Capitulo VIII: Una Muerte Apasionada.
Las cosas continuaron más o menos igual durante un tiempo, nuestro día a día también, y después de la conmoción de lo ocurrido con Kirara, las cosas se normalizaron del todo. Kitsune–chan y yo, salíamos con regularidad, a distintos lugares, a veces en realidad no era importante a donde ir, sólo pasar el tiempo como pareja.
Como quiera que fuera, aquella rutina no iba durar para siempre, todos estamos sujetos a cambios, en realidad nada puede mantenerse igual y nuestra relación no era la excepción.
Había comenzado el invierno, y ya teníamos nevadas, un cierto día, yo comencé a notar que Kitsune estaba… extraña, estaba caminando conmigo de regreso de la panadería donde trabajaba, al parecer, como de costumbre, había estado observándome. Una señora que pasaba por allí a diario, incluso la conocía, y sabía quién era yo, nos saludó, pero ella no devolvió el saludo.
Caminaba sólo en silencio, con la mirada en el suelo y tomándome de la mano. Aquello fue suficiente para que yo comenzara a notar un comportamiento extraño. No me gusta añadir esto, y evidentemente tampoco le dije nada al respecto, pero, a decir verdad, otra de las cosas que me extrañaron, es que ella dejó de mandarme “material” un día sin razón.
Yo no había hecho nada de lo que ella me dijo que no hiciera, lo juro. No parecía que el coraje fuera de esa naturaleza, si es que estaba enojada… lo que trato de decir es que… celosa, no podía estar.
Caminaba en silencio mientras nos tomábamos de la mano, al menos eso no lo había perdido. Tengo que admitir que aparte de todo, comencé a sentirme miserable, porque realmente no sabía que pensar.
– ¿Sucede algo? –
Le pregunté. Faltaba realmente muy poco para llegar a mi casa, dependiendo de muchas cosas, ella podía pasar o podía irse, pero en estos días, le enviaba a su casa pronto, a causa de la nieve. Así que estaba bastante seguro de que ella se iría al llegar a mi casa, fue por eso que le pregunté. Ella negó con la cabeza, sin decir palabra… y llegamos.
–No tienes que decirme si no quieres. –
Le dije finalmente, ella forzó una sonrisa, mirándole con sus enormes ojos azules, y entonces me besó.
–Te amo Sempai, más que a nada en este mundo. –
Eso fue lo que me dijo, y se fue. Sé bien que las mujeres suelen tener cambios, también entiendo que ella pudiera llegarme a guardar algún secreto, o que no quisiera hablar de lo que le sucedía ahora mismo… pero yo sabía perfectamente que algo no andaba del todo bien, y ese pensamiento no me iba a dejar dormir.
––––––––––
La luz de mi alcoba seguía encendía. Intenté hacer algo de tarea, pero no pude concentrarme para nada, así que la deje y me acosté, evidentemente no pude dormir. Estaba dando vueltas en la cama, afuera nevaba, pero después de todo este tiempo, yo había adquirido la costumbre de no cerrar las cortinas, así que ahora podía ver los copos de nieve que se pegaban en la ventana, empañándola. Era aproximadamente la una de la mañana.
Mi ordenador estaba encendido, pero yo sólo estaba acostado, pensando en Kitsune y en si había alguna forma de animarla, lo que sea que le estuviera pasando.
¡Aggh! ¡Moo!
Me levante desesperado, revolviéndome los cabellos.
– ¿Por qué Kitsune–chan? ¿Acaso hice algo mal? ¿Por qué me haces esto? –
Comencé a quejarme en voz más o menos alta, cosa sin importancia en realidad, porque todos en mi casa dormían, de no ser por mí, tenía ganas de golpear algo… no, esperen… tenía ganas de golpearme a mi… tal vez si hice algo mal, tal vez me olvidé de algo… todo este periodo de felicidad hizo que olvidara momentáneamente su condición mental… si hice algo mal, lo lamento, lo lamento en serio.
Estaba batiendo mi cabeza, tratando de que mi cerebro no se friera con mis pensamientos, es increíble lo que puede hacer un simple cambio de actitud como aquel.
Fue una pena que abrieran la puerta en ese momento, digo, una pena, porque me encontraron en ese estado.
–Shin ¿estás despierto? –
Parece que me equivoqué, mi madre estaba despierta, ella entró, se veía… preocupada, pero no creo que, por mí, ya que no sabía en qué estado me encontraba… la cosa se puso peor.
–Shin, creo que hay algo que debes ver. –
Me dijo mi madre cuando me vio, yo tenía mis manos en mi cabeza, le acompañé y bajamos las escaleras, mi padre no estaba y la puerta estaba abierta.
– ¿Has peleado con Katabe–chan? –
Esa pregunta me llenó de terror… ¿Qué estaba pasando? Alcé la mirada inmediatamente, mi madre me puso una mano en el hombro. En ese momento, Kirara entró a la casa, parece ser que ella también estaba involucrada, yo me ponía los zapatos mientras ella llegó diciendo.
–Imposible, ella se niega a irse a no ser que Onii–san apague la luz de su alcoba, tampoco habla conmigo, se aleja si me acerco, diciendo que no quiere hablar con nadie que no sea él. –
Kirara me señaló mientras yo tomaba un abrigo del perchero.
– ¿Onii–san? ¿Qué le hiciste? ¿Por qué esta así? –
Me reprochó, yo le aseguré que no le había hecho nada, pero vale, si aquello no podía llamarse pelea siquiera, me alegro de que Kirara se preocupe por ella, pero en estos momentos, el más preocupado era yo. Me apresuré aún más a salir, mientras mi hermana me decía.
–Onii–san, ella está allí afuera parada, creo que lleva mucho tiempo…. –
Eso fue lo último que escuché, por la prisa con la que salí corriendo de mi casa. Tal como me lo habían dicho, ella estaba allí parada, parecía que había estado allí todo este tiempo, mirando mi ventana. Su cabeza y sus hombros estaban cubiertos de nieve, Kitsune volteó cuando me vio, ella tenía la misma cara angustiada que había tenido todo el día. Si esto continuaba así…
– ¿En que estabas pensando? –
Cuando llegué, la frustración de no saber qué era lo que ocurría salió de mí, creo que me propasé, pero estaba angustiado por ella, no pude evitarlo. Ella volteó a verme con los ojos a punto de estallar en llanto.
–En ti, Sempai, yo siempre pienso en ti, sólo pienso en ti. –
Creo que ella malentendió mi pregunta, o más bien, la estaba tomando literal, pero soy demasiado idiota como para entender, cuando estoy enojado y desesperado.
– ¿En mí? ¿Esto es pensar en mí? Mírate un momento… has estado allí todo este tiempo ¿o no? –
Comencé a gritarle, no pude detener mi lengua como era debido, perdí el control y realmente no me importó mucho que ella hubiera comenzado a llorar, a decir verdad, eso me alteró más. Las luces comenzaron a encenderse, parece que alguien más podía escuchar, así que la tomé del brazo y halé de ella, por la fuerza, la metí a mi casa.
––––––––––
Ignorando sus quejas, la metí por la fuerza, ella me dijo que le dolía, pues estaba sujetándola demasiado fuerte, pero no la escuché. Cuando cerré la puerta de mi casa, mi madre estaba allí enfrente, intenté recuperar la calma para pedirle un favor a mi madre, suspiré.
–Kaa–san, sé que esto es repentino, pero ¿puedes permitir que se quede? –
Eso fue lo que le dije, mi madre me miró, supongo yo que con algo de lastima, pero asintió con la cabeza, luego dijo.
–Si ella no tiene problemas en su casa por mi está bien, sólo… cuida de ella ¿de acuerdo? –
Asentí con la cabeza y seguí tirando de ella, hasta que estuvimos en mi alcoba. Cuando cerré la puerta tras de mí, y volteé a verla, ella estaba llorando a lagrima viva.
–Sempai. –
Sollozó Kitsune, yo estaba demasiado enojado, preocupado porque algo pudo haberle ocurrido estando allí afuera, sola, durante tanto tiempo, y desesperado porque no sabía que era lo que tenía.
– ¿En qué estabas pensando? ¡Maldita sea! –
Estábamos en mi habitación, así que di rienda suelta a mi coraje.
–Sólo pienso en Sempai, sólo… pienso en Sempai. –
– ¿Sólo piensas en mí? ¿Y qué parte de darme preocupaciones es pensar en mí? ¿Por qué demonios te quedaste allí afuera? –
–Me quedé allí porque… porque… por…. –
Ella trataba de explicarme, pero su llanto se lo impidió, ella se llevó las manos a la cabeza y apretó sus cabellos, llorando. Le grité, creo que, en medio del coraje, olvidé que yo nunca le había hablado a Kitsune de aquella forma, aquello sólo contribuyó a agravar el problema.
– ¡Responde de una vez! –
Ella se sentó en el suelo, con las manos en la cabeza y a punto de un episodio psicótico.
–Sempai… Sempai va… ¡Sempai me va a abandonar! –
Ella gritó eso mientras lloraba, luego no fue posible que ella dijera nada cuerdo, comenzó a hablar sin sentidos, repitiendo que iba a abandonarla… aquello me asustó aún más que verla parada en la calle a esta hora de la noche. Me quedé sin habla por unos momentos, de nada iba a servir dejarla llorar, así que continué.
– ¿Quién te ha metido en la cabeza algo así? –
Le pregunté, estaba enojado y ahora estaba también asustado, ella no me respondió.
–No lo permitiré, no lo permitiré, Sempai no puede abandonarme… soy su novia… no puede abandonarme. –
Aquello era demasiado como para soportarlo, ella estaba empezando a murmurar cosas como esa, tomé una acción desesperada y la levanté por la fuerza, jalando el cuello de su blusa y asegurándome de que no tuviera un arma en las manos.
–Responde cuando te hablo, Kitsune. –
–Sempai quiere dejarme… ya no le gusto… no le atraigo más… ya no me quiere…. –
Ella comenzó a forcejear conmigo para que la soltara, yo creo que, para ese momento, ambos estábamos fuera de nosotros mismos. Como no la dejé que se soltara ella me miró, había rabia en sus ojos. Kitsune–chan comenzó a gritarme.
–A Sempai ya no le gusto ¿verdad? Sempai nunca me había gritado, Sempai me entendía siempre, ahora me grita, ¡me grita porque se hartó de mí! ¡Y cuando esté más harto de mí me va a dejar sola! –
De pronto ella dejó de forcejear, estaba al parecer, entrando en uno de sus episodios, pero por lo menos no estaba del todo inconsciente, yo ya la había visto así una vez, de todos modos. Esa cara llena de desesperanza me partía el corazón.
–No, Sempai tiene razón, yo soy la que no puedo hacerlo feliz, yo sólo le causó problemas a Sempai… es normal que no me quiera. –
Ella estaba hablando, al parecer, consigo misma, estaba de espaldas a mí, diciendo esas cosas. Iba a poner una mano en su hombro, cuando ella volteó y me hablo de nuevo.
–Sempai… tú me hiciste muy feliz, yo… debí ser una mejor novia. –
Ella tenía razón cuando dijo que yo la entendía… había intenciones suicidas en esas palabras. Ella quiso irse, incluso abrió la puerta, yo le di un tirón y la volví a meter por la fuerza, ella no opuso resistencia, sólo se quedó allí parada, me miró con consternación.
–No he dicho que puedes irte, eres mía, te iras cuando yo diga que te vayas. –
Parece ser que su episodio de histeria dio lugar a una especie de episodio depresivo, ahora mismo, ella era la chica más dócil que pudiera existir, eso me vino bien, podía usarlo para evitar que ella se saliera de control, de todos modos, necesitaba que ella escuchara mi voz.
–Sí, Sempai. –
Dijo ella en voz muy baja, yo la obligue a repetirlo.
–No te escuché. –
–Sí, Sempai. –
–Ahora siéntate, no vas a irte de aquí en un buen rato. –
Ordené, ella no dijo nada, sólo se sentó en la cama, y me miró. Permanecimos un rato en silencio, porque yo realmente no estaba seguro de que era lo que tenía que decir, ella miraba al suelo después de eso. Yo encendí un cigarrillo, nunca había fumado dentro de mi habitación, pero, en estos momentos, creo que me importa una mierda lo que cualquiera pudiera decir.
– ¿Recuerdas mi promesa? Kitsune–chan. –
Ella me miraba como si le hubiera dicho que quería romper con ella, después de unos momentos, asintió con la cabeza, sus ojos estaban algo hinchados por el llanto, aun así, ella se veía hermosa.
– ¿Por qué crees tú que cambiaría de opinión? ¿Crees que romperé mi promesa? –
Ella me miró, al parecer, comenzaba a abandonar su episodio, la luz comenzó a volver lentamente a sus ojos, yo suspiré, creo que estaba terminando.
–Yo… no soy una buena novia para Sempai… yo no creo que quieras romper tu promesa… pero… pero… pero. –
Su voz se apagó y ella comenzó a llorar, pero al igual que la última vez, este era un llanto de niña, es decir, era un llanto normal, y cuando mi terror se evaporó, lo único que quedaba era una inmensa culpabilidad por el modo en que la había tratado, además de que yo sabía que gran parte de ese episodio se debía a mi inexperiencia.
–Pero no sé cómo. –
Irrumpió en llanto después de confesar eso. Yo me quedé perplejo, ella se echó sobre mi hombro, llorando, yo no me moví, iba a acariciar su cabeza o algo, pero quería que ella terminara de explicarse, así que no hice ningún movimiento, hasta que ella pudo recuperar el aliento, y entonces se explicó.
–Yo… me muerdo las uñas pensando que… tal vez a Sempai no le guste el desayuno que le doy… limpio su alcoba, pensando que tal vez, encontraré la ropa de otra chica… no recibí ningún cumplido por las fotos… y yo tengo mucho miedo, me asusta pensar que Sempai dejará de amarme en algún momento… yo ya no sé qué hacer para gustarle a Sempai ¿Y si ya no le gusto? –
Volvió a irrumpir en llanto después de que dijo todo eso, yo simplemente me quedé como un idiota, no sabía que decirle, ella aún continuó, haciendo un esfuerzo para no llorar mientras trataba de explicarse.
–Estaba afuera, pensando que tal vez debía entrar a la alcoba de Sempai… debía entrar y suplicarle que nunca me abandonara… tal vez debía entrar y decirle lo feliz que soy de que Sempai sea mi novio… pero ¿qué tal si entro y sólo soy una molestia? ¿Qué debo hacer para que Sempai me ame como yo a él? … yo no sé qué hacer. –
Ella no logró decir nada más, se acurrucó sobre sus rodillas y se puso a llorar… esto era, de algún modo, mucho más duro que la última vez, (o tal vez era que aquello parecía muy lejano ya) … de todos modos, tenía que arreglar las cosas, buscaba en mi cabeza las mejores palabras para decirle lo que quería decirle, pero no es fácil tratar con algo así, sobre todo porque yo no deseaba estar enojado con Kitsune… mucho menos quería verla sufrir de esa manera.
–Kitsune–chan, tú ya eres mi novia, y eso no va a cambiar, no voy a abandonarte, no lo hice entonces y no lo haré ahora ¿Puedes confiar en mí? –
Le pregunté, ella dejó de llorar de pronto, me miró y asintió con su cabeza, lentamente. Su respiración comenzaba a normalizarse, al menos así, sabía que ella me escucharía en lo que yo tuviera que decir. Era mi culpa de todos modos, pero ella no iba a aceptar eso ahora… bueno, ni ahora ni nunca… como fuera, necesitaba arreglar las cosas con ella.
–Me he olvidado de las cosas que son importantes a veces, como decirte que disfruto el desayuno como nunca he disfrutado ninguna comida en mi vida, o que a veces me olvido de entenderte y que he sido indiferente a tus sentimientos a causa de mis propias emociones… me he olvidado de cuidar de ti, por estar pensando en lo feliz que soy a tu lado. –
Esa fue mi explicación, creo que ella entendió a la perfección lo que estaba tratando de decirle, ella me miró, sus bellos ojos azules aun parecían dos lagunas llenas de lágrimas.
– ¿No me vas a abandonar nunca? –
Ella me preguntó, todavía sollozando, no respondí de otro modo que no fuera negando con la cabeza y sonriendo, era mi forma de decirle que estaba siendo sincero con ella.
– ¿Vas a estar siempre a mi lado? –
Volvió a preguntar, entonces la abracé, y susurrándole al oído le dije:
–No voy a abandonarte nunca Kitsune, siempre serás lo único en mi vida. –
Supongo yo que fue la emoción del momento, nunca me había atrevido a algo tan audaz, pude sentir como se estremeció todo su cuerpo por ese sólo detalle. No voy a decir que no sentí nada al sentir como se estremecía, creo que fue mutuo. Pero no la solté.
–Me gusta el desayuno que me das, pienso en ti al comerlo, me gusta salir de mi trabajo y que estés esperando allí fuera, me gusta verte sonreír y me gusta estar a tu lado, por eso no voy a abandonarte, es una promesa. –
Ella tenía su cara recargada en mi hombro, yo estaba abrazándola y susurrándole todo eso al oído, lo hice así porque lo que estaba diciéndole era muy vergonzoso, y si la hubiera visto a los ojos al tratar de decírselo, tal vez no me hubiera atrevido a hacerlo.
– ¿Hay algo que no te guste de mí? Sempai, prometo que lo cambiare, tú sólo tienes que decirlo. –
Me ofreció, supongo que era una forma de asegurarse de que lo que estaba diciéndole era en serio, y si había algo mal en ella, esto le daría tiempo a repararlo y evitar así que la persona más importante de su vida se alejara de ella.
–Hay una cosa… a decir verdad, y es que no me gusta verte llorar, no me gusta que estés triste, no me gusta que algo te duela, Kitsune. –
– ¡Moo! Sempai… de acuerdo, me pondré feliz, ya que vas a estar conmigo por siempre, no lloraré más. –
Dijo ella, se movió un poco, parece que se estaba secando las lágrimas, todavía no estábamos mirándonos aun, sentí su cuerpo rozar el mío.
–Hablando sobre lo otro… funciona ¿sabes? Como nunca ha funcionado nada antes. –
Hablaba de las fotos que ella me mandaba como “material” nunca le hice ningún cumplido, porque ni siquiera era capaz de admitir que hacía lo que hacía con ellas, pero era la verdad, me gustaba recibirlas por las noches, me gustaba imaginar cosas con ella… soy un hombre y ella es una mujer… jóvenes tal vez… pero no somos de piedra.
–Sempai habla de… –
Kitsune–chan lo comprendió al vuelo, se interrumpió, supongo yo que también estaba avergonzada, pero eso no parecía detenerla, al contrario, ella me abrazó, pude sentir que su corazón estaba acelerado.
–Yo… amo a Sempai… con todo mi corazón… y… también pensaba en esto cuando miraba por la ventana… esto es muy vergonzoso… pero… no importa… yo… quiero ser una con Sempai… –
Aquellas palabras hicieron que mi corazón también se acelerara, una parte de mí se negaba a creerlo. Tal vez de haber estado frente a frente, nunca nos hubiéramos atrevido a confesar esa parte de nuestros sentimientos, a pesar de todo, tanto a ella como a mí, nos estaba costando mucho trabajo sincerarnos en cuanto a nuestros deseos, pero el hecho de que no lo dijéramos, no quiere decir que no estuvieran allí… creo que ambos teníamos que aprender a ser más abiertos el uno con el otro.
Simplemente cerré los ojos, y me dejé llevar por esto que sentía, ella no tardó en hacer lo mismo. Comencé a acariciar su espalda, y ella comenzó a moverse de un lado a otro, de acuerdo con la dirección de mi mano.
–Tienes un cuerpo muy bonito, Kitsune–chan. –
Aun le estaba hablando al oído, nuestra respiración y ritmo cardiaco comenzaron a aumentar, lentamente.
–Yo soy de Sempai… si Sempai me acepta… puede hacer de mi lo que le plazca, yo haré lo que Sempai quiera… ¡Kya! –
Creo que la interrumpí cuando besé su cuello. Ella tembló completa, y se abandonó a mí en ese momento, puede decirse que la sostuve del cuello con mis labios un segundo, luego ella se dejó caer sobre la cama… por la mirada que tenía, ni siquiera me cuestione acerca de lo que estaba haciendo… los dos lo deseábamos… no había ningún problema. Yo no sabía realmente que era lo que tenía que hacer… sólo trataba de recordar lo que había imaginado, y lo que había visto en revistas y videos, mientras dejaba que mi instinto guiara mis pasos.
–No tengo nada de experiencia, Kitsune–chan, así que tendrás que decirme que es lo que deseas. –
Yo le hice esa estúpida petición a Kitsune, que me miraba con los ojos ya perdidos, en algo muy contrario a sus episodios psicóticos. Ella sonrió y negó con la cabeza.
–Yo… nunca he estado con nadie… por eso…se lo dejo a Sempai, sé que él puede pensar por los dos, yo aceptaré todo, hare todo, seré obediente… así que… Sempai, usa mi cuerpo como te plazca. –
––––––––––
Nos quedamos como estábamos, tendidos sobre la cama, ni siquiera sé exactamente qué hora era, pero supongo que debía ser muy tarde. Ella estaba aferrada a mi brazo, así se quedó dormida. Yo la miraba, acariciando su cabello. Me parecía increíble ahora, que una chica con una cara tan linda pudiera desatar semejante tormenta de emociones de un momento a otro… ella era como el clima en las montañas, imprevisible, excepto quizá cuando dormía.
De todos modos, parece que todas las cosas que ella tenía en la mente finalmente se esfumaron… creo que nunca había tenido forma de verla dormir tan apaciblemente, ella era increíblemente encantadora. Ella comenzó a llamarme “Sempai” entre sueños… vaya… parece que ni siquiera dormida era capaz de descansar de mí, aunque fuera un poco.
Después de un rato me levanté, necesitaba ir al baño y me aseguré de tener cuidado de no despertarla, la luz estaba apagada, yo me puse de pie, y la cubrí bien con las cobijas, luego salí de la habitación. Todo estaba silencioso ahora.
Debí imaginar que ella despertaría, esto era ridículo, sólo había salido por unos momentos, pero cuando volví, la encontré revolviendo las sabanas con desesperación. Estaba llorando de nuevo.
– ¿Sempai? ¿Eres tú? –
–Soy yo, Kitsune. –
– ¡Gracias al cielo! Sempai, no vuelvas a dejarme así… me asusté muchísimo. –
No sé decir si ella estaba hablando en serio, o si estaba mezclando el sueño con la realidad, yo volví a meterme a la cama, ella estaba desnuda, yo sólo me puse una bata para salir al baño. Pero debo admitir que mi pudor había vuelto, así que no quería quitármela.
–Sólo he salido por un momento, Kitsune–chan, no hay de que estar asustada. –
Eso fue lo que le dije, pero ella me forzó a acostarme de nuevo, aferrándose a mi brazo.
–Sempai había desaparecido, no lo encontraba por ningún sitio, lo busque mucho… pero no lo encontraba. –
De acuerdo, con eso me acabé de convencer de que ella tuvo un mal sueño, yo la abracé, pero ella se retiró, eso fue extraño.
–Sempai se puso ropa, no me gusta. –
Entonces con toda la paciencia del mundo, me quité la bata de nuevo, ella parecía contenta, aunque estaba comportándose muy infantil… no quise preguntar nada, sólo me acosté junto a ella y ella colocó su cabeza sobre mí, abrazándome.
–Puedo escuchar latir el corazón de Sempai. –
Sus cabellos hacían cosquillas en mi estómago y en mi pecho, ella cerró los ojos, sólo así podía estar contenta entonces ¿eh? Nunca me imaginé algo así… normalmente uno escapa de este tipo de cosas, los seres humanos tienen miedo de vivir atados a algo como esto… ¿Por qué es que yo era tan feliz así?
En ese momento recordé algo importante.
–Kitsune. –
Llamé, ella alzó la cara de inmediato, se veía confundida, me miraba con los ojos llenos de consternación. Creo que tuvo un mal sueño mientras me levantaba, cuando despertó y no me vio… debe haber sido aterrador para ella.
–Te amo. –
Le dije, así, simplemente, ella tuvo un sobresalto y escondió su cara en mis hombros, creo que se avergonzó un poco, yo comencé a acariciar su cabello.
–No importa lo que pueda suceder, tampoco me importa sobre quien haya que pasar, no voy a abandonarte, es una promesa. –
Ella me abrazó con ternura, acercó su cara a la mía y me besó. No me dijo nada, la luz estaba, como ya había dicho, apagada, pero supongo que ella estaba algo avergonzada. Tendré que tomar más precauciones con todo esto, supongo que me relajé demasiado, y por eso, ella tuvo que pasar ese momento tan desagradable. No permitiré que suceda de nuevo, me esforzaré por hacerla feliz, a cualquier costo.
––––––––––
A la mañana siguiente, me desperté primero que ella, supongo que ella necesita dormir después de todo el agotamiento de anoche, fue de verdad un día muy intenso, o más bien una noche muy intensa. Entiendo que estuviera agotada… supongo que no iba a ir a la escuela, cosa que realmente me importa un carajo.
¿Está bien que yo diga eso? Supongo que no, me reí levemente mientras pensaba en lo irresponsable que estaba siendo con respecto a ella, me dije a mi mismo que esto no podía ocurrir siempre, y voltee a verla, era una niña bonita durmiendo… por un momento, me pregunté si esto era aquello a lo que llamaban “felicidad.”
De inmediato regresé de mis fantasías para entrar al mundo real, algo le había puesto a Kitsune esa idea en la cabeza, y necesitaba saber que era, por el momento estaba seguro de que no caería en un episodio, pero tratándose de Kitsune–chan, todas las precauciones son pocas… de nuevo, necesitaba un consejo, pero… ¿de quién esta vez?
No podía simplemente telefonear a mis amigos ahora mismo, aunque en realidad sentía algo de culpa por alejarme de ellos de una forma tan cortante… ni modo, prioridades son prioridades. Pero esto convertía mi situación en una realmente difícil ¿Qué debía hacer?
Ella comenzó a moverse, hacía algo de frio, y ella estaba un poco descubierta, así que moví un poco las cobijas para cubrirla bien, afuera estaba nevado.
– ¿Qué pasa Sempai? ¿Es hora de levantarse? –
Ella me preguntó a media voz, supongo que no estaba ni dormida ni despierta.
–Falta poco, pero no aún, no quiero que te resfríes, hace frio. –
Eso le respondí en voz muy baja, mientras acariciaba su hombro con cariño, tratando de que ella estuviera tranquila.
–Sempai está aquí, no va a pasarme nada porque él cuida de mí, te amo, Sempai. –
Debido a que ella estaba medio dormida, no quise dar mucho crédito a sus palabras, pero supongo que era exactamente lo que ella pensaba, no pude evitar que esas palabras me hicieran sentir algo cálido por dentro. Por alguna razón, nadie había venido a molestarnos… Ahora que lo pienso, era de noche… todo estaba silencioso, eso quiere decir que mis padres y mi hermana seguramente escucharon todo lo que ocurrió… Maldita sea… ¿Qué iba a decir cuando abriera la puerta? Creo que prefiero quedarme aquí acostado por el resto de mi vida.
Por desgracia, el mundo no desea que yo sea feliz, por lo tanto, eso no puede suceder. Pasó aproximadamente una hora, cuando tocaron la puerta.
–Shin, es hora de levantarse, el desayuno está listo. –
Kitsune–chan despertó con ello, aun así, una sonrisa enorme se dibujaba en su rostro, ella me miró y se acercó a mí.
–Sempai, ¿Qué vamos a desayunar? –
Me dijo, mientras se levantaba, se estiró y las cobijas resbalaron de su cuerpo. Ella estaba hincada en la cama, yo estaba sentado y la miraba quitarse el cabello de la cara. Yo me quedé con la boca abierta. Juro que no había nada de deseo en ello, sólo estaba admirado por la belleza tan natural de Kitsune–chan. Ella se llevó la mano a la cara. Anoche me había parecido deseable, ahora me sentía como si hubiera tomado para mí, algo que debería estar prohibido. Su piel brillaba y sus ojos eran cálidos. Sus proporciones eran poco menos que perfectas, Aun así, se veía tan propio de ella. Era una sensación completamente distinta a la que hubiera sentido antes, en verdad que debería sentirme agradecido con Dios–sama por permitirme presenciar el verdadero significado de la palabra “belleza”.
– ¿Tengo algo raro? –
Me preguntó ella, comenzaba a sonrojarse, así que negué con la cabeza y sonreí.
–Sólo me gusta apreciarte, eres hermosa después de todo, sería extraño que me pasara desapercibido. –
Eso fue lo que le respondí, ella sonrió y se cubrió con sus brazos, creo que aún le daba algo de pena estar desnuda enfrente de un hombre, yo sólo sonreí y comenzamos a buscar nuestra ropa.
––––––––––
–Sempai… ¿Crees que… me hayan escuchado anoche? –
Bajábamos por las escaleras cuando Kitsune–chan me preguntó eso, estaba roja de la cara, y parecía que apenas estaba tomando conciencia de lo ocurrido.
–Si te refieres a nuestra pelea, te diré que lo más seguro es que si, si te refieres a lo que paso después, también pienso que sí, pero creo que me siento más avergonzado por haber peleado contigo, en todo caso. –
– ¿Cómo voy a mirar a la madre de Sempai a la cara? –
Me preguntó ella, sus ojos estaban perdidos y ella estaba roja de la cara, demasiado. Yo le di la mano.
–Nada hemos hecho de lo que tengamos que avergonzarnos, y aunque así fuera, yo tomaré la responsabilidad de lo ocurrido. –
Después de todo, todo era mi culpa, Incluyendo el hecho de haber preocupado a mi madre y a mi hermana anoche, si alguien tenía que hacerse responsable de ello, ese soy yo, sin duda alguna. Mi madre estaba sentada ya desayunando cuando llegamos allí. Había dos desayunos servidos en la mesa, al parecer eran para nosotros, ya que mi padre se hallaba trabajando y Kirara en la escuela, mi madre tomaba un tercer desayuno.
Nos sentamos en silencio, y mientras decíamos “Itadakimasu” mi madre nos miraba en silencio, evidentemente no parecía contenta.
–Kitsune–chan, quiero decirte, que no puedes faltar a la escuela así como así, tus padres también estarían enfadados ¿verdad? Es lógico porque el hacerlo no está bien, y si Shin representa esa clase de influencia para ti, creo que lo mejor es hacerlo entrar en cintura. –
Eso fue lo que dijo mi madre, parecía que iba directo al grano, lo extraño fue la dirección que tomó el regaño.
–Lo siento muchísimo Okaa–sama, también lamento que hayan tenido que cuidar de mí, prometo que no volverá a suceder. –
Kitsune–chan soltó esas palabras como si fueran una sola, según lo nerviosa que estaba.
–No estoy enfada por ello, era algo que no podía evitarse, pero no te perdonaré si dejas algo del desayuno que con tanto esmero he preparado para ustedes. –
–Claro que no, Okaa–sama, todo está delicioso, muchas gracias. –
Ella se concentró en comer, mi madre sonrió ante el cumplido, luego me miró con rabia.
–Shin, ¿puedes venir a la cocina un momento? –
Yo asentí con la cabeza, tomé la mano de Kitsune para que me diera valor, luego seguí a mi madre en dirección a la cocina, al parecer, el regaño grande iba a recibirlo en privado, al menos me alegraba que mi pequeña e insegura novia no tuviera que lidiar con esto. Pero nuevamente la dirección del regaño no fue la esperada.
– ¡¿En qué demonios pensabas al tratarla de esa manera?! Tu hermana y yo escuchamos todo ¡¿Has visto que tu padre me trate así alguna vez?! ¿Acaso no te hemos enseñado el modo de tratar a una dama? ¿En que estabas pensando? –
Ella suspiró por un momento, recuperando la compostura, yo no dije nada, no respondí a ninguna de sus preguntas que me habían tomado por sorpresa.
–Escucha, Shin, sé que ustedes han arreglado sus problemas de una forma muy buena, pero tienes que aprender a ser tolerante ¿comprendes? No puedes vivir hiriendo a alguien que amas sólo porque hace cosas que tú no comprendes… de otro modo, ese amor que tanto sientes se convertirá en odio porque ella no puede ser como tú quieres que sea… No debo entrometerme en tu relación amorosa, hijo, pero escucha… si realmente quieres estar con ella, tienes que entender que ella es diferente a ti, y por eso mismo ella te parece tan especial… lo mismo que tu padre le dijo a ella te lo digo yo a ti… debes cuidar de ella y ella debe cuidar de ti… deben amarse y amarse a veces significa tragarse el coraje en pro de la relación… ¿entiendes? –
Me quede perplejo, sabía que todo lo que estaba diciendo mi madre era cierto, de hecho, creo que si en este momento me viera hablándole a Kitsune–chan como lo había hecho la noche anterior me daría un par de puñetazos en la cara… pero como dije, me sorprendió el rumbo que había tomado todo esto. Estaba de más entender que ella sabía lo que había pasado después de aquella pelea, pero de eso no menciono nada aparte de: “han arreglado sus problemas de una forma muy buena” y yo me quede mirando a mi madre.
–Entiendo madre, no volveré a hacerla pasar por algo así, lo prometo. –
––––––––––
Esa tarde hubo una nevada demencial.
Encendimos el Kotatsu durante la tarde debido al frio que hacía, y pasamos la tarde metidos dentro de la mesa. Como tampoco tenía que ir a trabajar, lo único que hice, fue poner algo en el computador, y pude pasar la tarde con Kitsune.
Ella estuvo feliz por el hecho de estar tanto tiempo, tan cerca de mí, a pesar de que no debería ser un día libre.
Después de que la nevada terminó, mi hermana entró a la casa, parece ser que les detuvieron un tiempo afuera de la escuela por la nevada, y nos les dejaron irse hasta que esta terminó. Cuando llegó Kirara y nos vio comiendo golosinas metidos en el Kotatsu se enfureció y me miró con ojos asesinos.
–Ah, Kirara, ¿Quieres venir a meterte? Hay mucho espacio todavía. –
Kitsune se juntó un poco a mí, para dejar espacio para Kirara, pero ella sólo me miraba con rabia, se dio la vuelta y se fue, nos encogimos de hombros. Finalmente, llegó el momento inevitable, salir de la mesa, para ir al baño, me refiero a mí mismo. Le pedí a Kitsune que esperara un momento, que no tardaría y salí de allí.
Fui al baño y cuando regresé me encontré con que Kirara hablaba con mi novia.
–No puedo creer que se hayan atrevido a faltar a la escuela solo así ¿es que no tienen nada de responsabilidad? No es extraño que faltes, pero evidentemente cuando sé que estas holgazaneando con Onii–san no puedo evitar decírselo a los maestros ¿entiendes? –
Le amenazó Kirara, Kitsune respondió entonces.
–Puedes decírselo entonces, no me importa para nada. –
Le dijo, parecía que hablaba estando feliz.
– ¿Ehhhhh? –
Kirara comenzaba a alterarse porque no comprendía la lógica de Kitsune, ella se explicó.
– ¿Para qué molestarse? Voy a la escuela porque tengo que asistir, pero no tengo ninguna otra razón, seré un ama de casa porque me voy a casar con Sempai así que ¿Qué diablos si yo quiero pasarme todo el día con Sempai? –
Tengo que admitir que Kirara tenía su parte de razón, al menos en lo que a las personas normales se refiere, pero Kitsune no es una persona normal, no le importa nada en absoluto que no tenga que ver con su relación.
–No te entiendo para nada, siempre eres tan anormal. –
Le dijo Kirara, con un dejo de desprecio en la voz. Yo me enfadé un poco, no voy a mentir, pero no interferí.
–Si tuvieras un novio entenderías lo que estoy diciendo. –
Replicó Kitsune en modo algo despectivo, esto dejó helada a mi hermana menor, porque no podía refutar eso, no tenía novio, según sé. Después de eso ella suspiró y agregó.
–Anormal o no, si Sempai me quiere, no necesito nada más. –
Escuche los pasos de Kirara al irse de allí, pero esperé a que se hubiera ido para regresar al Kotatsu. Kitsune me miró con sus ojos brillantes.
–Sempai, has tardado mucho, me sentía sola. –
Me dijo ella, yo toqué su cara amablemente mientras la miraba.
–Ya estoy aquí, no dejaré que te sientas sola. –
Ella sonrió y yo sonreí con ella. No necesito mucho para darme cuenta de que este tipo de cosas le suceden en la escuela a diario, pero me hizo feliz que ella pudiera simplemente dejarlo pasar, ignorarlo, tal cual acababa de hacer con mi hermana. Pienso que, si la relación que tiene conmigo le ha dado motivos y fuerzas para ello, entonces ella realmente se está beneficiando un poco de esta relación, lo cual como sin duda se entiende, me hace muy, muy feliz.
––––––––––
Recomenzamos nuestra rutina al día siguiente, ella fue a la escuela como era debido y yo fui a la mía. Pero cuando regresó ella parecía bastante ensimismada en sus propios pensamientos. Como no es extraño que eso suceda, no me alarmé. Además de que, en todo caso, de momento estábamos bien, y eso era lo importante. Cuando me despedí de ella en el trabajo, ella me miraba con los ojos extraños.
–Sempai… ¿Hay alguien a quien le gustes en tu escuela? –
Esa pregunta si me alarmó un poco, pero traté de mantener la compostura, estuve a punto de no asistir al trabajo ese día tampoco, pero, a decir verdad, si no podía manejar ambas cosas, entonces estaba claro que no servía para esto.
–Nunca me he fijado, ya que todo el tiempo estoy pensando en ti. –
–Entiendo Sempai, ten un lindo día. –
Después de eso, nos besamos, nos despedimos, le dije que la amaba y me fui, si hubiera volteado en ese momento, me habría dado cuenta de que ella se estaba yendo, lo cual era bastante, bastante extraño, pero no lo vi.
Como lo dije una vez, ella solía esperar a que saliera de trabajar, pero por alguna razón, esta vez ella se fue. De todas formas, había que extremar mis precauciones. Me aseguré de no hablar con nadie ese día, y me aseguraría de no hablar con nadie ningún día después de ese.
El día en el trabajo pasó de lo más normal, al no hablar con nadie, no podía haber allí nada que fuera interesante para mí. Podía decirse que mi vida también fue absorbida por mi relación con mi novia, de lo cual sigo sin arrepentirme, pero sus palabras me habían dejado consternado. Me esforcé por soportar las horas de trabajo (que me parecieron muy largas) hasta el final. Pero cuando salí de la panadería, ella no estaba allí… algo extraño, sin duda. Intente llamarla por teléfono, pero estaba apagado… no de nuevo, por favor.
Llegué a mi casa bastante preocupado… pero ella no estaba allí, tampoco me había seguido durante el camino de regreso. Yo sentía como si hubiera una alarma en sus palabras al momento de despedirse… entré a mi cuarto y cerré la puerta.
Comenzaba a oscurecer y yo aún no sabía nada de ella… los primeros tres minutos me preocupé, luego me angustié muchísimo, caminaba en mi habitación de un lado a otro, sin entender nada. Sus palabras resonaban en mi cabeza… su pregunta.
¿Hay alguien de tu escuela a quien le gustes?
…
Entendí todo como un relámpago. Tomé el celular, necesitaba algo de apoyo psicológico antes de volverme loco.
–Moshi–Moshi ¡Shin! Ha pasado tiempo ¿no? –
–Itami, sé que esto es repentino, pero necesito que me pases cierta información, ¿Quién ha faltado a la escuela el día de hoy? Necesito los nombres de esas personas. –
– ¿Faltar? ¿Por qué? Ah, ya veo, te están pidiendo la tarea ¿eh? Veamos… –
–Dame los malditos nombres. –
Le dije, parece que Itami comprendió al vuelo.
–Vale, no te enfades, creo que esto es serio ¿eh? Bien a ver… de nuestra clase, creo que solamente Narahite Mayuri y Kawashime Mikan, me parece que de hecho son amigas ¿Por qué? –
–Quiero que hagas que alguien les marque inmediatamente, Yaruhime tiene los teléfonos de toda la clase, pero no uses su celular. –
– ¿Qué quieres que les diga? ¿Acaso te gusta alguna de ellas? –
–No les digas nada, sólo verifica si contestan, es todo… espero el dato en una hora. –
Colgué la llamada, no estaba de humor para bromas, parece ser que alguien había hecho enfadar a Kitsune–chan, alguna de ellas, por alguna razón que desconozco… traté de tranquilizarme, era posible que todo fuera un malentendido, pero como este visto, aquello era una posibilidad, quería descartarla… no pude.
–Moshi–Moshi Itami, ¿Qué ha pasado? –
–Bueno, veras, hice lo que me pediste que hiciera, Yaru se molestó al principio conmigo…
Ya no escuché, no tenía ningún interés en todo lo que estaba diciéndome, pero no dije nada, alarmarlo de más podría ser peligroso también, por no decir innecesario.
–Mayuri nunca respondió… –
Eso sí lo escuché, yo cerré los ojos un momento, mientras me sentaba en la cama para recuperar el aliento.
–Ya veo. –
Fue lo que dije, y colgué, probablemente Itami entendería que yo sabía algo, pero dudo mucho que fuera capaz de entender la gravedad de la situación, o hasta donde estaba involucrado yo.
––––––––––
Kitsune apareció poco después de eso, yo aún tenía el celular en la mano, afuera no estaba nevando, pero hacía bastante frio, algo extraño es que ella entró por mi ventana. Su ropa estaba manchada de sangre. Su cara, sus manos… todo.
Yo la miré, sabía que Mayuri estaba muerta, pero reprimí mi miedo y mi coraje, primero necesitaba saber por qué.
–Me preocupé, Kitsune–chan es muy tarde… ¿Has hecho algo verdad? –
Ella bajó la cabeza, creo que pensaba en que me enojaría con ella, mi coraje estaba hasta el tope y tenía la cara roja, pero tenía que relajarme, no podía permitir que la cosa se pusiera peor. Me llevé los dedos a la frente, y volví a hablarle con el más delicado de los tonos.
– ¿Por qué lo hiciste? –
–La chica de las notas me dijo que había alguien que quería robarme a Sempai. –
¿La chica de las notas? ¿De qué estaba hablándome? Yo no comprendí en ese momento, así que decidí preguntar más a fondo.
– ¿La chica de las notas? ¿Quién? –
Mi mente trabajaba a toda velocidad, tratando de encontrarle un sentido a los disparates que ella estaba diciéndome, sabía que todas eran piezas de un rompecabezas que yo tenía que armar o las cosas se saldrían completamente de control.
–No lo sé, deja notas en mi escritorio de vez en cuando, tal cual yo lo hice con el de Sempai. –
– ¿Y no sabes quién es? –
Ella negó con la cabeza, parecía que esperara que yo le gritara o algo, o tal vez sólo estaba implorándome silenciosamente que no lo hiciera, yo no quería cometer el mismo error dos veces, porque sabía que el peligro era ahora mucho mayor… si yo me alteraba en este momento, todo podía desmoronarse.
– ¿Estás enojado conmigo, Sempai? –
Me preguntó ella, parece que ella me conocía bien, podía ver el coraje a través de mis reacciones, supongo que no podía ocultarlo de ella, pero esa no era razón para responder violentamente… ella había matado antes, esto no era extraño… necesitaba auto–convencerme de eso antes de decirle lo que pensaba… matar no estaba tan mal… si, matar no estaba tan mal, ella sólo protegía su lugar… el problema era…
–Escucha, Kitsune–chan, esto está saliéndose de control, ya son tres personas de la misma escuela que mueren en circunstancias misteriosas, y la policía va a comenzar a sospechar… ¿Entiendes lo que pasara si te… si nos atrapan? –
Me corregí, yo también estaba involucrado después de todo, no había razón alguna para excluirme, básicamente yo había ordenado la ejecución de Amatsune.
–Creo que sí. –
Me dijo ella en voz muy baja. Yo comencé a derramar lágrimas, creo que mis emociones tenían que salir por algún lado, pero preferible que fuera así, y no con gritos.
–Nos van a separar, y no podré hacer nada sino morir aquí afuera… No quiero eso ¿sabes? –
–Yo tampoco quiero que me separen de Sempai… eres todo lo que tengo. –
Ella parecía asustada, yo controlé mis lágrimas como pude, necesitaba pensar, volviendo a la parte que nos importa… piensa… piensa.
– ¿Qué has hecho con ella? –
–Está bajo llave, en el sótano de mi casa, yo… la corté… mucho. –
Cerré los ojos ante esa confesión, creo que ella se había sobrepasado con todo esto, pero era aún más intrigante el asunto de las notas ¿Quién había ordenado la muerte de Mayuri? ¿Por qué nos había usado a mí y a Kitsune para llevarla a cabo?
En mi escuela, nadie sabe de mi relación con Kitsune–chan, por lo que sería imposible que la relacionaran a ella y a mí para algo así, de hecho, los únicos que sabían éramos nosotros, mi familia y… su salón. ¿Pero porque alguien en su salón tendría algo contra alguien de mi escuela? Y lo que era aún más aterrador, cualquiera que hubiera pensado en utilizar a Kitsune, sabía perfectamente lo que Kitsune era.
Me dolía el cerebro, tenía mucho tiempo que no lo usaba de aquella manera, pero sólo había una posibilidad lógica a todo esto… el objetivo no era Mayuri, sino Kitsune–chan.
Me arrodillé frente a mi novia después de entender esto, alegrándome en el corazón por no haber caído presa del pánico, o mi pequeña Kitsune hubiera sido capturada por la policía, o algo peor.
–Escúchame, amor mío. –
Ella se sonrojó al escuchar esto, porque nunca le había llamado de aquella forma.
– ¿Sempai me llamó su amor? –
–Sí, lo he hecho, porque eres mi amor, nadie más que tú, ¿entiendes? –
–Si entiendo, Sempai, yo soy de Sempai y Sempai es mío. –
Tomé sus manos manchadas de sangre, y las besé… ante todo, la amaba, y no iba a perderla porque alguien en alguna parte, deseaba que así fuera… que se joda el mundo.
–Necesito que pienses muy bien lo que te voy a decir, Kitsune–chan, alguien te ha tendido una trampa, alguien quiere que te atrape la policía ¿comprendes? Quien quiera que te haya dado esas notas, está envenenando tu mente… necesito que lo pienses bien ¿Quién es? –
Ella tenía una mirada visiblemente confundida, mientras apretaba los puños, parece ser que entendía la situación, aunque ella dijera que no.
–Sempai, yo no entiendo nada de todo esto… pero Sempai dice que alguien quiere separarnos, y eso no lo voy a permitir. –
“La chica de las notas” era mujer entonces… sus motivos estaban poco claros, pero aquello no importaba, necesitábamos más información. Me puse de pie, y la miré, ella había cambiado su gesto, ahora me miraba bastante admirada, podría decirse que incluso estaba adorándome con los ojos en ese momento. Eso me dio fuerzas, no iba a perderla. No mientras estuviera vivo.
–Tenemos que encontrarla, antes de que ella nos encuentre a nosotros, si no es que ya lo ha hecho, Kitsune. –
– ¿Qué haremos con ella cuando la encontremos? –
Me preguntó ella, estaba siendo demasiado inocente.
–Eso no necesito respondértelo, Kitsune–chan… es algo que sabes muy bien. –