Eien no Hanami C5

Capítulo 5: Un día saliendo con Hoshika.

Al día siguiente, estando en clases, no pude evitar un par de esos “problemas” que tenemos los chicos, mientras recordaba lo ocurrido la noche anterior con Kotori Onee–chan. Fue ridículo que Hoshika–chan escogiera justo ese momento para ir hasta mi asiento y preguntar:

–¿Tienes tiempo después de clases, Akai–kun? –

Era el tiempo intermedio de las clases, Hoshika–chan sonreía, y yo no podía apreciarlo porque estaba ocupado tratando de que el problema del que hablaba no se notara demasiado. Ella se acomodó el cabello detrás de la espalda de una forma coqueta, ignoro si lo hacía con esa intención. La vergüenza que me produjo el estado en el que estaba sacó un tartamudeo de mi boca.

–Yo…yo. –

–No hay problema si no lo tienes. –

Respondió ella, dándose la vuelta, parecía a punto de empezar a caminar, así que la sostuve de la mano.

–Lo tengo. –

Ella volteó a verme mientras yo sostenía, sin pensarlo demasiado, su mano con las mías. Sin levantarme de mi asiento, solté su mano momentos después y ella enrojeció, pero no se enfadó.

–De acuerdo, ¿entonces podríamos hablar? –

–De acuerdo. –

Hakua me miró significativamente, pero no dijo nada. El maestro entró en aquel momento y las clases recomenzaron. Onee–chan me había enviado un mensaje por la mañana, me dijo que tenía clase de canto por la tarde, por lo que llegaría tarde, aquello, supongo yo, con la intención de advertirme que no debería llegar a casa temprano, supongo que ella quería que me fuera con Waraki y los demás al karaoke, pues llevaban semanas hablando de ello. Pero parece que Hoshika–chan tenía otros planes.

––––––

Durante la tarde, a la salida, encontré a Hoshika sentada en una de las bancas de la parada del autobús. Algo extraño porque ella no tomaba el autobús, ni yo tampoco. Hakua era la única de nosotros que lo tomaba, pero ella no estaba allí. Me acerque lentamente, sinceramente tenía algo de miedo de lo que ella pudiera decirme. Pero ella me sonrió cuando me acerque y se levantó.

–Perdona por llamarte así de improviso, espero no estar siendo una molestia, aunque también creo que el hecho de que hayas venido, significa que fue una buena idea. –

Después de eso ella me sonrió y comenzó a caminar, con su mochila en ambas manos, delante de ella, golpeando sus rodillas al caminar, parecía relajada, yo me relajé después de eso, supongo que fue por la reacción que ella tuvo.

–Has estado muy callado todo el día, incluso durante el descanso ¿Pasa algo? –

Preguntó de pronto, deteniéndose, voltee a verla, ambas manos sostenían su mochila, no sé porque me parecía tan importante mirar a sus manos, pero supongo que era importante, ella temblaba. ¿Estaba nerviosa? ¿Por qué?

–No es nada, ¿De que querías hablarme Hoshika–san? –

–Oh, de nada. –

Respondió ella, sonriendo. Había algo en sus gestos que no cuadraba, su sonrisa era evidentemente forzada, diferente incluso de la que ella me había regalado hacía apenas unos momentos. Siendo sinceros, temía que hubiera averiguado algo, y como ayer había salido con Onee–chan, y además ella había mencionado el festival al que habíamos ido, mi cerebro comenzó a sacar conclusiones.

–Es sólo que… bueno… nosotros no pasamos mucho tiempo como pareja. –

Comenzó a caminar cuando dijo eso, con evidentes trabajos.

–Aún no se siente como que seamos una pareja, bueno, al menos eso es lo que siento ¿Soy rara? –

Finalmente ella lo soltó ¿eh? Aquí estaba metido en un verdadero lío, sin embargo, ella no me dejó ni siquiera responder.

–Sé que a la mayoría de las chicas no les importaría, incluso puede que muchas de ellas ni siquiera quisieran saber esto, pero cuando me declaré dijiste que amabas a alguien más ¿Es eso cierto? –

Estábamos pasando por un parque, un niño pasó frente a nosotros jugando, pero ella no le prestó atención, pero mi mirada se desvió por ese detalle, ya que yo no estaba pensando para nada en ella, y fue triste que ella se diera cuenta de eso. Guardó silencio después de aquello durante un buen rato. Para cuando quise responder, ella lloraba, en silencio.

–No tienes que responder nada, yo… estaré bien. –

Me dijo cuándo el verle llorar puso un silencio en mi voz y un nudo en mi garganta.

–Hoshika–san yo… –

Ella hizo un sonido de molestia y apretó los puños.

–“Hoshika–san”. –

Repitió ella entre dientes, luego volteó la cara, sus lágrimas hacían un rio a través del rostro enrojecido por el coraje que ella se negaba a mostrarme enteramente.

–Incluso con Hakua eres más cercano al hablar, Imura. –

Ella comenzó a caminar rápidamente después de eso. Ella se dio la vuelta, realmente enfadada y comenzó a ignorarme, iba a quedarme allí parado, pero algo dentro de mi movió mis pies para que la siguiera, ella me ignoró durante un momento, según estaba de molesta.

–Si no vas a ser sincero, entonces mejor no me sigas, no quiero seguirme ilusionando con algo que no es real, no quiero perder mi tiempo. –

Estábamos andando por sitios que yo no conocía, y aunque en ese momento aquello no era importante, tengo que admitir que el ser consciente de eso me detuvo en última instancia de detenerme y me resigné a seguirla. Una reacción estúpida, sin duda alguna.

–Hoshika–san, espera… –

Ella volteó, estaba enfadada, pero ya no estaba llorando, aunque sus ojos estaban hinchados.

–Nagasami. –

Respondió ella. Yo asentí, si eso la haría sentir que acortábamos la distancia entre nosotros, entonces estaba bien, de todos modos, acomodar todo este enredo sin traicionar a Kotori Onee–chan en el proceso sería poco menos que imposible en la situación en la que estaba ahora mismo.

–Nagasami–chan. –

Finalmente ella se detuvo, estábamos cerca de otra estación de autobuses, el cielo estaba nublado y la gente ya comenzaba a sacar sus paraguas. Ella se paró junto a la fila, al parecer iría en el autobús.

–Lo lamento, siempre hago estas cosas cuando es importante, no sé qué decir, me confundo muy rápido, la verdad no he querido hacerte daño. –

Bien, hasta allí todo bien, estaba siendo sincero con ella. No tenía que mentirle, sólo omitir las partes que pudieran delatarme. Hubiera querido salir de aquel embrollo y terminar con Nagasami de una buena vez, pero la culpa por lo que ya había hecho y la idea de que pudieran descubrirnos a Kotori Onee–chan y a mí, no me lo permitieron. Está de más decir que yo sabía que le haría más daño a Hoshika con cada día que pasara en esta situación, pero, al menos en mi caso, no tenía el coraje suficiente para decirle simplemente que quería romper con ella, no quería verle llorar, puede que amara a Onee–chan y que la prefiriese muy por encima de Hoshika, pero eso no hacía más fácil romper con ella.

Estoy al tanto de lo cobarde que fui, de cualquier modo.

–¿Y bien? –

Preguntó ella, cruzando los brazos.

–Tampoco sé que debería hacer para hacerte contentar. –

Ella me miró con tedio y se llevó una mano a la frente.

–Eres patético con las chicas. –

Me recriminó, yo sonreí culposamente y ella se acercó a mí un poco, dado que había estado evitándome, lo tomé por buena señal.

–Responde entonces ¿Hay otra chica? ¿Estoy siendo engañada? –

Baje la cabeza con culpa, porque sabía lo que quería responderle, pero no tenía el coraje para hacerlo, tampoco era como que pudiera decirle quien era esa “otra chica” Entonces sonreí, si todos modos yo tendría que seguir con todo esto, al menos evitaría hacerle daño como pudiera. Entiendo que pueda parecer conveniente para mí, pero en mi respuesta no había ningún pensamiento acerca de mí mismo, lo juro, únicamente hice lo que cualquier hombre en mi situación hubiera hecho.

Mentí.

–No. –

––––––––––

Sin ponerme a pensarlo demasiado en ese momento, ese día las cosas cambiaron por completo. Claro que yo no lo noté, y pasaría todavía algún tiempo para que me diera cuenta de ello

Un suspiro salió de mí pecho, aliviado porque vi la luz que había regresado al rostro de Nagasami y aquello me hizo sentir bien. Inmediatamente después ella recuperó su actitud hostil.

–Aún estoy enfadada. –

Me dijo, girando la cara. Yo sólo la miré, por un largo rato, ella se negó a hablarme hasta que se hartó de esperar.

–Ah, ¡Moo! Llévame a casa. –

¿Qué opción tenía, después de haber llegado tan lejos? De todos modos, ella tenía algunos días insistiendo con el tema, supuse que era una buena ocasión. Estaba comenzando a llover.

–De acuerdo. –

Respondí, casi inmediatamente, por fin, después de todo ese tiempo, ella sonrió, sonrió mientras la tomaba de la mano para subir al autobús, y se sentó a mi lado.

–¿Sabes? Estaba preocupada porque siempre tengo que estar forzando estas cosas, pero hoy me he dado cuenta de que no eres malo como tú piensas que eres, sólo eres un poco lento. –

Me dijo ella, yo me ofendí. Que tu novia te diga que eres “lento” es más insultante de lo que podría parecer.

–Entonces quizá debería volverme un “playboy” ¿Estaría eso mejor para ti? –

El autobús se detuvo. El vaho de la respiración de las personas en el autobús impedía la vista en los cristales. Ella venía sentada junto a la ventana, puso su mochila sobre su regazo mientras se sostenía del banco de en frente con una mano.

–Pero a mí me gustas así. –

Respondió ella simplemente, no pude evitar enrojecer un poco, ella fingió (muy mal, por cierto) que no se dio cuenta mientras me miraba girar un poco la cara. Guardamos silencio durante un momento después de eso, ella venía revisando algún correo de su móvil. Yo evité mirar lo que había en él, luego ella tocó mi hombro, llamándome y señalando la ventana. Cuando me giré para ver qué quería, ella había escrito mi nombre con el vaho de la ventana, con el dedo. Yo enrojecí de nuevo, ella también, y lo borró.

–––––––––

Cuando bajamos del autobús, ella parecía no preocuparse porque estuviera lloviendo, pero yo acababa de librarme de un resfriado hacía poco tiempo y la verdad, no quería tener otro, así que tomé mi paraguas (que ahora llevaba todos dos días, después del anterior incidente con la lluvia) y comencé a caminar. Nagasami se quedó parada detrás, sin caminar.

–¿No vendrás? –

Pregunté, “haciendo espacio” bajo el paraguas. Ella sonrió y se acercó a mi corriendo, colocándose rápidamente bajo el paraguas, la calle estaba desierta, ella me tomó del brazo y pegó su cara a mi hombro, yo no quise decir nada, de algún modo temía arruinar su buen humor, ya que no era común verla así, pensé que podía soportar un poco el miedo a ser visto. En todo caso, sólo éramos dos sombras que caminaban en medio de aquella tormenta gris que caía sobre nosotros, puede que lo estuviera pensando demasiado, pero era como si el paraguas, por unos momentos, hubiera creado un pequeño espacio para nosotros, caminamos así poco más de tres calles.

Cuando llegamos a la mitad de una de ellas ella se dio la vuelta y me miró detenidamente.

–Es aquí. –

Me dijo Hoshika–chan simplemente. Yo me coloqué al lado de ella para que no fuera a mojarse.

La casa de Nagasami, era un departamento en unos condóminos que parecían bastante… mal cuidados por decirlo de alguna forma. La puerta de entrada estaba algo oxidada y en la puerta número 61, que era el departamento frente al que ella se detuvo, estaba marcada por restos de pintura anterior. Yo no dije nada, no tenía ningún derecho de juzgar el sitio donde vivía.

–No parece que vaya a dejar de llover pronto. –

Me comentó, una vez que metió la llave en la cerradura.

“Me pregunto si Onee–chan estará bien”

Creí que lo había pensado, pero lo dije, sin notarlo. Ella volteó a verme, supongo que era extraño que yo sacara el tema así tan de pronto. Sin embargo, Hoshika–chan sonrió.

–Te preocupas mucho por tu Onee–chan ¿No es verdad? –

Preguntó ella con una sonrisa en la que podía verse reflejado todo, menos alegría. Cómo era tan egocéntrico, por un momento pensé que ella sospechaba.

–No, claro que no, yo… –

Ella rió levemente ante mi reacción.

–No hay problema, también tengo una hermana, aunque… bueno, ella no vive conmigo. –

Me explicó. Supongo que no se trataba de mí. Pero la verdad es que esta paranoia estaba volviéndose cosa seria. Mudó el tema de pronto, abriendo la puerta.

–¿Quieres pasar? –

Preguntó ella con toda naturalidad, girándose para mirarme, yo tartamudeé, en ese momento su mirada cambió, me miró como si sospechara de mí.

–Sólo por aclararlo, mi padre está en casa, y si intentas algo raro, grito. –

–¡Yo no lo haría! –

Respondí alarmado.

–¿Quién sabe? –

Replicó ella, dudosa.

–Puedes estar segura, no voy a intentar nada. –

Le dije, completamente convencido, y eso la convenció a ella también. Otra cosa era que mi convicción no tenía nada que ver con ella, es que yo estaba firmemente convencido de que serle infiel a Onee–chan estaría mal, de allí mi seguridad.

–Bien. –

Ella entró y antes de que yo pudiera poner un pie en el escalón de entrada, se escucharon gritos dentro de la casa. Había problemas.

Sin prestarme atención en ese momento (lo cual comprendí perfectamente) ella echó a correr al interior de su casa, se escucharon más gritos, parecía que sus padres estaban peleando, no era un buen momento, de todos modos. Ella volvió a salir a decirme eso, lo peor del caso era que sus palabras eran perfectamente audibles, creo que sus padres peleaban por dinero, problemas económicos, algo así.

–Lo siento yo… mi padre… bebió de nuevo ¿de acuerdo? No… –

Con la cara roja y los ojos inundados. Yo no estaba muy seguro de que decir, pero sabía que tenía que irme de allí, retrocedí un paso con la intención de darle a entender que no tenía intenciones de… interrumpir aquella situación, el semblante de Nagasami se tornó sombrío.

–¿En otra ocasión? –

Preguntó, o por mejor decir, suplicó, con lágrimas en la cara.

–En otra ocasión. –

Salí del lugar pensando tantas cosas.

Ella se había esforzado realmente por crear un ambiente romántico y agradable, había insistido durante días para que le acompañara, se tragó su coraje cuando menos tres veces el día de hoy, definitivamente aquello no era una vida fácil, al menos no como yo imaginé que la tenía. Lidiar con todas esas cosas cuando eres sólo un estudiante debe ser muy duro, aun así ella se esforzó porque esto saliera bien, puede que incluso esperara que algo pasara, aunque dijera que no. Ella no estaba llorando por su padre, por su madre o por la relación que ambos llevan, probablemente esas cosas ni siquiera tengan remedio, estaba llorando porque ella se había esforzado mucho por conseguir este momento, el nombre en la ventana, el paraguas, el autobús.

Quizá fuera sólo cuestión de mala suerte, pero no podía evitar sentir pena por ella, por más que aquella situación hubiera podido tornarse en algo con lo que no pudiera lidiar. Me hubiera gustado que todo ese esfuerzo valiese la pena. No pude evitar odiar a sus padres, llegué a la conclusión de que debía compensarla de alguna forma por todos esos problemas, aunque fuera una pequeña compensación, mi problema era que no tenía idea de qué podría hacer. Estaba tan ensimismado en mis propios pensamientos que lo siguiente que supe es que estaba bajando de la estación del tren que queda cerca de mi casa. En ese momento busqué mi móvil, o más bien recordé que tenía uno. Y por supuesto, tenía algunos mensajes sin leer. El primero de ellos de Kotori Onee–chan.

“Imura ¿Estas bien? La lluvia está demasiado fuerte, no creo que pueda llegar a casa pronto, por favor, cuídate mucho ¿vale? No queremos que te resfríes de nuevo, besos.

Kotori.”

Me preguntaba ahora si Kotori Onee–chan estaba ya en casa, ese pensamiento me hizo apresurarme mientras abría el otro mensaje.

“¿Has llegado ya a tu casa Imura–kun? Estoy asustada porque sigue lloviendo y tú no has contestado, por favor, responde en cuanto puedas, no me tengas esperando.

Nagasami”

Por más que lo pensé, en ese momento no pude sino pensar que estaban exagerando. Sólo estaba lloviendo, aunque había una alerta de huracán para mañana, aquello no era algo que realmente debiera preocuparme ¿o sí? Eso fue lo que le respondí a Nagasami. Antes de responder a Kotori Onee–chan quería saber si ella estaba ya en casa. Abrí la puerta apresurado para no mojarme, aunque tengo que decir que, en realidad el viento había terminado por hacer el paraguas inútil.

Lanzando un suspiro, simplemente caminé hasta mi casa y abrí la puerta. Las luces estaban apagadas. Así que Kotori Onee–chan aún no estaba en casa, eso me preocupó, porque estaba bastante oscuro afuera y la lluvia no parecía con ánimos de detenerse. En ese momento me dispuse a contestar ambos mensajes. Estaba terminando de enviar el correo a Kotori Onee–chan cuando mi celular recibió un nuevo mail.

Era Nagasami.

“¿No contestarás? Perdona, me imaginé que estaba siendo una molestia, pero ya no tienes que preocuparte, esta es la última vez que te envío un mensaje”

No estaba firmado.

Estaba molesta ahora. ¿Es que no había forma de mantenerle de buen humor? Me preguntaba en aquel momento, pero pensándolo mejor, no había sido especialmente su día. También estaba el asunto de que necesitaba hablar con Kotori Onee–chan. ¿Qué debería hacer primero?

––––––––––

Con la ropa mojada como estaba, tratando de no mojar las alfombras de la casa, y habiéndome quitado los zapatos, trataba desesperadamente de marcar el número de Kotori Onee–chan, pero como el de Nagasami era el último que estaba en la agenta de mensajes, ese fue el que marqué. “Ni que hacerle” pensé en ese momento, me disculparía con Nagasami, colgaría rápido, y hablaría con Kotori Onee–chan después, seguro que ambas estaban preocupadas.

…Moshi–Moshi

(La llamada había entrado, pero no podía escuchar nada. Fueron unos segundos muy desesperantes.)

… ¿Estás allí? ¿Nagasami?

… Moshi, Moshi, Akai–kun.

(Ella estaba llorando)

… ¿Estás bien? Nagasami–chan ¿Ha pasado algo?

… Estoy bien, sólo quería hablar contigo, es todo, perdona por ser una molestia, pero no te preocupes, colgaré ahora mismo, gracias por llamar de todos modos, aunque sea por compromiso.

… No te he marcado por compromiso, quería enviarte un mensaje pero mi celular ha fallado dos veces.

(Mentira, lo sé, pero se me ocurrió en 5 segundos)

… ¿Estás seguro? ¿No estas mintiéndome? ¿No lo dices para callarme?

…Claro que no ¿Por qué iba a hacer eso? Quería decirte que estoy bien y que llegué hace apenas unos momentos, recibí todos tus mensajes, pero no podía responder, por eso estoy hablando.

… ¡Moo! Akai–kun, en verdad me hiciste pensar que estaba fastidiándote ¿lo ves? ¡Eres un pésimo novio!

(Tristemente me estaba acostumbrando a sus insultos)

… Nagasami.

(Sonó la puerta de entrada, pero no le presté atención, hay que decirlo, estaba tratando a toda costa de evitar que ella llorase, sólo yo sabía lo mal que le había ido en el día.)

…¿Qué pasa?

(Kotori Onee–chan entró por la puerta dejando su paraguas y sus zapatos. Debido a la desesperación del momento, tenía el altavoz puesto.)

…Es Imura, por favor.

(Le pedí, ella ya me llamaba por mi primer nombre en ocasiones, pero cuando estaba triste o enfadada conmigo, ella parecía olvidarlo, Nagasami suspiró después de eso, se hizo un breve silencio)

…De acuerdo, Imura entonces, me asusté ¿lo sabes? No vuelvas a tenerme esperando, tienes que responder pronto ¿comprendes?

…De acuerdo, lo entiendo, no volverá a pasar, es una promesa.

(¿Cuántas promesas habré hecho el día de hoy sin darme cuenta? Me preguntaba. Entendiendo que era imposible saberlo, no lo pensé por el momento, como tampoco pensé en que Kotori Onee–chan estaba justo detrás de mí, y que escuchó todo, incluyendo la forma en la que se despidió)

…Fue un lindo día hoy, espero volver a pasar una tarde contigo pronto, yo… no sé qué estoy diciendo, me iré a dormir ahora que sé que estas bien, Imura, te quiero.

El sonido de colgado fue lo único que se escuchó después de eso, y para cuando guardé el celular y me di la vuelta, Kotori Onee–chan ya no estaba allí.