Eien no Hanami C8

Capítulo 8: Sinceramente.

No lo niego. Sentí lastima por Hoshika en ese momento, cuando vi el rostro de Kotori Onee–chan endurecerse, entendí que aquello no tendría un final feliz. No para Nagasami en todo caso.

Ella intentó evadir la mirada de Kotori Onee–chan, que la miraba con una mezcla fría de coraje y repulsión. Era casi la misma mirada que ella me había dirigido a mí a medio día, y si no fuera por lo grave del acontecimiento, me habría echado a reír. Pero no pude burlarme de Nagasami, a pesar de lo que había pasado.

–Quisiera hablar con Imura–kun, por favor. –

Pidió Hoshika con una vocecita. Onee–chan fue implacable.

–Imura, no tienes permiso de estar fuera, ve a tu habitación. –

–Pero Onee–chan… –

Comencé a decir, iba a reclamar, algo estúpido, porque en los asuntos de seriedad, ella siempre es quien manda, eso es porque ella es la Onee–chan. Volteó a verme como preguntándose si iba a desafiarla, por supuesto que no iba a hacerlo.

–Ve a tu habitación Imura. –

Onee–chan no gritó,  pero su tono de voz era… peligroso. Yo nunca, y lo subrayo, nunca la había visto tan enfadada, miré a Nagasami con algo de pena por ella, luego me despedí con una reverencia y entré a la casa en silencio. Onee–chan cerró la puerta tras de mí.

Pero hablando con sinceridad ¿Quién podría irse a su habitación sólo así?

Me quedé allí escuchando tras la puerta. Era patético, porque sabía que yo no me iba a atrever a defender a Nagasami, y Onee–chan no tendría ninguna necesidad de ser defendida, pero aun así, quería escuchar, sólo recé porque Onee–chan tuviera piedad de ella, pero los dioses estaban enojados conmigo y los demonios sólo se reían, así que nadie me escuchó.

…Lamento mucho la intromisión.

Hoshika Nagasami parecía tratar de ser educada, supongo que era lo más normal, después de todo, Kotori Onee–chan, al ser mi Onee–chan, estaba en un peldaño superior. Era lo correcto.

… Lamentas la intromisión, dices, pero igual estás aquí, contrario a lo que dijiste esta mañana, según me enteré… así que, ¿Qué quieres?

Onee–chan fue directo al grano. Yo tenía la esperanza de que Nagasami tuviera esa dignidad que la caracterizaba y al darse cuenta de su situación dijera algo como “No tengo porque estar aquí” pero aquello tampoco ocurrió. Simplemente quien hablaba con Onee–chan no era la Nagasami que yo conocía.

… ¿Sabes lo que ocurrió?

Preguntó Nagasami, con una voz apenas audible. Si el lugar no fuera tan silencioso, bien podría no haberla escuchado.

… Imura salió esta mañana diciendo que tendría una cita, pero regresó antes de media tarde, muy triste y diciendo que había roto con su novia ¿Qué más necesito saber?

Mis esperanzas de que Nagasami no fuera lastimada se evaporaron tras esas palabras, ahora sólo restaba saber que tan duro sería el golpe.

…Te juro que no ha sido mi intención, sólo déjame arreglar las cosas con él, es todo lo que pido, sé que él lo entenderá.

¿Por qué ella seguía insistiendo? ¿Qué no se daba cuenta de que Onee–chan la odiaba? Supongo que para mí era muy obvio porque la conocía, pero aún con todo, lo mejor hubiera sido que Nagasami no dijera eso. Kotori Onee–chan montó en cólera después de eso.

…¿Qué él lo entenderá? ¿Crees que soy estúpida? Vienes aquí y te paras con tu carita bonita y tu encanto barato, y dices “soy su novia” pero dime entonces ¿Por qué es que él no ha sonreído cuando te vio? Yo sabía que estabas allí, sabía de la relación que tenías con Imura, pero nunca, en todo este tiempo, te habías dignado a venir aquí. ¿crees que no sé qué esto es un teatro? Entonces déjame decirte algo. Imura ha cambiado, él solía ser alegre y amable con todo el mundo, Imura sonreía siempre. Pero desde que sale contigo, está siempre de mal humor, está siempre nervioso, siempre cansado, siempre irritado. Se supone que tú le gustabas, habló mucho de ti durante mucho tiempo, dices que ahora eres su novia, entonces responde…¿Por qué él no está feliz?

Este era un coraje completamente diferente a los que ella tenía conmigo, podía sentirse el odio en las palabras, no supe que decir, en parte porque, incluso sin contar la situación en la que nos encontrábamos, Kotori Onee–chan tenía razón, no hubo un solo día en los pocos que duró la relación, en el que ella no se enfadara conmigo.

…Yo, sólo quiero…

Supongo que Nagasami estaba tan atónita como yo, no podía articular palabra.

… ¡Responde!

…Yo no sé porque no es feliz, pero quiero arreglarlo, sólo necesito hablar con él.

Nagasami estaba quebrada, ya ni siquiera estaba pensando en lo que estaba diciendo. Supongo que toda la tensión que le había hecho acumular a Onee–chan salió en contra de Nagasami en ese momento. Dicho esto, también sabía que la relación con Hoshika nunca fue muy feliz que digamos, aunque tenga que añadir que, fue muy obvio, al menos para mí, que Kotori aún estaba celosa de Nagasami.

…Ah, te diré por qué, porque eres una horrible persona, y una horrible mujer, y si piensas que tu carita bonita y tus lagrimas te van a salvar entonces déjame aclarar las cosas para ti. Las perras también pueden llorar, y no por ello son menos asquerosas. Ahora quiero que te largues inmediatamente, porque yo nunca podría reconocer como la novia de Imura a alguien que no sabe hacer otra cosa que hacerle infeliz y…

Abrí la puerta, aquello era demasiado, incluso para lo que había sucedido entre Nagasami y yo.

–Basta ya, Onee–chan, ha sido demasiado. –

Los ojos de Kotori se nublaron, los de Nagasami se iluminaron. Y ambas se equivocaron en su reacción.

–¿Vas a defenderla Imura? –

Preguntó Kotori Onee–chan, no logré saber si estaba a punto de estallar en cólera, o en llanto, pero no había necesidad de ninguna de las dos cosas, negué con la cabeza.

–No, pero te estas alterando mucho, y no deberías hacerlo, mucho menos por mí. –

Le dije, luego me volví hacia Hoshika.

–Hoshika–san, lo lamento, no puedo hablar contigo ahora, iré con Onee–chan a comer soba, y ahora mismo no creo tener nada que decirte, de todos modos tendremos que seguir viéndonos en la escuela. –

Era mi forma de decirle a Onee–chan que por mucho que ella lo deseara, ni ella ni yo podríamos deshacernos de Hoshika así como así, y lo decía porque yo sabía que, si había venido hasta aquí, es porque ella tampoco iba a rendirse con facilidad, y Kotori Onee–chan lo sabía también.

Nagasami hizo una reverencia con los ojos inundados en lágrimas y se fue corriendo. Kotori Onee–chan me miraba con consternación, yo le sonreí amablemente, una vez que Hoshika se fue.

–Tenía que decírselo. –

Se excusó ella, yo negué con la cabeza, no necesitaba explicarse, yo sabía que era Onee–chan quien había hablado, aunque hubiera algunos asomos de Kotori. No puedo decir que ella estuviera del todo equivocada, de cualquier modo, así que no lo tomé mucho en cuenta.

–Vamos a comer soba ¿sí?

Y ella sonrió radiante, y la puesta del sol se reflejó en su rostro.

–Sí. –

––––––––––

–¿Crees que me excedí, Imura? –

Estábamos en un restaurante de soba. Era su favorito y comía también su plato favorito. Todo estaba bien, al menos por el momento, y yo me aliviaba de saber que, al menos ella estaba feliz, sin embargo, la conversación con Nagasami parecía estarle molestando bastante.

–Creo que tenías muchas cosas en la cabeza cuando hablaste con ella, eso es lo que pienso. –

–Pero tú todavía tendrás que verla, eso pudo haber sido problemático, ¿Te he causado problemas? –

Preguntó ella de nuevo, parecía seriamente preocupada, yo acaricié su cabeza. Como he dicho antes, era un gesto muy raro en mí.

–No te preocupes, encontraré cómo lidiar con ella. –

–¿Tu qué piensas? ¿Aún tienes ganas de que sea ella? –

Preguntó Kotori, yo la miré por un momento, un asomo de celos cruzaba por su cara, pero no dijo nada al respecto.

–No lo sé, supongo que es igual, Onee–chan. –

–No es igual, debe ser convincente. –

Respondió ella, negándose a quitar el dedo del renglón. Yo suspiré.

–Creo que, estoy un poco harto de ella, tenías razón en muchas de las cosas que dijiste, Nagasami y yo hemos pasado más tiempo peleando que felices, y eso no es agradable en realidad, siempre era estresante estar cerca de ella, y permanecer cuidando cada detalle de lo que hago o digo para que ella no se enfadara, aunque fuera inútil. No niego que en un principio era gracioso que se enfadara, pero eso fue antes de que ella comenzara a enojarse por los detalles más insignificantes. –

Le expliqué, ella asintió recargando su mejilla sobre una mano.

–Bueno, entonces quizá debas buscar a otra persona,  ¿Alguien de tu escuela? –

–Imposible mientras no resuelva todo con Nagasami, para bien o para mal, ella estará allí para interferir si intento hacer un movimiento con alguien en la escuela. –

–De otro sitio entonces… no me respondiste sobre Misaki. –

Yo la miré ¿Cómo iba a responderle si no la había visto? Por otro lado, sentí que ella realmente estaba empujando a Misaki hacia mí, quizá se debía a que eran amigas.

–De verdad quieres que sea Misaki ¿o no? –

Pregunté, Onee–chan rió, pero su risa fue algo… culposa, luego asintió.

–Bueno, sé un tanto sobre ella, es la clase de persona que se conforma con poco, quiero decir, una salida de vez en cuando y sólo tomarse de las manos, lo digo porque… –

Y se interrumpió, bajó la mirada después de ello.

–Olvídalo, estoy hablando sobre cosas que no me corresponden, sigo pensando egoístamente ¿lo ves? No puedo evitarlo aunque quiera. –

–Lo pensaré. –

Respondí, los ojos de Kotori Onee–chan se iluminaron ante aquella simple posibilidad.

–Si es como dices que es, entonces quizá sería conveniente, es alguien que no causaría tantos problemas, de todos modos ¿Cómo es que estas tan segura de que ella aceptaría? –

Onee–chan se encogió de hombros.

–Ella me ha pedido que te hable bien de ella, y que averigüe si ella tiene una posibilidad, y como soy una amiga muy buena… eso es lo que hago. –

Nos cuidamos en todo momento de no decir nada que pudiera delatarnos. No la llamé Onee–chan ni una sola vez, ella se refirió a mi como “Akai–kun”

–Lo único que haces es actuar conforme a tus propios intereses. –

Le repliqué, haciendo parecer que estaba enfadado, en el rostro de ella se dibujó una sórdida sonrisa.

–¿Y no es lo que hace todo el mundo? Tu solamente me conoces demasiado bien, y sabes cuales son esos intereses que me motivan a actuar. ¿Crees que Misaki pensaba en ti cuando me hizo esa petición? No, pensaba en ella misma, y en lo feliz que sería si tú fueras su novio. –

Yo me atraganté con el soba, aquello fue demasiado directo y demasiado inesperado, pero Onee–chan lucía ahora una expresión deprimida.

–Entonces supongo que si todos vamos a actuar sólo con nuestros intereses en mente, yo voy a besarte justo ahora. –

Le dije, me puse de pie. Por supuesto que no tenía intenciones de besarla y no iba a hacerlo.

–No va a pasar. –

Respondió ella ruborizándose y con una sonrisa en la cara, luego se volteó para que yo no pudiera ver su rostro. Aquella reacción me pareció adorable. Seguramente si le hubiera hecho esa misma afirmación a Nagasami ella me habría abofeteado, o por lo menos, hubiera dejado de hablarme en toda la noche. Pero Onee–chan era diferente, ella sabía por qué lo hacía. Ella me conocía.

–¿Me rechazarías si lo intento? –

Pregunté, sentándome con una sonrisa en el rostro.

–¡Moo! Tú realmente deseas que me avergüence frente a toda la gente. –

Me reclamó, yo me reí,  y ella sonrió alegremente, supongo que eso la había puesto de buen humor.

–Nadie nos está poniendo atención ahora mismo, descuida. –

Le dije, mientras tomaba una de mis croquetas y la ponía en mi boca, ella también siguió comiendo, pero su semblante había cambiado. Eso me hizo feliz.

Durante el camino a casa, nos detuvimos varias veces a besarnos cuando estábamos seguros de que no habría miradas. La oscuridad de las calles, alumbrada apenas por algunas lámparas cada cierta distancia, resultaban en el escondite perfecto para esconder nuestro pequeño secreto, al menos durante aquellos breves momentos, que se volvieron cada vez más seguidos mientras caminábamos a casa.

Era casi media noche cuando cerramos la puerta de la casa tras de nosotros.

Y casi amanecía cuando nos fuimos a dormir.

––––––––––

Nagasami nunca me dijo lo que la llevó a comportarse de aquella forma durante esa breve visita al acuario. Y yo nunca pregunté.

Yo acudí a la escuela al día siguiente con sueño. Le dije a Waraki que aquel nuevo videojuego simplemente me tenía encadenado a la consola. Él lo comprendió y pasamos la mañana hablando de videojuegos. Era mejor así. Al menos hasta que comenzaron las clases. Soportarlas de todos modos fue un fastidio. La verdad es que la luz del sol me lastimaba los ojos. Hakua lo notó inmediatamente, pero para ella, la razón de mi falta de sueño era completamente distinta.

Se acercó a mi después del toque de receso. No había nadie en el salón. Yo había desayunado antes de entrar a la escuela, porque Kotori Onee–chan había insistido en hacer el desayuno para que pudiéramos desayunar juntos. Así que ahora mismo no tenía hambre.

–Akai–kun ¿Estás deprimido? –

Ella era bastante directa siempre, así que no me extrañó, pero la verdad es que no lo estaba. Me había levantado de la cama con la firme decisión de que lo ocurrido con Nagasami no me afectaría más. Cosa que, de no estar en mi situación, no sería posible, supongo. Por ello, no le dije la verdad a Hakua tampoco.

–Creo que sí. –

Dije, sin prestar demasiada atención a mi respuesta. No tenía ganas de hacer un acto de depresión ahora mismo. Sobre todo porque sabía que la razón de mi falta de sueño era una muy feliz.

–Bueno, sé que no debería decirte esto, pero Hoshika–chan me ha llamado ayer en la tarde, me dijo que había hecho la cosa más estúpida de su vida, quizá sería bueno que hablaras con ella. –

Yo volteé a verla y sonreí.

Era muy obvio que, por cómo habían ocurrido las cosas, ella estaría de parte de Hoshika, era su amiga después de todo. Nuevamente, cada quien perseguía sus propios intereses. Y Hakua tenía interés en que su amiga dejase de estar triste, yo no tenía nada que ver.

–Si bueno, ella ha ido a pelear con Kotori Onee–chan a mi casa después de ello, no creo que arreglar las cosas con Hoshika sea algo bueno por ahora, sobre todo por la impresión que ella ha causado a mi Onee–chan, sería problemático. –

–¿Estas enfadado con ella? –

–Creo que sí. –

–Akai–kun, sé que no debería decir esto, pero sé que ella te quiere, Hoshika–chan es una gran mujer, sólo es un poco insegura, por favor, no hagas que su error le cueste más de lo que ya le ha costado, ella lloraba como una pequeña cuando me llamó. –

Yo volteé a ver a Hakua, ella me regaló su sonrisa más convincente.

–Tú sólo tienes buenas intenciones ¿No es verdad? –

¿Buenas intenciones para con quién? Eso es algo que no dije, supuse que sería grosero. Muy probablemente ella estaba actuando por órdenes de Hoshika, sondeándome para saber si era seguro acercarse.

–Yo sólo quiero que todos estén felices. –

Respondió ella. Era su muletilla cuando hablaba sobre los problemas de los demás. Supongo que la diferencia entre ella y una chismosa cualquiera era que Hakua tenía las agallas para tratar estas cosas directamente con los afectados. Y lo seguiría diciendo, ella podría ser embajadora de Japón algún día.

–Sé que ella no ha tenido intenciones de herirte, por favor, habla con ella. –

¿Entonces cuál era su intención en ese momento? Me preguntaba yo cuando Hakua dijo eso, pero la dejé terminar.

–También sé lo mucho que le gustas, sé que te quiere, sólo tienes que perdonarla, y si eres la persona que yo creo que eres, sé que siquiera le darás la oportunidad de arreglar las cosas. –

–¿Dónde está ella? De todos modos, ha saltado ya dos clases. –

–Está en el baño, llorando, no quiere entrar porque tiene miedo de que le digas algo feo. –

Yo lo pensé por un momento, después de todo mi suposición no estaba tan errada, pero le entregue a Hakua mi confianza, después de todo, ella sólo quería que todo el mundo estuviera feliz, aunque eso significara defender a quien no podía ser defendido.

–Supongo que puedo intentarlo, no sé lo que diría Onee–chan, de todos modos, y eso es también muy importante en mi situación. –

Era mi forma de decirle que aquello no tendría una solución fácil, ni inmediata, y sé que a ella eso no le incumbe, pero sabía que ella se lo contaría Hoshika, por eso estaba allí.

–No vayas a ofenderte por lo que voy a decirte, Akai–kun, pero tu Onee–san, bueno, da un poco de miedo. –

Me dijo, yo negué con la cabeza, mostrándole que no me ofendía. ¿Hakua sospechaba de Onee–chan? ¿Por qué? Me preguntaba mientras asentía con la cabeza.

–Onee–chan sólo quiere mi bien. –

Respondí simplemente, sin mirarla. Era mi forma de decirle que no iba a tolerar ningún otro comentario en contra de Kotori Onee–chan, ella asintió.

–No puedo juzgarla, no conozco su situación, y no conozco tu situación, yo sólo me preocupo por tu vida escolar, Akai–kun, dime: ¿Puedo confiar en que cuando menos no le dirás nada horrible? Por muy enojado que estés, sólo escucha lo que ella tenga que decir, es tu decisión si debes arreglarte con ella o romper, sólo te pido que le prestes tu paciencia, eso es todo ¿de acuerdo? –

Una amplia sonrisa selló aquella petición formal por parte de la embajadora del país de Hoshika. Yo asentí. Onee–chan lo sabía de todos modos, tendría que terminar con este problema de alguna forma, y siendo así, no estaba haciendo nada malo al hablar con Nagasami.

––––––––––

Nagasami apareció durante el segundo descanso, detrás de mí, mientras compraba un jugo en la máquina expendedora. Se me revolvió el estómago cuando escuché su voz temblorosa llamarme.

–¿Akai–kun? ¿Tienes un minuto ahora? –

Me di la vuelta para encontrar a una Nagasami en el peor de los estados. Hablando emocionalmente. Su cabello estaba amarrado apresuradamente con un listón. Sus ojos estaban rojos y era demasiado evidente que ella había estado teniendo problemas para dormir.

–Seguro. –

Le dije.

Fuimos a sentarnos a la entrada de la escuela. A unas bancas que estaban cerca de los casilleros de zapatos. Sin embargo, ella permaneció en silencio por un largo rato.

–¿Hoshika–san? –

Pregunté, incitando a que hablara. Pero ella únicamente me miró, sus ojos tenían lagrimas a punto de salir.

–Bueno, es que no creo que hayas querido sólo verme. –

–¡Estoy buscando valor! –

Ella respondió con algo intermedio a un grito y un gimoteo. ¿Es que no había forma de hablar con ella sin escuchar gritos? Estaba harto de las peleas, estaba harto de los gritos, lo único que deseaba era un poco de tranquilidad, pero está visto que, en mi situación, aquello era pedir imposibles. No dije nada, sólo la miraba.

Hoshika comenzó a llorar después de eso, no parecía poder evitarlo, así que evidentemente no me enfadé por ello. Estábamos sentados bastante juntos, podía asumirse, incluso ahora, que éramos una pareja, el único inconveniente con eso, es que ella estaba llorando ahora y claro, la gente que pasaba al lado de nosotros comenzó a murmurar. Yo me puse de pie, si ella no iba a hablar, entonces lo mejor era estar lejos de este sitio, ya podía escuchar comentarios como “Que cruel, ella está llorando por su causa” y aquella fama era algo que definitivamente no quería, no mayor a la que ya tenía, en todo caso.

Sin embargo ella me sostuvo de la manga para que no me fuera. Intentó tranquilizarse a toda costa mientras batía la cabeza.

–Por favor, no te vayas todavía. –

Me pidió. O mejor dicho, suplicó, limpiándose la cara con un pañuelo.

–Si no tienes nada que decir, entonces no hay razón para que yo esté aquí. –

–Por favor, sólo un poco, sólo espera un poco y estaré lista. –

Ni que hacerle, me quedé allí.

–Sólo si prometes no gritarme de nuevo. –

Le ofrecí, ella asintió animadamente, al menos eso quería decir que la escucharía, asintió mientras intentaba comenzar.

–Lamento haberte gritado… –

Dijo ella con una vocecita. Aquí vamos, las disculpas innecesarias. ¿Podríamos simplemente comenzar con esto? La gente estaba empezando a mirarme de mala manera, y no importa cómo lo vieras, yo no tenía la culpa de nada esta vez.

–No tiene importancia. –

Le contesté, con algo de tedio, ella negó con la cabeza.

–No hoy… el otro día… yo lo lamento mucho. –

–Ah, vaya… fue toda una sorpresa… quiero decir, siempre gritas pero… creo que… –

Te sobrepasaste, eso quería decirle, pero verla llorar no me dejó hacerlo, tuve la impresión de que si le decía eso, ella se quebraría, por eso me contuve.

–¡Ya te dije que lo lamento! ¿Qué más quieres? –

Respondió ella, Yo levanté una ceja, ella seguía tornándose agresiva de pronto.. Pero inmediatamente se llevó las manos a la cabeza.

–No… no, no es eso,  no quiero decir eso, no quiero decirlo así, lo que quiero decir es que… no quise decir esas cosas, no sé qué me pasó, estaba enfadada y tenía miedo, es todo, tenía miedo, pero no quise romper contigo. –

–Pudiste haber dicho eso, tal vez las cosas hubieran resultado completamente diferentes. –

Reclamé, no estaba gritándole, ni hablándole en mal tono tampoco, sólo sentí que tenía que decirlo de alguna forma. Lo que sea que hubiera pasado, no sentía que fuera razón suficiente para romper con alguien. Creo que de todo, esa fue la parte que más me molestó y más me confundió. La facilidad con la que me había abandonado.

Se bien que no tengo ningún derecho a ser exigente. Tampoco es como que espere que esto sea un drama, donde las parejas se juran constantemente fidelidad y amor, eternos e incondicionales, pero, siendo sinceros, jamás esperé que ella fuera a dejarme por algo así, y es que bien pensado ¿Por qué me dejo?

–Bueno, yo sólo quería que supieras, que… lamento lo que dije, en serio. –

No había ninguna necesidad de que ella dijera eso, eso pude verlo por cómo fue hasta mi casa, momentos después, sólo para ser aplastada por Kotori Onee–chan. Pero no dije nada sobre eso, quien sí dijo algo acerca del tema fue ella.

–Si tu Onee–chan me hubiera dejado hablar contigo, tal vez te lo hubiera dicho antes. –

Agregó, aquel comentario no me gustó nada. Ella levantó la cara y se acomodó el cabello detrás de la oreja, tratando de recuperar la compostura, pero recuperó algo más que eso. Su tono de voz volvió a ser hostil.

–Y sé que te hizo mucho daño el hecho de que terminara contigo sólo así, no pude evitarlo pero… si quieres que vuelva a ser tu novia, quizá aún tengas una oportunidad. –

Espera ¿Qué?

–Yo no te pido una respuesta ahora mismo, incluso puede que espere un poco por ello si quieres. –

Continuó, al ver que me había quedado sin palabras, pero me puse de pie inmediatamente, luego coloqué una mano en su hombro.

–Lo pensaré. –

La campana de fin de receso estaba sonando. Me alejé caminando de allí mientras ella permanecía sentada.

–¿Estabas mirando? –

Pregunté, Hakua hizo una seña de culpa, luego bajó la cabeza.

–Lo siento, la verdad es que la curiosidad me estaba matando, no quise ser invasiva. –

Después de todo lo que había pasado con esto, no podía enfadarme con Hakua–chan. Incluso me dio algo de gracia.

–Ya la escuchaste. –

Hakua volteó a ver a donde estaba sentada Hoshika, también yo volteé. Ella seguía mirando algo en su celular.

–Ya la escuché. –

Respondió Hakua suspirando penosamente. Aquello era algo que no parecía tener remedio. Si algo me molestó de todo eso, fue que con ello, las esperanzas de Hakua de que todo esto terminara rápido y bien, se evaporaron, y nada pude hacer para arreglarlo.