Capítulo Final: Una Muerte Yandere.
“No me mates…” “No me mates”
La cara de Kitsune no reflejó otra cosa que no fuera desprecio por esa persona que suplicaba por su vida.
–Intentas arrebatarme a Sempai, él es sólo mío, no puedo dejar que sigas viviendo. –
–No me acerqué a él, lo juro, lo juro… por favor, no me mates. –
–No intentes mentirme, tú estabas dándole algo, no sé qué sea, y no me importa, porque Sempai no lo quiere, a Sempai sólo le importo yo. –
Kitsune dijo eso con una seguridad que daba miedo. Pero yo no podía contradecirla en estos momentos, Shiori–san había sellado su sentencia de muerte.
–Sólo, me pidieron que se lo diera… eso es todo… por favor… por favor. –
El llanto no iba a arreglar nada, yo estaba mirando, Shiori era una chica de tercer grado de preparatoria, usaba lentes y tenía el cabello color café oscuro, probablemente pintado. Durante una clase, en la escuela, ella llegó a repartir invitaciones para el club de drama, tuvo el infortunio de ser observada por Kitsune mientras lo hacía. Yo le dije que no quería saber nada, pero ella insistió y puso el papel sobre mi banca… el resto ya se sabe.
–Acaba con esto de una vez, Kitsune, y vamos a casa. –
Ella está encinta, yo no debería poner estrés en ella, sé que Shiori no tenía intención de acercarse a mí, no personalmente, pero eso no es algo que Kitsune vaya a comprender. A la salida de ese mismo día, Kitsune estaba teniendo un episodio psicótico, me dijo que la acompañara, yo no me negué, de algún modo, ya sabía que estaba pasando. Me sorprende la rapidez con la que consiguió la información, pero seguimos a Shiori a su casa, ella sabía que no había nadie, así que entramos a su casa y la sorprendimos mientras se cambiaba.
Ahora estaba allí sentada, al lado de su cama con el pijama puesta. Y Kitsune la miraba con odio y desprecio.
Pude ver como Kitsune clavaba su cuchillo justo en medio de sus ojos, y los sesos de la chica cubrieron la alfombra. Un corte limpio, y Kitsune lo había hecho otra vez.
––––––––––
Caminábamos de regreso a casa, después de tomar todas las precauciones a las que tristemente yo ya estaba acostumbrado, tengo que admitir que no estuve del todo de acuerdo con ese último asesinato, pero también tengo que admitir que entiendo perfectamente cómo se sintió Kitsune. El error de todos modos fue de Shiori.
La escena no me causó la más mínima impresión, ya no importa nada, mis dudas se desvanecieron justo como su inseguridad. En ella, eso tuvo un cambio rotundo en su actitud, ya no tenía miedo de matar… ¿Qué cambio tuvo en mí? No podría decirlo. Yo ya me había decidido a aceptar la verdad como quiera que fuera, y a aceptar los sentimientos de Kitsune, quien estaba especialmente celosa (si es que eso era posible) desde que estaba encinta. No sé si cambie en algo, la verdad.
–Sempai me ama a mi ¿verdad? Me ama aún más porque voy a ser madre. –
–No lo uses como excusa, claro que te amo a ti, y solamente a ti, esto no tiene nada que ver con el hecho de que serás la madre de nuestro bebé, te amaré siempre a ti. –
Le di un pequeño golpe de karate en la cabeza mientras le decía que no usara su embarazo como excusa, como siempre lo hacía cuando la “regañaba” por algo así, ella me devolvió un beso en los labios. Después de eso seguimos caminando. Yo estaba pensando seriamente en dejar la escuela por la paz. Esto sin duda se convertiría en otro escándalo pronto. Que molesto.
Iba a decirle a Kitsune algo como eso cuando ella se detuvo de pronto. Frente a mi casa había un automóvil blanco parado. La puerta estaba abierta. Y había dos personas hablando con mi madre, al parecer eran una pareja, parecían adultos. Kitsune los miraba con desconfianza…
– ¿Pasa algo, Kitsune–chan? –
– ¿Podemos regresar más tarde Sempai? –
Había un rastro de enojo en su voz, y su episodio no había desaparecido el todo.
–Por favor, tenemos que irnos. –
Urgió ella, tomándome del brazo, nos dimos la vuelta antes de que nadie supiera que estábamos allí, y caminamos hacia ningún sitio en especial. No fue para mí difícil de figurarme de quienes se trataban. ¿Hemos sido descubiertos? De todos modos ¿Qué estaban estas personas hablando con mi madre? ¿Y porque Kitsune hablaba con ese tono de voz? La respuesta estaba allí, frente a mis ojos.
–Kitsune–chan, esas personas eran tus padres ¿verdad? –
Ella me miró por un momento, antes de asentir con la cabeza, por lo visto, ella no quiere que me acerque a ellos. Yo intenté tranquilizarla.
–Si es así, quizá sea un buen momento para revelar lo que está pasando, hablo de que serás mamá dentro de poco, no creo que vayan a estar contentos, pero no puede hacerse nada. –
–Sempai… no quiero verlos, no quiero hablarles, ellos son… malas personas. –
No logré darme cuenta del verdadero significado detrás de esas palabras, pero no era tan tonto para preguntar por ello, después de todo, ella de verdad parecía tener una aversión muy fuerte hacia sus padres, decidí hacerle caso a ella, después de todo, ella es mi esposa.
–Entiendo que no quieras hablar, podemos esperar a que se vayan y regresar a casa, pero… volverán. –
– ¿Qué haremos, Sempai? –
–Aun no quiero ver que mates a tus padres, si es eso lo que me estas preguntando, pero si tienes miedo, puedo decirte que no importa lo que suceda, no te abandonaré, a veces puede parecer que lo hago, pero ten por seguro que nunca lo haré, confía en tu esposo ¿sí? Confía en mí. –
Le dije eso porque últimamente había estado demasiado ocupado con mis clases, pero en realidad estaba pensando en un futuro para ella y para mí, y para nuestro bebé, ella lo malinterpretaría si seguía así… bueno, eso es pasado, no creo que nos convenga seguir yendo a la escuela en esta situación, ya no puedo contar el número de muertos.
–Confío en ti, en verdad lo hago, sé que no nos vas a abandonar. –
Ella hablaba por el bebé también, en estos casos, es normal que ella lo ponga por delante ¿no? Yo asentí y la abracé. Nos quedamos allí un rato, hasta que pudimos asegurarnos de que el automóvil se había ido. Después pediría información a mi madre acerca de estas personas. Lo importante en este momento es entrar a la casa, comenzaba a hacer frio.
––––––––––
Cuando entramos a nuestra alcoba, Kitsune se lanzó sobre mi sin dar tiempo de nada, como había dicho antes, ella había estado muy receptiva últimamente, y al parecer, esta noche iba a mandar ella, yo no tengo objeción con eso.
Dormimos apaciblemente esa noche. Llovió después de eso.
Una mañana lluviosa no era precisamente el mejor momento para hablar con mis padres acerca de la situación, o eso pensé, la verdad es que creo que ellos no pensaban lo mismo.
–Hemos estado manteniéndonos aparte en todo lo que ha pasado, pero eso no quiere decir que no podamos darnos cuenta de lo que sucede, de todos modos, las cosas no pueden permanecer así. –
Eso fue lo que nos dijo mi padre, Kitsune–chan y yo estábamos sentados en la sala de la casa, parece ser que la conversación entre los padres de Kitsune y los míos realmente había tenido lugar. Y lo que era aún peor, ellos estaban en desacuerdo con todo esto.
Bueno, mientras nadie dijera nada, creo que a mis padres realmente no les molestaba que Kitsune estuviera aquí, pero ahora sus padres habían metido su cuchara, así que mi padre estaba… nervioso por lo que pudiera pasar, después de todo, él tiene una visión de todo este asunto muy distinta de la mía y la de Kitsune, me preocupaba que compartiera la visión de los padres de Kitsune, cosa que era precisamente lo que parecía estar sucediendo.
–Esto está comenzando a llamar mi atención, de todos modos, tengo la impresión de que me estas pidiendo que me separe de ella ¿es así? –
–Yo no quiero separarme de Sempai. –
Chilló Kitsune, aferrándose a mi brazo, mi padre se enfadó.
–Esto no es sobre separarse, ustedes han estado viviendo todo esto demasiado rápido ¿Qué crees que sucederá si ella queda embarazada? ¿Crees que estaría bien? Para ella y para ti, lo mejor es que vivan las cosas conforme a su edad. –
Mi padre alzó la voz para decir eso, yo no dije nada, sólo lo miré. Iba a responder cuando mi madre intervino, tal vez para tratar de aclarar la situación.
–Yashite, hijo, tienes que entender que tu situación no es la mejor, estoy de acuerdo en que estén juntos y tu padre lo está también, pero, de todos modos, los padres de Kitsune no están muy complacidos con lo que está pasando, yo no creo que vayan a oponerse a su relación, pero tienen que llevar las cosas con más calma. –
Un nudo helado se quedó en mi garganta mientras sostenía la mano de Kitsune, ella debe haber sentido mi coraje y me colocó una mano en la espalda para tratar de tranquilizarme.
–Me niego. –
Me puse de pie, con Kitsune de la mano, mi padre también se puso de pie.
–Esto no es sobre si lo quieres o no, sus padres están asustados por el tipo de vida que ustedes dos están llevando, y por si no lo has notado, ella aun es una menor ¿Quieres acabar en la cárcel? –
–Digo lo mismo que acabo de decir ahora mismo, ¡me niego! –
Salimos de la habitación después de eso, dejando a mis padres discutir un poco sobre el asunto mientras abandonábamos la sala de la casa tomados de la mano, ella ni siquiera volteó a ver a mis padres, y yo sólo la miraba a ella, pero como era de suponerse, aquello no iba a acabar allí.
––––––––––
No había pasado una hora, cuando el automóvil blanco volvió a la casa. A mí y a Kitsune nos tomó mirando un drama en el computador. Ella se puso muy nerviosa cuando miramos por la ventana al automóvil estacionarse.
–Deberíamos irnos ¿o no? –
Le pregunté a Kitsune, ella sólo me abrazó, pude sentir su miedo justo allí, pero tenía que manejar la situación, tenía que poder con esto, o todo lo que he hecho no valdrá para nada. No podía pedirle que matara a su familia ni a la mía. Necesito pensar.
–No lo sé, Sempai, no sé qué hacer. –
Me dijo Kitsune, estaba temblando, y a punto de un episodio, cosa que podía ser desastrosa en este lugar, así que tengo que hacer que ella se mantenga tranquila, la tomé de la mano, jugando con el anillo que ella tenía puesto en el dedo, como recordándole mí promesa, y bajamos después de ello.
Lo primero que supe cuando los vi, es que estas personas eran nuestros enemigos.
Mi padre no quería mirarme, y mi madre me miraba con algo de preocupación, aquello parecía más una reunión de padres que tratan de concertar un matrimonio que una donde tratan de separarlos. Kitsune estaba sentada con la cabeza agachada, en medio de sus padres, porque ellos así lo quisieron, mis padres me rodearon a mí, estábamos ambas familias frente a frente.
–Lo primero que quiero que me digas, muchacho, es porque te has llevado a mi hija. –
Eso lo dijo su padre, con eso no me quedó duda alguna de lo que estaba pasando, este hombre quería separarnos, mi pregunta era ¿Por qué? Y ¿Cómo? Así que me puse de pie. Aquella sola declaración, me dio a entender que el hombre estaba ofendido por el hecho de que estuviera viviendo con su hija, pero no había en sus palabras ni un rastro de preocupación por el estado de Kitsune, eso me hizo rabiar.
–Yo no me he llevado nada, nos conocimos, nos hicimos novios, ella comenzó a vivir aquí, y eso es todo. –
Esa fue mi respuesta, supongo yo que mi tono era igual o más hostil que el del señor, pero no agache la cabeza, no he hecho nada de lo que deba avergonzarme, por más que estas personas insistieran en que así era.
Yo permití que este hombre tomara el control de la situación por un momento, ahora entiendo que de eso se trataba, sabía que mis padres estaban allí para protegerme, pero en el caso de ella, ellos estaban allí para apartarla de mí, demostraron que tenían poder sobre ella al momento de hacerla sentarse en medio de ellos dos. Yo quise ser condescendiente, pero esto no se trataba de educación, fue un pequeño error de cálculo, el creer que estas personas estaban preocupadas por ella.
Bien entonces, ahora mismo lo arreglo. Salí de en medio de mis padres mientras ellos me miraban, y me senté al lado de la mesa, con los padres de ella a la derecha y los míos a la izquierda. Hora de demostrar que quien tiene el control soy yo.
Hice sólo un movimiento con la mano, indicándole a Kitsune que se sentara a mi lado, supongo que se vio más como una orden de un amo a su esclava, pero no importaba, porque Kitsune sin decir palabra, obedeció.
Tanto mis padres como los suyos se quedaron atónitos, eso es, vamos dejando las cosas en claro, aquí quien manda sigo siendo yo. Su madre le habló a ella.
– ¿Y tú qué crees que has estado haciendo? Primero tu hermana muere, y luego tú desapareces, eres desconsiderada con tu familia. –
– ¿Qué paso con su hermana, señora Katabe? –
Preguntó mi madre, quien no sabía nada del asunto, la señora Katabe dijo que había muerto en un accidente. Después de eso, Kitsune–chan tomó la palabra, creo que mencionar a Takeshi en ese momento fue una mala idea para la salud mental de Kitsune.
–Yo pertenezco a Sempai, ahora él es mi familia, debo estar al lado de mi esposo. –
Finalmente lo dijo ¿eh? Ella mostró su anillo, orgullosa, no hacía falta mucho para darse cuenta de que era genuino, esto puso de un humor pésimo a mi padre y al de ella.
–Esto se ha convertido en una broma muy tonta, son dos chicos hablando como si fueran adultos, quizá deberíamos dejar que la policía resolviera el asunto, señor Ataka. –
El padre de Kitsune estaba colérico, pero ahora nos estaba haciendo a un lado, supongo que encontró imposible hacernos seguir su capricho. Mi padre estaba bastante nervioso, era evidente que, si el asunto llegaba a manos de la policía, yo sería arrestado, y desgraciadamente, yo sabía que, en ese caso, aquello se convertiría en algo mucho, mucho peor.
La policía comenzaría a atar cabos sueltos y eventualmente, ambos, ella y yo, acabaríamos en la cárcel, aquello era sin duda, el suicidio. Por otro lado ¿Por qué Kitsune no había sacado su cuchillo? Me pareció extraño porque en realidad ya había una voz en mi cabeza diciéndome, “Sólo mátalos a todos” ¿Ella podía oírla también? ¿Y si era así, porque no lo hacía? Ella siempre era mucho más violenta que yo.
–Escucha, Yashite, yo sé bien que amas a esta chica, y sé que esta chica te ama a ti también, pero el asunto ha superado tus fuerzas ¿Acaso quieres que lo separen? Ella es una chica joven y debe estar con su familia, ya lo habíamos hablado antes, y si no te hubieras negado a escucharme, entenderías que esta situación ha llegado demasiado lejos. –
–Yo no tengo ninguna intención de ser separado de ella, ya lo sabes, preferiría estar muerto. –
“O matarlos a todos ustedes” me falto decir. Pero mi madre hablo después de eso.
–Escucha hijo, yo no me opongo a nada de esto, incluyendo el hecho de que te cases con ella, pero es demasiado pronto, pienso que estas personas permitirán que se sigan viendo, y si es así, entonces hay una esperanza para ustedes. –
–Por supuesto que no nos oponemos, pero estas cosas deben ser como deben ser, dos chicos de su edad son aún demasiado jóvenes para esto. –
Eso fue lo que dijo su madre, aunque una voz en mi cabeza me decía que estaba mintiendo, luego esa voz dentro de mi siguió diciendo “Mátalos, Mátalos” sin embargo, yo estaba resistiéndome a ir a mi alcoba por mi arma, mirando a Kitsune, también sabía que mi padre tenía razón de alguna forma, la lógica de estas personas me estaba venciendo, pero si algo me venció, finalmente, fue la propia Kitsune.
–Hagamos lo que dicen, Sempai, yo no quiero ser separada de ti, pero si esto va más lejos, ambos sabemos que no acabará bien. –
––––––––––
Mis padres y los de ella salieron después de escuchar esas palabras, yo casi no podía creerlo. Ella parecía a punto de llorar.
– ¿Por qué estás haciéndome esto? –
Fue lo primero que salió, con una serie de sentimientos encontrados.
–Sempai dijo que no quiere verme matar a mis padres, y yo no quiero ver que tengas que matar a los tuyos tampoco, y si no lo hacemos, y la policía viene…. –
No puedo con esto, de todas las personas, nunca pensé que sería ella quien lo sugeriría, pero ella estaba viendo esto como un sacrificio para mi bienestar. También está dentro de su psique. Ella siempre ha estado dispuesta a morir para que yo estuviera bien. Creo que esto es más o menos como eso. Yo acaricie su cara un momento.
Pero tenía razón, yo todavía no quería ver algo así en ella, no sé porque lo pensaba tanto, pero creo que era porque les estaba agradecido a estas personas, por haber tenido a Kitsune, así que por mucho que les odiara, todavía no quería ver a Kitsune hacer algo así… tampoco sé si yo tenía valor para matar a mi familia, esta vez, no teníamos ninguna posibilidad.
–Nos separaran de todos modos, ¿no es así? –
–Intentaré escapar, no sé qué haré, sólo no quiero que te hagan daño, es eso. –
Mi padre entró a la sala después de eso, al parecer mi madre estaba afuera platicando con ellos.
–Yashite, su padre está esperando por ella, podrás seguirla viendo después de esto, así que no lo tomes como una separación, pero por ahora, ella necesita estar con su familia, estará mejor allá. –
–Sempai, tu siempre, siempre cumpliste mis promesas, gracias por amarme, te amo, y siempre te amaré, te lo juro. Sempai, fuiste lo mejor que me pasó. –
No supe responder a eso, ¿De qué diablos servía todo ese amor si ella no iba a estar allí de todos modos?
Habíamos sido derrotados por algo tan simple, me parecía completamente increíble, tenía que ser una pesadilla. De haber tenido mi arma en esos momentos le habría disparado a todo el mundo, pero no la tenía, la rabia, la tristeza, la angustia y la reciente depresión, no me dejaron reaccionar. Kitsune tomó su bolso, me dio un beso, y se fue.
–Déjanos a mí y a tu madre arreglar esto, tú sólo ve a tu alcoba, estas cosas deben ser resueltas así. –
Me ordenó mi padre, yo no recuerdo haber subido las escaleras, cuando me di cuenta, estaba en mi alcoba, llorando como un niño. Nunca me he sentido más miserable.
––––––––––
Escuché la puerta del automóvil cerrarse detrás de mí, aquello fue como si algo se rompiera dentro de mí. Estaba en mi alcoba, con las manos en la cara para no mirar a ningún lado, alguien entró de pronto, iba a decirle que se fuera, pero ni siquiera tuve fuerzas para echar a mi hermana de mi cuarto, ella me miraba.
– ¿Vas a dejarlo así? Onii–san. –
Yo volteé a verla, estuve a punto de descargar mi coraje y mi frustración con ella.
– ¿Qué demonios dices, tan de pronto? –
–Preguntó que si vas a dejar que se la lleven. –
Yo voltee a verla, pero Kirara no retrocedió ¿Por qué tiene que ser tan entrometida en estas cosas? Ya estaba lo suficientemente devastado como para que agregaran más leña al fuego, sobre todo si se trataba de Kirara.
–Después de todo lo que has hecho, vencido por la opinión de papá y mamá, que débil. –
Aquello llamó mi atención, voltee como un relámpago a verla, ella tenía una expresión seria, y algo enfadada, pero… Kirara ¿Exactamente que quería decir?
–Ahora estará donde debe estar, es una niña por todos los santos, se acabó el juego. –
–Papá te ha lavado el cerebro, tú no piensas así, Onii–san, pero ¿sabes? Papá sólo tiene miedo de que Kitsune–chan quedé embarazada, no le interesa tu relación y tampoco le importa ella, y pensé que a ti si te importaba. –
– ¡Claro que me importa! Es por… su bien, esto es para su bien, es para que ella este mejor. –
– ¿Y va a estar mejor? –
– ¿Sabes que te odio? Sólo déjame en paz, no necesito tu lógica maldita en este momento, no necesito que me sermonees, déjame tranquilo ¿Crees que no me duele lo que ocurre? Yo… no puedo hacer nada. –
Me llevé las manos a la cara, estaba llorando, creo que lo que me decía mi hermana estaba haciendo mella en mi cerebro, era un tormento sobre otro, y lo peor, es que sabía que ella tenía razón.
Ella interrumpió mi llanto, me dio una bofetada con tanta fuerza que casi caigo de la cama, iba a devolverle el golpe, pero era intimidante verla tan enfadada, o será que sin mi novia me sentía tan débil, que no pude responder.
– ¿No puedes hacer nada? ¡Vete al demonio! Siempre odié tu relación acaramelada hasta los huesos ¿sabes? Odiaba todas las cosas bonitas que solían decirse, y odiaba no poder dormir ¡porque tu noviecita hacia tanto ruido en la cama que podía oírla todo el vecindario! Me ponía dos almohadas en los oídos para no escuchar como “te divertías” con ella hasta la madrugada, para despertar y encontrarme con su vocecita chillona diciendo “Sempai, esto” “Sempai lo otro” todos tus regalitos, cartitas, y todos esos coqueteos, a todas horas… almuerzo, comida y cena… ¡Creo que si no quiero un novio es por eso! Ustedes me hacen querer vomitar todo ese amor que se juran a diario… Pero nunca dije nada… nunca dije nada porque creí que al menos era de verdad… creí que detrás de toda esa fachada de pareja–tonta, de abrazos y besos, de atenciones molestas y ruidos por la noche… había una relación, una de verdad… creí cuando se decían que no importaba lo que sucediera, no iban a separarse… y creo que al principio era verdad… así que no me vengas con que no puedes hacer nada, porque eso nadie lo cree, ni ella, ni papá, ni yo, ni tú tampoco. –
Todo eso me dejó perplejo, es cierto que estaba devastado, pero también es cierto que Kirara tenía toda la razón en lo que me estaba diciendo.
– ¿Qué debo hacer? –
Pregunté, porque en realidad, creo que no acababa de comprender lo que ella me decía, o tal vez no quería comprenderlo.
– ¿Qué hiciste la última vez que alguien se atrevió a llevarse a tu novia? Onii–san. –
De acuerdo, esas palabras me dieron un escalofrío, tanto, que siento yo que me estremecí por dentro cuando ella dijo eso, la miré perplejo, sin saber que decir. Tragué saliva y le pregunté:
– ¿Sabías lo que paso? –
Fue la única pregunta que alcance a formular, aunque creo que era una pregunta tonta en estos momentos, porque yo conocía la respuesta.
–No soy idiota, Onii–san… lo he sabido desde siempre, tengo que admitir que tienes tu lado… escalofriante, pero pienso en ti como alguien que mantiene su palabra a toda costa, y si tu novia está bien con esa parte de ti, entonces está bien… pero de nada va a servir si te escondes cuando ella te necesita, no me vengas con que ella estará mejor, porque tú y yo sabemos que eso no es verdad… Van a llevarse a tu novia, Onii–san ¿De verdad no harás nada al respecto? –
Me dijo, y luego ella se dio la vuelta y se marchó.
––––––––––
Sonreí, fue como si me quitaran un gran peso de encima, finalmente mi mente estaba clara, tal vez nunca lograría agradecerle a Kirara lo suficiente por sus palabras, por todo lo que hizo por mí. Creo que, en ese momento, me quedó más que claro, que nunca fui tan bueno para esconder las cosas como yo pensaba, al menos mi hermana me conocía demasiado para ocultarle algo. Y suspiré. “Qué más da”
Y me puse de pie, no iba a romper mi promesa en este momento, creo que Kirara tiene razón, y también puede que su padre fuera su padre, pero de algún modo, me siento con más derecho que él ¿Habría hecho su padre todo cuanto yo había hecho? Le agradezco como a nadie, por haberle dado la vida, si eso es lo que él siente que le da tanto derecho sobre Kitsune, pero la vida de ella ya no le pertenece a él, sino a mí… eso es, Kitsune es mía.
Pensé que tal vez iba a morir por esto, después de todo, ¿Había algún otro destino posible? Pero pensaba que, si iba a morir, al menos lo haría manteniendo mi promesa, tal como Kitsune–chan lo hubiera hecho, porque si bien es cierto que ambos estábamos locos, también es cierto que su amor siempre sobrepasó al mío con mucho, creo que es hora de devolverle un poco de eso a ella, que tanto se lo merece. De todos modos, yo no iba a estar bien aquí, sin ella, y probablemente ella moriría de soledad, y yo también. Creo que eso es algo que ella no se merece, a decir verdad, ella no se merece que su Sempai la abandone, su única culpa reside en conseguirse un Sempai tan cobarde.
Saque el celular y marque el número de Itami. Aquello no podía esperar más tiempo, por suerte, mi padre seguía hablando de algo con el padre de Kitsune.
–Itami, soy yo, necesito que nos recojas en cinco minutos, en mi casa. –
–Pero yo… –
–No fue una pregunta, tú más que nadie sabes que hablo muy en serio. –
–Está bien, allí estaré. –
Me sentí mal por haber utilizado a Itami para esto, pero sería, con suerte la última vez, nadie puede vivir aquí una vez que ha desafiado a mi padre de la forma en que voy a hacerlo, así que estaba claro que no podía volver, como sea, ya no hay tiempo para pensarlo más. Itami sabía perfectamente que, en asuntos como estos, no me detendría ante nada ni nadie, entendía perfectamente lo que ocurriría si no hacia lo que le digo, una vez más, perdóname, amigo, pero esto es una emergencia.
Salí de mi cuarto, Kirara estaba parada afuera, creo que estaba esperando a que saliera, cuando volteo a verme, me dijo algo:
–Si esperas a que el auto se vaya, le destrozaras el corazón, ella está allí pacientemente esperando a que hagas lo que le prometiste qué harías, así que… Ve, Onii–sama. –
Yo sólo sonreí y bajé por las escaleras. Y entonces salí de mi casa de nuevo, llevando el arma escondida detrás de mí… el automóvil blanco estaba parado afuera, Kitsune me miró desde dentro del auto, pegando sus manos a la ventana. Lamento haber dudado justo en este momento, amor mío, pero todo estará bien en un segundo, lo arreglaré en un segundo.
–Yashite, creo que te dije que permanecieras dentro de la casa. –
Eso me dijo mi padre, creo que él ya sabía que yo había renunciado a abandonar a mi novia cuando salí de la casa, parece que está tratando de hacerme entrar en razón, pero perdí eso hace tanto tiempo que ahora no creo poder acostumbrarme, sobre todo si esa razón implica un mundo sin Kitsune.
–Creo que va a haber un pequeño cambio de planes. –
Le dije a mi padre, mientras apuntaba mi arma al padre de Kitsune, ambos padres y ambas madres se quedaron helados por lo que estaba pasando. Había una distancia todavía considerable entre mi arma y su objetivo, así que no había posibilidad de que me la quitara, Creo que mis padres en realidad no sabían nada.
–Yashite ¿Qué demonios piensas que estás haciendo? –
Exclamó mi padre, “Ahhh, viejo, me gustaría haber vivido más como tú deseabas, y haberte hecho sentir orgulloso de mi en algún momento, pero las cosas me salieron de una forma distinta, tal vez en otra vida”.
–No deberías jugar con armas muchacho. –
Me dijo el hombre, yo reprimí una mueca. Apunté a la llanta del auto y disparé, el sonido del cañón resonó por toda la calle, la llanta del automóvil obviamente se desinfló, el hombre se quedó pasmado. A mí la mano ya no me temblaba, la había disparado en tantas ocasiones, que ya no lo sentía tan extraño. Mi padre debe haber notado eso también, no dijeron nada ninguno de los dos. Volví a apuntar al padre de Kitsune.
–Kitsune–chan, sal del auto, ahora. –
Le ordené, como si fuera lo más natural del mundo ella obedeció. Abrió la puerta del auto y tomando su pequeño bolso, salió de él, su padre hizo señas de querer detenerla, pero todo parece haber pasado demasiado rápido para él. Bajó la guardia al creer que había ganado. Abracé a Kitsune junto a mí, y ella comenzó a llorar.
–Sempai… Sempai, no quiero separarme de ti, ¡no quiero hacerlo!… Esto es demasiado duro para mí, no lo soportaré, por favor, quédate conmigo. –
–Ya está todo bien, amor mío, no voy a separarme de ti, no importa lo que suceda, perdona por la demora. –
Me disculpé, pero ella negó con la cabeza.
–No, Sempai planeaba las cosas, siempre planeas las cosas, así que lo entiendo. –
Pienso que Kitsune me ve como una persona mucho mejor de lo que realmente soy… Bueno, no puede evitarse, como sea, no es momento de pensar en esas cosas.
Mi padre se acercó a mí, parecía amenazante, sin embargo, cubrí a Kitsune detrás de mí… listo para lo que sea que venga ahora.
–No pienso aceptar esta relación, Yashite, ella es una niña y tu aún eres muy joven para arruinar tu vida, no puedo dejar que lo hagas, entiendo que tienes que cometer tus errores, pero… –
No le permití que terminara, mi arma seguía en mi mano y apuntando al padre de Kitsune, o por mejor decir, al señor Katabe, aquí es donde la cosa normalmente tendía a ponerse peor.
–Me hablas de cometer mis errores y aún intentas separarme de ella, no voy a escucharte más, no gastes tus palabras, si te acercas un poco más a ella, serás mi enemigo. –
Eso fue lo que le dije, no quería usar palabras duras con mi familia, pero necesitaba que mi padre abandonara la idea de separarme de Kitsune, a como diera lugar. El tiempo seguía corriendo en mi contra.
– ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¡Estás hablándole de esa manera a tu padre! No te lo voy a permitir. ¿Quién te crees que eres? –
Mi madre parecía muy enfadada, de acuerdo, no tengo corazón para hablarle de la misma manera a mi madre, pero sucede que alguien si lo tenía. Kitsune estaba para al lado mío, con su enorme cuchillo en las manos.
–Onee–san trató de separarme de Sempai, todos los que traten de separarme de Sempai, merecen morir. –
El señor y la señora Katabe miraron a Kitsune, quien estaba a la mitad de uno de sus episodios psicóticos, supongo que impulsado por el mío. De todos modos, me pareció algo extraño que ella pensara en su hermana mayor en ese momento, creo que para Kitsune, esa ha sido la más grande enemiga que ha enfrentado.
–Tu hermana se accidentó… ella resbaló por… –
–No fue un accidente, yo lo hice, yo la aparte del camino, y apartaré a quien quiera que se atreva a tocar a Sempai, él es sólo mío. –
Kitsune no dejó terminar a su madre de hablar, luego miró a la mía, estaba muy enfadada, normalmente hubiera hecho lo posible por detenerla, pero era tarde para eso, además, estaba ocupado manteniendo al señor Katabe y a mi padre a raya, ¿Dónde diablos estás, Itami?
– ¡No se atreva a hablarle así a Sempai, la cortaré si lo hace! –
Amenazó Kitsune. Mostrando su cuchillo a todo el mundo, supongo yo que ambos padres y ambas madres se quedaron perplejos al ver las reacciones de sus hijos, por demás, Kitsune acababa de confesar que había matado a su hermana mayor. Algún valiente trató de hacerse el héroe, me refiero a que era alguien que no tenía nada que ver, trató de quitarme el arma, pero Kitsune le cortó el cuello sin ningún tipo de misericordia, el sujeto se quedó en el suelo, atragantándose con su propia sangre, después de eso, los demás transeúntes que miraban la escena huyeron. Maldición, si esto continuaba así, la policía no tardaría en llegar. Kitsune se adelantó unos pasos, mirando a mi madre, quien retrocedió al comprender que la cosa era seria.
En ese momento, un automóvil entró en el patio de la casa. Maldito, te he dicho 5 minutos, Itami. Bueno, no había tiempo, jalé a Kitsune conmigo y me acerqué al auto, aun apuntando la pistola al señor Katabe, quien ardía de rabia.
–Lo siento, pero no voy a entregarte a mi Kitsune, no me importa cuánto derecho crees que tengas, ella me pertenece. –
Miré hacia la ventana por un momento, mi hermana, Kirara, observaba la escena desde su alcoba, estaba sonriendo, puede que no fuera lo que mis padres querían, pero era lo que yo tenía que hacer, me dio gusto entenderlo a tiempo y me dio gusto que Kirara, al menos, lo entendiera.
Subimos al automóvil y salimos echando chispas de allí.
– ¿A dónde vamos? –
–Por lo pronto, lejos de aquí. –
Fue lo que le dije, él aceleró, conduciendo como nunca lo había hecho, pero supongo que él comprendió, por lo que vio al llegar, que de verdad se trataba de una emergencia, habíamos estado unos momentos en el auto cuando él volvió a hablar.
–He cubierto las placas del auto antes de venir, fue una buena idea ¿no? –
–Lo fue, en efecto, tengo que admitir que eres muy inteligente, Itami. –
Este sujeto jamás podrá entender cuan agradecido estoy por lo que está haciendo ahora, pero al menos creo que lo entendía un poco. Kitsune comenzaba a tranquilizarse, aun así, tenía la cara llena de sangre y las manos también, todo por un imbécil que trató de hacerse el héroe, a veces hay que aprender a no meterse donde no se les llama.
––––––––––
En las afueras de Tokio, justo al lado contrario a la ubicación de las ruinas de la mansión Kawashime, estaba la última estación de autobús que uno podía tomar si quería salir o entrar a la ciudad. No faltaba mucho tiempo antes de que pasara el siguiente autobús. Hasta allí llegamos. Cuando nos bajamos del auto, Itami se bajó unos momentos.
–Uff, vaya lío ¿no? Estaré en problemas con mi padre una vez llegue a casa, el auto ha quedado hecho un asco… ¿están bien? –
Preguntó él, Kitsune–chan estaba escondida detrás de mí, asintió tímidamente.
–Estamos bien, supongo que desde aquí podemos hacerlo solos, no tengo forma de devolverte lo que has hecho por nosotros el día de hoy, Itami. –
Le dije, él solo se rascó la cabeza y sonrió, luego dijo:
–No te apures, hombre, más importante ¿Quién es el Yandere aquí? –
Preguntó, su curiosidad salió por fin, yo sonreí, le puse una palma en la cabeza a Kitsune para que estuviera tranquila, no había nada de malo en satisfacer su curiosidad ahora.
–Ambos lo somos. –
Respondí, este sujeto retrocedió un paso, resoplando para mostrar que estaba asombrado, estaba comenzando a oscurecer de todos modos. Una vez cogiéramos el autobús, no habría peligro, supuse. Sin embargo, no tenía un plan claro acerca de lo que íbamos a hacer ahora.
¿Cuánto tiempo podíamos huir los dos de esta manera? No por mucho, me atrevo a decir que tan sólo teníamos unas horas antes de ser atrapados, y si nos cogían desprevenidos, estaríamos en graves problemas. Itami interrumpió mis pensamientos.
–Eso es… genial… quiero decir, son gente muy intensa ¿no es verdad? Y están dispuestos a todo y esas cosas… me gustaría ser tan fuerte… aunque no creo que podría de todos modos… –
–No lo intentes, no tienes ninguna necesidad, y después de esto será mejor que lo olvides todo, Itami. –
Le respondí, no había ninguna persona en la carretera o en la parada del autobús, por lo que ahora todo estaba silencioso.
–Dime algo… ¿todo este tiempo fuiste tú? Todos esos… muertos… –
–Podríamos decir que sí. –
Le respondí, no sentí ninguna culpa a pesar de que los rostros de todas esas personas pasaron justo enfrente de mis ojos antes de responder la pregunta.
–Vaya… es… difícil de creer. –
Respondió él, luego se dispuso a volver al auto, yo saqué algo de bolsillo y se lo entregué, Itami desdobló lentamente la revista que él me había dado mucho tiempo atrás.
–Realmente me ayudaste con esto. –
Le dije después, él sonrió forzadamente.
–Bien, verás, no tienes que devolverlo ¿sabes? –
Negó con ambas manos, pero yo ya no tenía la necesidad de algo así, ya que sabía todo lo que había que saber sobre este asunto, así que la puse contra su pecho.
–Debes llevártela, deshazte de ella si quieres, pero no puedo llevarla conmigo. –
–De acuerdo, hombre, entonces, me voy… supongo que esto es el adiós ¿no? –
–Lo es. Adiós, Itami. –
Esa fue mi despedida, después de eso, el auto arrancó y jamás volví a ver a ese sujeto.
–––––––––
Yo abracé a mi novia, mientras trataba de pensar en algo, pero… vi el automóvil blanco estacionarse cerca de la estación. De alguna forma, supuse que en cuanto nos detuviéramos, este sujeto nos daría alcance, era persistente. De todos modos, no iba a permitir que le pusieran una mano encima. Eso nunca.
–Sempai, no importa lo que pase ahora, no permitiré que te toque nadie, no me importa quien sea. –
Bueno, ella me robó las palabras de la boca, supongo que, para ella, estas personas no eran otra cosa que sus enemigos.
–Así que no hay escape ¿Eh? –
Estaba harto de estas personas, sé que en algún momento me resistí a eliminarlas, pero entendí que, si no lo hacía, no nos dejarían tranquilos. No iba a esconderme de todo esto, ahora que he llegado hasta aquí, sólo tengo la opción de continuar, sólo tuve esa opción desde el principio, no me arrepiento de nada.
–Bien muchacho, creo que has cometido un error, por encima de todo, estás volviendo loca a mi hija ¿crees que creeré esa estúpida historia de que ella mató a su hermana? La policía ya viene ¿Qué harás? –
Si este sujeto tenía razón en lo que estaba diciendo, entonces no teníamos mucho tiempo. Me decidí a acabar con él de una buena vez. Pero el hombre cometió un error, se negó a aceptar la realidad, si lo hubiera hecho tal vez se habría dado cuenta de que a quien tenía que dirigirse en primer lugar era a Kitsune.
–Debo proteger a Sempai… debo proteger a Sempai… –
Kitsune murmuraba, sé lo suficiente para entender que cuando ella comienza a ponerse así, lo mejor es dejarla en paz, al menos para cualquiera que no sea yo… durante la tarde, me pregunté si ese concepto también incluía a su propio padre, pensé que él también estaba… exento de ser marcado como objetivo, por la forma tan dócil en la que reaccionó, pero ahora entiendo que me equivoqué, porque Kitsune entendió que lo que este hombre buscaba era separarla de mí, y como de costumbre, aquello era como accionar una bomba. Ahora Kitsune lo miraba con un sólo sentimiento marcado en su rostro.
Ella comenzó a reírse, tal parece que le hizo mucha gracia la inocencia del señor Katabe, era ya una risa algo psicótica y ella estaba muy alterada.
–Yo maté a Onee–san, Onee–san trató de arrebatarme a Sempai, así que la arrojé por la ventana, Amatsune también lo intentó, y acabó en la trituradora, Waraki Mayuri quiso acercarse a Sempai, la corté en pedazos, y Kawashime Midori… Sempai no necesitaba a esa perra, Kubo Ririte creyó que podía separarnos, su cuerpo fue enviado por Sempai al fondo del mar… Eso es porque nadie puede tocar a Sempai, es mío. –
¿Por qué escogió Kitsune–chan este momento para decirlo todo? Sus padres estaban allí frente a nosotros, de alguna forma mis padres estaban detrás de ellos también, pero no interfirieron, lo cual celebré en ese momento. El autobús estaba a punto de llegar, si tan sólo tuviéramos más tiempo.
–Estas mintiendo, algo te ha dado este bastardo… –
–No le hables así a Sempai. Nadie puede hablarle así. –
Kitsune–chan, es por eso que la amo tanto, ella está defendiéndome incluso aunque no hay ninguna necesidad de eso, bueno, como ya había dicho es hora de corresponder a ese amor vasto y loco que ella tiene por mí, después de todo, soy su Sempai. Por eso caminé por enfrente a Kitsune, unos pasos, ella me siguió y yo la detuve con la mano, tan sólo unos momentos. Sé que lo que estaba haciendo era egoísta, pero no podía permitir que fuera de otra forma.
–Al menos tú tienes que estar bien, no te atrevas a desafiar a tu Sempai ahora, Kitsune. –
El padre de Kitsune, que estaba frente a nosotros avanzó, parece que estaba algo fuera de sí, yo tenía mi arma en las manos, iba a disparar, pero él sacó también un arma y eso alarmó a Kitsune quien corrió y me abrazó con fuerza.
–Ella es mi hija, no tienes ningún derecho. –
Eso fue lo que me dijo el hombre, creí que ese detalle había quedado claro, pero no fui yo, sino Kitsune quien respondió, con los ojos encendidos, y aferrándose aún más a mí.
– ¡Yo soy de Sempai! –
–Deja ya esa tontería, tú me has quitado a mis hijas, maldito hijo de… –
El señor Katabe apuntó con la pistola, y algo me arrojó al suelo… ni siquiera escuché el sonido del cañón. Cuando volteé a verlo, el hombre tenía la mirada perdida y el rostro desencajado, pero yo estaba sano y salvo. El cuchillo de Kitsune había entrado justo por en medio del abdomen del señor, que miraba a su hija sin poder creer lo que estaba pasando, Kitsune cerró los ojos un momento, luego miró al hombre a la cara.
– ¿Sabes, Otou–sama? Yo… debo proteger a Sempai, porque él es mío… tú no puedes herir a Sempai… yo protegeré a Sempai. –
Su voz sonaba tranquila.
–Hija mía, qué diablos te ha pasado, yo… yo… –
–Ah, estas mirándome ahora, Otou–sama, es la primera vez que me miras a mi ¿sabías? Pero es tarde… te has tardado mucho… porque ahora yo ya tengo un futuro, tendré una familia con Sempai. –
Después de eso, el hombre se desplomó sobre el suelo, Kitsune sacudió su cuchillo. Las otras personas que estaban cerca, que para mí parecían perfectos desconocidos ahora, se quedaron viendo, yo corrí hasta donde estaba Kitsune y la tomé de la mano, con mi arma en la otra mano, el padre de ella alzó una mano.
–Debiste quedarte al margen, Otou–sama, Sempai no suele perdonar a quien intenta separarnos. –
Le dijo ella, con una voz helada y completamente carente de emociones. Yo comprendí al vuelo y apuntando a la cabeza del hombre, tiré del gatillo.
Se escuchó un grito justo después del estruendo de la bala, y la madre de Kitsune se acercó corriendo hasta donde estábamos, sin pensar en nada, supongo yo. Kitsune no lo permitió. Con un movimiento lleno de rencor, alcanzó a la mujer a mitad de su carrera y le cortó el cuello al pasar.
Después de eso, mis padres, se quedaron completamente atónitos, mirándose entre ellos. Kitsune se acercó a mí después de eso, su respiración estaba algo acelerada, pero al parecer ella no estaba pasando por un episodio.
–Perdona por no obedecer a mi esposo, pero no creo que pudiéramos estar tranquilos si esto no hubiera sido así, nunca nos hubieran dejado en paz. –
Me dijo ella. Yo negué con la cabeza, no tenía nada que perdonar, si mis padres querían ser los siguientes, sería yo mismo quien cumpliera ese deseo.
–Debemos irnos Kitsune–chan, no podemos tomar el autobús en este sitio, no con el alboroto. –
–Sempai, si nos apresuramos, quizá podamos llegar al pueblo siguiente antes de que amanezca. –
Me recomendó Kitsune, supuse que era la mejor opción, a pesar de que no faltaba mucho para la llegada del autobús, el que nos encontrara en ese estado podía suponer aún más riesgos, y eso era exactamente lo que teníamos que evitar ahora. Así que tomé a mi esposa de la mano. Alguien habló en mi espalda.
–Si te vas ahora, no tendrás permitido regresar ¿Me oyes? Jamás. –
Al parecer mi padre se había cansado de esperar, yo me di la vuelta, levanté el arma y jalé del gatillo, fallé a propósito y la bala pasó a un lado de su cabeza.
–No fallaré una segunda vez. –
Y tomé a Kitsune de la mano. Ella me miró por un momento, su rostro carente de emociones comenzó a mostrar una sonrisa. Ella dirigió una mirada de desdén a los dos cadáveres que estaban en el suelo, luego nos dimos la vuelta. Esta vez, nadie nos siguió.
––––––––––
Todavía no sé en qué momento ella se convirtió en lo que es ahora, o en qué momento lo hice yo, pero, a decir verdad, somos felices así, y nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de separarnos por ninguna razón, y seguiremos eliminando a quien lo intenté. Me hice esa promesa mientras caminaba con Kitsune. Supongo que sólo resta dirigirnos a un lugar en el que nadie lo intente, pero ¿existe un lugar así acaso?
–Sempai… ¿Cuándo voy a ser madre? –
Me preguntó ella, estábamos entrando al pueblo, un sitio muy tranquilo en realidad, pero como quiera que fuera, tendríamos que seguir moviéndonos pronto. Sólo que pensé que por el estado en el que Kitsune–chan se hallaba, lo mejor era descansar. Mientras buscaba un sitio para ello, ella me preguntó eso, estaba prensada de mi hombro.
–Bueno, el último examen médico decía que tenías doce semanas de embarazo, así que… faltan como seis meses. –
–No quiero esperar… Sempai. –
–No puede hacerse nada, Kitsune–chan… por otro lado ¿Podrías dejar de decirme Sempai? –
Ella abrió los ojos de pronto, parecía mortificada, así que me expliqué.
–Bueno, ni tu ni yo somos estudiantes ahora, así que ese título está fuera de lugar ¿sabes? –
– ¿Entonces cómo debo decirte? ¿Querido? ¿Cariño? ¿Amo? –
Comenzó a preguntar ella, yo enrojecí, a decir verdad, no estaba del todo de acuerdo a que ella me llamara de otra forma que no fuera mi nombre, pero tampoco se lo podía decir a ella, después de todo, ella debería querer escoger el cómo llamarme. Yo negué con la cabeza.
–Escógelo tú, eres tú quien lo va a decir. –
Kitsune–chan lo pensó un momento, luego me miró y me dijo.
–Tardaré un poco en acostumbrarme, pero… Te amo… Otou–san –
No estaba mal, sería verdad en poco tiempo según parece, así que la abracé levemente, y le respondí al oído.
–También te amo… Okaa–san. –
––––––––––
Había un hotel pequeño en el poblado, que parecía más bien diseñado por si necesitabas parar por alguna razón en aquel lugar tan solitario, ya fueran averías en tu auto o lo que fuera, así que estaba bastante solitario, por lo que vi, únicamente éramos Kitsune, yo, y otra pareja de huéspedes.
Entramos en el hotel y después de pagar por la habitación, lo primero que hicimos fue ir a dormir. Nadie sabía que estábamos aquí y por el momento eso nos mantendría a salvo, pero no puedo seguir rodando con mi esposa por siempre, necesitaba encontrar un sitio al que tanto ella como yo pudiéramos llamar hogar, y necesitaba hacerlo pronto.
Kitsune–chan se quedó dormida hasta muy tarde, para cuando despertó, yo ya había salido a la tienda por algo para que pudiéramos desayunar, traje algunos sándwiches, y unas cuantas frutas para que ella comiera bien, también traje ramen instantáneo para mí.
–No, no y no, no puedes comer sólo eso, es malo para tu salud, y necesito que estés muy fuerte. –
–Kitsune, yo… no va a ocurrirme nada. –
Ella no me escuchó, tomó un trozo de manzana y lo colocó en mi boca. Tengo que admitir que saber que estas solo en el mundo, te perfora la cabeza, te quita los ánimos, el hecho de que ella hiciera algo así me hizo sentir realmente bien. Continuamos alimentándonos el uno al otro durante un buen rato, luego ella comenzó a sentirse con sueño, yo me acosté a su lado y ella suspiró con tranquilidad, y volvió a dormir.
Yo no podía simplemente dormir, me preguntaba en ese momento que era lo que iba a hacer de ahora en adelante. Me levanté un momento y salí de la habitación, en el lobby escuché una voz que no reconocí del todo en ese momento.
– ¿Ataka–Sempai? –
Volteé inmediatamente, algo alarmado, hay que decirlo, y fue entonces cuando reconocí a la persona, entendí después de eso de quienes se trataban.
–Imura… ¿Dónde estás? –
Preguntó una voz detrás de la pared. Kotori salió de no sé dónde y parándose detrás de Imura, notó que estaba yo allí. Nos quedamos perplejos un momento. En ese momento Kitsune también salió de la habitación, algo molesta porque la había dejado sola, se notaba en su cara, aunque no pensé que despertaría. Los cuatro nos quedamos sin habla cuando nos reconocimos en aquel extraño lugar.
–Tu… –
Comenzó a decir Kitsune, pero en ese momento Imura la tomó de la mano, quizá sin entender realmente lo que pasaba, Kitsune y yo nos quedamos perplejos.
–Espera… Imura. –
Kotori comenzó a sonrojarse, pero Imura no la soltó.
–No importa, Onee–chan, ellos saben lo que pasa ¿verdad? ¿Ataka–Sempai, Katabe–Sempai? Más que nada, es una sorpresa encontrarlos aquí. –
–Lo mismo digo, Imura–san. ¿Qué están haciendo? –
Kotori y Kitsune se miraron un momento, luego apartaron la vista la una de la otra, pero Imura–san parecía amigable.
–Iremos a ver a mi abuelo, las cosas… se complicaron por nuestra situación, y… bueno, el resto es historia. –
Dijo Imura, no con muchos ánimos al parecer, a Kitsune parece haberle llamado la atención Imura y lo que dijo, y volteó a verlo, después de unos momentos de miradas asesinas entre las dos chicas, nos sentamos los cuatro juntos en el lobby.
– ¿Qué están haciendo ustedes? –
Preguntó Imura, yo no iba a decírselo, pero Kitsune lo soltó así sin más.
–Lo mismo que ustedes. –
–No puede hacerse nada verdad, es el precio que uno tiene que pagar por querer a alguien, en estos días al menos, en fin. –
El chico parecía bastante despreocupado, a pesar de que yo estaba bastante tenso por la misma situación. Pudo ser que, en su caso, la responsabilidad recayera sobre Kotori, también podía ser el hecho de que Kitsune estaba encinta.
–Estas más extraña que la última vez que te vi, Katabe–san. –
Comentó Kotori con su lengua filosa, Kitsune no negó nada.
–No es nada extraño, voy a tener… al bebé de Sempai, estoy un poco débil por eso, es todo. –
Los dos chicos se quedaron sin habla después de eso, Kitsune se recargó sobre mí, la cosa se estaba complicando, al menos medicamente, y a pesar de que Kitsune seguía tratando de parecer fuerte, comenzó a ser evidente que las fuerzas comenzaban a faltarle.
–Los dejamos descansar entonces. –
Dijo Kotori, y se levantó, jalando a su hermano menor con ella, supongo que no podía hacerse nada, después de todo, no fuimos especialmente amables con ella la última vez que nos vimos, por más que Kitsune le hubiera perdonado la vida, pero en ese momento, Imura–san se acercó a nosotros, soltándose de Kotori, y me extendió un papel.
–En Hokaido, hay un lugar donde se puede trabajar de leñador, es un trabajo duro, pero pagan bastante bien, allí vive mi abuelo, yo planeaba ir a verlo este año, antes de volver a casa, pero… si prometen darle mis recuerdos, creo que a ustedes les va a servir mucho más en este momento. –
Tanto Kitsune como yo miramos a Imura con algo de desconfianza, pero de alguna manera, entendí que estaba tratando de ayudarme sinceramente, Kotori, sin embargo, se opuso abiertamente.
–Espera… ¿Imura? ¿Qué haces? Es nuestro boleto. –
Al parecer, Kotori no estaba para nada de acuerdo con la idea de Imura–san, a pesar de sus buenas intenciones, Kitsune–chan me tomó del brazo mientras yo negaba con la cabeza.
–No puedo aceptar el ofrecimiento, es algo que debo resolver por mis propios medios, pero gracias de todos modos. –
Le dije, y nos marchamos, alcancé a escuchar que Imura se enfadó con su Onee–chan por ello.
“Va a nacer un bebé, Onee–chan, ellos lo necesitan ahora.”
No le di importancia, a veces era bueno que la gente tratara de ayudar, pero por tratarse de Kotori, estaba seguro de que yo haría enojar a Kitsune si aceptaba.
Después de eso, volvimos a dormir.
––––––––––
Cuando desperté, Kitsune–chan estaba fuera de la cama, con su bata de dormir, hablando con alguien en la puerta, iba a levantarme inmediatamente, hasta que escuché que la otra persona era Kotori.
Me hice el dormido para no interrumpir su conversación, ya después hablaría con Kitsune acerca del asunto. Por alguna razón, ella no había entrado en un episodio, puede ser por la forma en que las cosas acabaron la última vez.
–Sempai dijo que no… quiero decir, mi esposo, ha dicho que no podemos, y es todo. –
Decía Kitsune.
–Escúchame, como sea, hiciste algo importante por mi ese día, sin saberlo y sin que fuera tu intención, supongo, ustedes dos están completamente locos, pero lo único que les preocupa es el bienestar del otro y eso es bueno, eso es importante, yo lo entendí ese día, no importaba lo que el mundo pensara de mí, lo único importante era estar con la persona que realmente quiero estar, y… de una forma muy cruel, tengo que decirlo… tú me enseñaste eso, y te lo agradezco, no sé porque me dejaste vivir, pero sé que no fue por lástima, sé que no fue por humanidad porque tú no tienes ninguna… yo te odio… Katabe Kitsune, eres alguien horrible, eres un monstruo, por otro lado, llevas algo importante contigo… yo sé que Ataka–Sempai piensa que Imura tiene lástima de ustedes, por eso he venido yo aquí, porque yo no siento lastima de ti, como tú no la sentiste por mí, tal vez nunca lo entiendas, pero salvaste mi extraña relación, así que vine a devolverte el favor. –
–No sé de qué favor me hablas, yo sólo hice lo que tenía que hacer, para que Sempai estuviera feliz de nuevo, y para que lo sepas, fue él quien te escogió, no yo… yo le dije que te matara. –
–Agradécele de mi parte entonces, ya que no me permitirás que le dirija la palabra, Imura y yo nos iremos mañana, y espero que no volvamos a vernos tú y yo, pero Imura me ha dicho que, si algo le sucede al fruto de tu amor enfermo, se sentirá culpable el resto de sus días, y yo quiero que él esté feliz, seguro entiendes lo que trato de decirte. –
–Usas mis palabras contra mí ahora. –
Se quejó Kitsune, a decir verdad, creo que ella no se sentía de ánimos para pelear con nadie. Me cansé de estar haciéndome el tonto, y haciendo parecer que acababa de despertar, llamé a Kitsune–chan.
–Kitsune, ven a la cama, no sé qué estás haciendo, pero no te separes de mí ¿de acuerdo? –
Ella se despidió de Kotori, con su tacto habitual.
–Cómo puedes oír, mi esposo quiere a su esposa junto a él, y yo no debo hacerlo esperar, le preguntaré y él decidirá lo que hacemos con el boleto, no será mi culpa si no lo quiere. –
–Eso es lo único que necesito escuchar, adiós Katabe. –
La puerta de la habitación se cerró después de eso, Kitsune se acercó a la cama, y se metió en ella, yo sabía que aquel boleto era la única forma que tendría por el momento, de rehacer mi vida con Kitsune en algún sitio, así que agradecí a Imura–san en mi mente, mientras Kitsune me echaba los brazos al cuello y se recostaba sobre mí.
–Estabas escuchando ¿verdad? –
Preguntó ella cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que pudiera escuchar su respiración.
–Era tu asunto, yo no tengo nada que ver. –
– ¿Hice mal? ¿En dejarla con vida aquella noche? –
Me preguntó ella, yo no supe que decirle exactamente, ella había cambiado tanto con su embarazo.
– ¿Tú piensas que hiciste mal? –
Kitsune negó con la cabeza, luego me confesó:
–Yo nunca he disfrutado matar a nadie, en realidad, yo no quiero hacerle daño a nadie, yo sólo quiero estar contigo, y ser la única en tu vida, quiero que me ames porque yo te amo a ti, y es todo… pero cuando otra chica se acerca… yo no puedo contenerme ¿Por qué no pueden dejarte para mí? Yo soy tu esposa, ¿Por qué tiene que haber quien quiera quitarme lo único que tengo? Y eso me hace enojar tanto… me da tanto miedo… si esas personas viven en paz o no, si existen o no, si se odian o se aman, si hacen algo bien o mal, no me importa en absoluto, sólo que no se acerquen a lo que más amo en el mundo, es lo único que pido. –
Yo acaricié su cabeza un momento, porque Kitsune parecía querer llorar, luego nos dimos un beso. Ella continuó después de unos momentos de silencio.
–Cuando la vi llorando por su hermano, no sentí nada, ni me conmovió, ni sentí repulsión, pero yo no quería ser como las otras personas que tratan de alejarte de mi lado, yo no quería quitarle a ese niño lo que no quería que me quitaran a mí, así que me bastó con asegurarme de que no le interesa alejarte de mi lado… le dije muchas cosas ese día, pero en el fondo, lo único que quería es que se fueran y me dejaran estar a solas con mi esposo, por eso la dejé ir. –
–Creo que fue bueno que no la mataras, pero más que el sólo hecho de perdonar su vida, creo que fue bueno que pudieras pensar de esa manera. –
Yo acaricié su cabeza mientras ella cerraba los ojos. Fue hasta ese momento que lo pensé ¿Qué la había llevado, finalmente, a matar a sus padres? ¿De verdad ella iba a olvidarse de ellos, así como así? No sería la primera vez, sin embargo, hizo lo mismo con su hermana, pero nunca quise preguntar nada, yo nunca preguntaba acerca de estas cosas, así que no sabía cómo abordarlo. Suspiré cuando ella abrió los ojos, tal vez notando mi ansiedad.
– ¿Qué sucede, Sempai? –
Preguntó ella, con la más tierna de las inocencias, yo le pregunté directamente, para evitar, si era el caso, que le diera vueltas al asunto. ¿No había ningún remordimiento en ella? Yo lo tendría de haber matado a mis padres, y no es como que hubiera dudado en hacerlo.
– ¿Estas bien con lo que pasó con tus padres? Kitsune–chan. –
Ella dio muestras de molestarse conmigo, cosa que no sucedía muy a menudo, pero respondió.
–Yo tenía que proteger a Sempai… a mi esposo, quiero decir, sé que me dijiste que no lo hiciera, pero… –
Me puse serio con Kitsune por un momento, ella estaba evadiendo la pregunta, o eso fue lo que creí.
–No es eso lo que quiero saber, quiero saber si TÚ estás bien con haber matado a tus padres. –
Kitsune me miró por un momento, supongo que no estaba segura de lo que estaba yo preguntándole.
– ¿Quieres saber si amaba a mis padres, Sempai? –
Me preguntó ella, sus ojos se llenaron de lágrimas y su tono de voz cambió repentinamente, me arrepentí de haber preguntado, pero era tarde. Asentí con la cabeza.
–Sempai nunca me había pedido una explicación acerca de nada. –
Se quejó, tenía razón.
–Es difícil para mí entender la forma de ser de esas personas, pero… supongo que sí, los quería, o al menos lo intentaba, pero todas las veces que yo intenté querer a esas personas como una hija normal, ellos siempre se negaron. Tampoco creo que mi madre quisiera a mi padre o él a ella… no eran esa clase de personas. Tenía que escoger… tenía que decidir quiénes eran mi familia, si ellos… o mi esposo, no voy a mentirte diciendo que lo disfruté, hubiera preferido que nos dejaran en paz, pero eso no iba a ocurrir, ellos nos hubieran separado sin pensarlo, sin ninguna razón… así que escogí, elegí quedarme con mi esposo y tener una familia. –
Yo asentí, sin poder articular palabra, comprendiendo, después de todo, ¿Qué hubiera hecho de haber estado en su lugar? ¿Qué haría yo si mi familia continuaba persiguiéndome? Kitsune es más importante para mí que cualquier otra cosa.
–Sé que me dijiste que no lo hiciera, y me alegro de que no haya tenido que pasar lo mismo con tus padres, que tan amables fueron conmigo en su momento, pero… mis padres eran diferentes, te lo dije antes, ellos eran malas personas. –
Yo acaricié su rostro al responderle, como de costumbre, no era una realidad fácil de aceptar, pero no es como que no comprendiera sus motivos, tenía razón en todo cuanto había dicho, y tengo la firme convicción de que ella tiene derecho a ser feliz.
–Aun siendo amables, te escogí a ti, Kitsune–chan. –
Ella suspiró, pienso que el hecho de que indagara en esta ocasión la había puesto algo tensa, pero tras esa última declaración, su tranquilidad volvió lentamente. Ella cerró los ojos de nuevo, mientras mi mano acariciaba su mejilla. Finalmente, ella tenía paz, no había ningún remordimiento por lo ocurrido.
Malas personas, ¿Qué quería decir Kitsune con ese término? Realmente no lo sé, no quiero saberlo, no tiene ningún caso hacerse más conjeturas al respecto. Porque suceda lo que suceda, sin importar nada, viviré para asegurarme de que ella pueda estar siempre tan tranquila como ahora.
Abracé a Kitsune con delicadeza, y cerré los ojos por un momento.
–Te amo, Kitsune–chan. –
Le dije, ella puso su cara contra mi pecho, y me respondió:
–Yo también te amo y por siempre te amaré. –
Aseguró con un suspiro. Abrí los ojos para encontrarme con los de Kitsune, ella sonrió levemente y acomodó su cabello detrás de su oreja.
–Y ahora… esto… –
Comentó y me mostró lo que tenía en las manos, era un sobre blanco, sin nada escrito, únicamente unos garabatos que seguramente había escrito el chico decían: Ataka Yashite.
– ¿Qué harás con él? –
Me preguntó Kitsune, yo podía ver en sus ojos la esperanza de que pudiéramos formar una vida en ese sitio, pienso que, aunque no deseara admitirlo, estaba agradecida con Kotori, y con Imura–san.
– ¿Sabes? Una vez me hicieron esa pregunta, con un sobre parecido a éste, que tenía escrito mi nombre él, Itami me preguntó ¿Qué harás con él? Y todos los días agradezco haber respondido como lo hice. –
Kitsune me miró con lágrimas en los ojos, porque sabía perfectamente de qué sobre estaba yo hablándole.
– ¿Qué respondiste, Sempai? –
Ella no se corrigió en ese momento, la dejé ser, de todos modos, tardaría en acostumbrarse.
–Creo que… llegaré hasta donde pueda llegar con esto. –
Kitsune apartó el cabello de su cara, mientras tocaba su vientre con la otra mano, luego de eso, ella me besó, y le devolví el beso mientras ella desabrochaba mis botones. Metió sus manos por dentro de mi camisa y me abrazó. Yo acaricié su cabello y volví a perderme, como siempre lo hacía, en esos hermosos ojos azules, de los que realmente nunca regresé.
Luego de unos momentos, Kitsune volvió a quedarse dormida, mientras yo acariciaba su cabello. Le di un beso en los labios, cuidando de no despertarla, luego me puse de pie y tomé mi celular, lo apagué y lo dejé caer en el contenedor de basura, guardé el sobre que Kitsune me había dado en el bolsillo y volví a acostarme, para tratar de dormir un poco.
Y después de eso, me olvidé de todo y de todos.
Me olvidé de Itami y de Yaruhime, de Kirara y de Amatsune; y de Takeshi, y de mis padres, y de los suyos.
Y no volvimos a hablar del tema.
Nunca.