo que te digo o de verdad me enfadare contigo. –
–Sempai es cruel conmigo… muy… –
Me sorprendió la forma en que reaccionó a eso, más bien dicho me asustó, porque ella se llevó las manos a la cara y comenzó a llorar como si no hubiera un mañana. En serio, estaba inconsolable, y sentí, con sinceridad, que algo me remordía por dentro el verla así, a pesar de que no sentía realmente que le hubiera dicho algo cruel, normalmente, ella hubiera bajado su cabecita y hubiera dicho algo como “Si, Sempai, lo lamento” y era todo… definitivamente, ella tenía algo.
Como no podía hacer otra cosa, la abracé lentamente para tranquilizarla, ella se dejó abrazar de momento, luego me empujó lejos de ella y se levantó de la cama con un salto… aquello me dejó perplejo, inmediatamente después, corrió al baño y comenzó vomitar… creo que no debí hacerla comer después de todo, pero… evidentemente, yo comenzaba a comprender… algo muy importante estaba pasando.
Ella regresó muy avergonzada, ya no estaba llorando, pero tenía la cabeza baja, yo me acerqué a ella corriendo, y la tomé de las manos, parece ser que algo no andaba del todo bien, o por mejor decir, algo había de diferente en ella.
–Perdona Sempai, yo no quise empujarte así, yo te amo… por favor, no me odies por eso… sólo sentí que… –
–Basta, amor mío. –
Le dije y la abracé, nos quedamos así un momento, luego la llevé de vuelta a la cama, y ella se acostó obedientemente. Tomé el teléfono después de eso, mientras acariciaba su cara, ya no la hice comer más.
Un amigo de mi padre es médico, le pedí que viniera lo más pronto que pudiera, para que revisara algo a ver si todo andaba bien, no quise decirle que o de quien se trataba hasta que estuviera aquí. Mientras tanto, permanecimos juntos en nuestra habitación (Ya no podía llamarla mi habitación, evidentemente).
El hombre se llamaba Tamura Iogi y como acabo de decir, era amigo de mi padre, fue Kirara quien abrió la puerta, así que no entendió porque estaba él allí, yo venía bajando las escaleras cuando mi hermana abrió la puerta.
–Creo que ha venido usted en mal momento, Otou–san no está en casa… –
Kirara se quedó perpleja de verlo llegar, y el señor Tamura también se sorprendió de que Kirara no supiera que el vendría, por suerte, alcance a Kirara desde atrás e hice pasar al doctor.
–Ah, Kirara, yo he llamado a Tamura–sama, por favor, doctor, es por aquí. –
–No me digas que quien está enferma es tu novia, Onii–san, hasta eso tienes que hacer por ella… –
Ella dijo eso con algo de desagrado y se marchó, el doctor y yo entramos a mi alcoba, donde Kitsune estaba algo avergonzada de que alguien más entrara, por suerte, yo ya había escondido todo aquello que pudiera parecer sospechoso.
El doctor hizo un ligero análisis a Kitsune–chan, a quien le pedí que obedeciera las órdenes del doctor, reviso su garganta, sus ojos, su presión y su respiración, yo no me moví de un lado de la cama, finalmente, se puso de píe y la miró por un momento.
–La pregunta que voy a hacerle, Katabe–kun, puede parecer algo extraña, pero necesito que recuerde que soy médico, y es algo que necesito saber, ¿Hace cuánto que no tiene su periodo? –
Incluso el doctor enrojeció un poco al hacer esa pregunta, Kitsune tuvo un ligero sobresalto y se ruborizó, yo me arrepentí de no haber salido de la habitación, de todos modos, creo que el doctor tenía razón en preguntar.
–Hace dos meses. –
Fue la respuesta de Kitsune–chan, estaba visiblemente avergonzada, no miraba al doctor, o a mí, sólo permaneció sentada en la cama.
–Ya veo, Ataka–kun ¿Podemos hablar un momento? –
El doctor y yo salimos de la habitación, creo que yo estaba casi seguro de lo que iba a decirme, y no sé si sentía miedo o emoción por ello.
–Escucha, Ataka–kun, lo que voy a decirte, no es medicamente absoluto, siempre son probabilidades y quiero que entiendas que hay una probabilidad, muy pequeña tal vez, de que esté equivocado, pero en todos mis años como médico, nunca, he fallado en este diagnóstico, así que tampoco hay razón para pensar en que fallaré en esta ocasión, Katabe–kun, tu novia, según lo que veo, está esperando un bebé… no sé si son buenas o malas noticias, tampoco sé si quieres decírselo a tus padres, o si prefieres guardarlo en secreto, independientemente de lo que yo piense de esto, la decisión es toda tuya, así pues, ese es mi diagnóstico. –
–Comprendo, doctor, muchas gracias por venir hasta aquí, sus honorarios están sobre la mesa, como siempre. –
El doctor se marchó después de ello, realmente es bueno contar con ese tipo de personas, había dejado un sobre con dinero en la mesa mientras subíamos, no era la primera vez que venía, así que yo sabía cuánto ponían mis padres en el sobre cuando eso sucedía, supongo que puse más de eso en el sobre, pero esto era una emergencia.
Yo esperé a que el doctor se fuera, me quedé allí parado, sin entender del todo que era lo que estaba pasando, bueno, tengo que admitir que ese tipo de noticias no son fáciles de asimilar, de pronto Kirara salió, nos miramos un momento, no entiendo muy bien que era lo que pasaba por su cabeza, pero por su expresión puedo decir que había escuchado todo lo que el doctor había dicho, así que de nada iba a servir ocultarlo ¿Se puede ocultar siquiera algo como esto?
Yo sólo ignoré la situación, y entré a mi alcoba, una vez allí, cerré la puerta detrás de mí y me quedé allí parado un momento, Kitsune mi miraba con los ojos abiertos, muy abiertos, porque antes de darme cuenta, yo estaba llorando.
–Sempai ¿Estas bien? –
Eso fue lo único que me preguntó, o más bien lo único que le permití preguntar, porque unos momentos después yo estaba al lado de ella, acariciando su cara y besándola una y otra vez en la mejilla, con lágrimas en los ojos. Supongo yo que era algo desesperado, pero fue la única forma que encontré de dar salida a lo que sentía.
–Sempai… espera… por favor… sólo un poco… –
Algo como eso me dijo, pero yo la ignoré y la besé en los labios, ella se dejó besar, metí la mano bajo las sabanas y acaricie su vientre, ella lo malinterpretó de inmediato, aunque no puedo decir que estuviera enfadada, de hecho.
–Sempai… esto… ¿Ahora? Pero estas llorando… ¿Qué pasa? No entiendo nada Sempai. –
Yo restregué mi mejilla contra la suya como si fuera un gato, sin decir nada, la verdad es que no podía decir nada, quería comerla allí mismo, de una forma un tanto diferente a la habitual. Ella debe de haberlo entendido, y suspiró.
–Bueno entonces, me dejaré mimar hasta que Sempai me diga que sucede. –
Ella se resignó, yo seguí con todas esas cosas un buen rato, ella sólo sonreía, supongo que nunca me había puesto así, pero en esos momentos no estaba pensando en nada sexual, a pesar de las caricias y besos, no había más que una profunda admiración por lo que estaba ocurriéndole, y un amor que no podía sacar con palabras. Después de un rato, ella estaba mirándome, sentada con las piernas cubiertas por las cobijas, cuando por fin logré controlarme, su mirada me decía que quería saber que pasaba.
Me acerqué a su oído y le dije.
–Vas a ser mamá, amor mío. –
–––––––––
Ella se quedó perpleja por la noticia, se puso roja de la cara y se llevó las manos inmediatamente al vientre.
– ¿Voy?… Yo…llevo al… al bebé de…. ¿Al bebé de Sempai? –
Ella gritó eso, yo sólo asentí con la cabeza, ella comenzó a llorar y me abrazó. Con tanta fuerza que por poco me parte por la mitad, estaba llorando a lágrima viva y se negaba a separarse de mí.
–Voy a ser madre… le daré un bebé a Sempai… Sempai ha… un bebé… Sempai y yo… el fruto de mi amor con Sempai… tendré una familia ¿verdad? Seremos una familia feliz… ¡Sempai me ha dado un bebé! –
Ella estaba llorando y chillándome todo eso de un modo apenas entendible, de pronto ella dejó de llorar, se separó de mí un momento, se veía nerviosa.
–Pero… Sempai, realmente ¿realmente esto es lo que quieres? –
Yo sólo la abracé con fuerza, le dije “Tonta” y la abracé.
–Claro que quiero esto, es nuestro bebé, tú eres mi amor, y estoy condenadamente feliz por esto. –
Ella siguió abrazándome… nos besamos, y estábamos más cursis que nunca, cuando ella se detuvo, acarició su vientre y dijo:
–Vaya, vaya, Aka–chan, te has tardado tanto… pero sabía que un día aparecerías, eres el mejor regalo que Sempai pudo haberme dado, siempre, siempre, siempre, te voy a adorar –
Luego volteó a verme, ambos teníamos lágrimas en los ojos.
–Sempai, no sé si seré una buena madre, pero haré mi mejor esfuerzo, quiere mucho a este bebé, por favor, es nuestro bebé… ¿Sí? –
–No necesitas pedírmelo, no sé exactamente como, pero ya lo adoro por ser nuestro bebé, y no te preocupes, sé que serás una madre excelente, te ayudaré a serlo, y tú me ayudaras a ser un buen padre, y juntos podremos criar a este bebé. –
Y festejamos, abrazándonos y mimándonos el uno al otro tanto como podíamos hacerlo. Tendríamos que dejar la escuela eventualmente, y tendríamos que lidiar con mis padres cuando se enterasen, pero todo eso valía la pena, ni siquiera era importante para mí, lo único que importaba, era ella, y ahora nuestro bebé.
–Sempai… Sempai… muchísimas gracias, muchas gracias… yo… estoy tan feliz… gracias por todo lo que has hecho por mí, gracias por ser lindo conmigo, por ser amable conmigo, por entenderme, por quererme, por soportarme, por amarme… gracias por aceptar mis sentimientos, gracias por mi primer beso… por mi primera vez… por mi primer hijo… gracias por conocerme, gracias por aceptar ser mi novio… y gracias por casarte conmigo, yo… no podría ser más feliz… –
Ella estaba diciendo, o gritando, mejor dicho, todo eso entre llanto y tenía la cara llena de lágrimas y los ojos azules inundados. Nos abrazamos y restregué mi nariz con la suya, lo que pronto se convirtió en un beso, nos separamos para poder respirar y acaricié su mejilla. Estaba pensando en que tendríamos que escoger un nombre para el bebé.
–Sempai… no, Yashite, esposo mío… –
Comenzó a llorar de nuevo.
–No me equivoqué, yo sabía que eras el indicado y… tú eres más de lo que podría haber pedido, y te amo, siempre te he amado y siempre lo haré… Moo, Hoy… hoy es, el día más feliz de toda mi vida. –
Me dijo, yo sólo la abracé, con delicadeza, ella puso sus manos en mi cara, mirándome con los ojos llenos de lágrimas que resbalaban por su rostro, y sonrió. Esas lagrimas terminaron por borrar todos los horrores que yo aún guardaba en mi cabeza, nunca volví a tener pesadillas, y ahora aquellos días sangrientos parecían tan distantes, y creo que con esto no volverían jamás, aun así, estaba más hermosa de lo que nunca la había visto.
–Kitsune, yo, estoy feliz de haberme casado contigo, todos los días agradezco el haberte conocido, todos y cada uno de ellos, siempre, siempre estaré a tu lado, no importa lo que suceda, nunca te abandonaré. –
No pude decir más, aunque quisiera, porque ella me besó en ese momento, y alguien tocó la puerta de la habitación, pero no le dimos importancia, porque en realidad, nada de lo que suceda fuera de esta habitación tiene sentido para mí. Lo más importante, es que ella es lo único que necesito, y siento que ella, en este momento, lo sabía, porque después de aquel día, ella por fin, por fin pudo creer que ella era la única mujer en el mundo para mí, y que la amaba, y que no había nada que pudiera cambiar eso.
Una novia Yandere, es quizá lo mejor que puede ocurrirle a alguien, si está dispuesto a darlo todo, porque es muy difícil, pero las recompensas son inmensas. Lo único que necesitas es adorarla, y eso la hará feliz. Ya no me importaba si en verdad tenía derecho a sentir esta felicidad, como tantas veces me lo pregunté en el pasado. Porque estaba feliz de haber conocido a Kitsune, y no me arrepiento de nada de lo que ocurrió, excepto quizá de unas cuantas veces en que no pude comprenderla, pero si ella estaba feliz, entonces nada más me importaba, en absoluto.
Sus ojos brillaban como la mañana, y sin estar nublados ella lloraba, y fue lo más maravilloso que alguien como yo podía llegar a presenciar, y aunque a decir verdad tenía algo de miedo, sabía que ella iba a estar conmigo hasta el último momento, y eso me dio fuerzas para no angustiarme por el futuro, apreciar el presente, y comenzar a amar el pasado desde el momento en que la conocí. Puede que no fuera la historia de amor más bella del mundo, pero al menos desde mi punto de vista, si es muy memorable. Y puede también que este amor no sea de lo más normal, que estemos algo locos, y que hayamos hecho cosas horribles en el nombre de ese amor. Pero es el amor más firme y duradero que podrías encontrar, y sólo por ese hecho, merece perdurar, crecer, florecer, y por supuesto, dar frutos.