Kuma C28

Capítulo 28: El oso va a la residencia del Lord

 

Al día siguiente, seguí las indicaciones de Helen para llegar a la mansión del Lord. Un guardia con una cara aterradora estaba apostado en sus puertas exteriores. Ella les había dicho que yo iría hoy, ¿Verdad? Todo esto fue un dolor de cabeza, pero me resigné y me acerqué a la puerta.

El guardia se giró y me miró fijamente. Definitivamente pensó que yo era sospechosa, y no tenía otra opción. Alguien con un traje de oso se le acercaba, en un mundo en el que no existían los trajes.

[¿Qué asuntos tienes aquí?] — me observo de pies a cabeza.

[Soy la aventurera, Yuna. Fui llamada aquí por el Lord.]

[Tú eres esa… me enteré de eso. Necesito que me muestres tu tarjeta del gremio para confirmar tu identidad.]

Oh, bien. Supongo que hay que ser muy estúpido para llamar a alguien y no avisar al personal que venía. Cuando terminó de revisar mi tarjeta del gremio, el guardia me llevó hasta la entrada, donde una sirvienta de unos veinte años tomó el control.

Así que tales sirvientas realmente existen, pensé. Incluso llevaba el traje blanco y negro perfecto. La gente con un fetiche específico estaría extasiada ahora mismo.

La sirvienta se sorprendió claramente al verme, pero inmediatamente se recompuso. Me dijo que se llamaba Lala y, tras inclinar ligeramente la cabeza, me pidió que la siguiera. Lala caminó silenciosamente por la mansión, se detuvo frente a una puerta y la golpeó.

[Maestro Cliff, he traído a la aventurera Yuna.]

[Entra.] — respondió una voz desde el interior.

[Discúlpeme.] — Lala abrió la puerta y me instó a entrar. Yo obedecí, y ella cerró la puerta tras de mí.

La habitación era amplia, contenía un gran escritorio y una mesa flanqueada por un par de sofás. Parecía una oficina. Un hombre rubio de unos treinta años se sentó detrás del escritorio.

[Por favor, siéntate en el sofá de allí.] — me dijo.

Hice lo que me pidió.

[Parece que realmente estás vestida como un oso.]

El hombre se acercó y se sentó en el sofá frente a mí. Una sonrisa irónica se apoderó de su boca mientras me miraba. Parecía que realmente era un aristócrata baboso.

[Si sólo me llamaste para reírte de mí, entonces me voy a casa.]

[Oh, no. Me disculpo.]

[¿Qué querías de mí, entonces?]

[Sólo quería conocer al oso del que todos hablaban.] — ¿No había dicho el Maestro del Gremio básicamente lo mismo? — [Mi hija también quería conocerte.]

[¿Tu hija?]

[Escuché que ella te vio una vez en la ciudad. Desde entonces, nada le gusta más que le cuente todos los informes sobre ti que me llegan.]

Espera un segundo! ¿No hay leyes de privacidad en contra de eso?

[¿Entonces eso significa que me llamaste aquí por tu hija?]

[En parte, sí, pero también simplemente quería ver al oso del que todos hablan.]

Como si fuera una exhibición del zoológico, pensé. — [Mi nombre no es ‘el oso’, es Yuna.]

[Bien… Soy Cliff. Ya debes estar al tanto de esto, pero soy el Lord del pueblo.]

[Bueno, ¿Estás satisfecho ahora que me has visto?]

[No te enojes. Estás arruinando tu adorable cara.]

Era un poco embarazoso ser llamada adorable en una conversación cara a cara. Me puse la capucha de oso sobre mi cabeza, para que no me viera.

[Aun así, me cuesta creer que una niña como tú haya podido matar a un rey goblin y a tigerwolves.]

[Tal vez todo sea una mentira.]

[Te investigué un poco antes de llamarte aquí, ya que iba a hacer que conocieras a mi hija.]

¿Me ha estado investigando? Eso no me hizo sentir muy bien, aunque no había nada que pudiera haber hecho al respecto.

Llamaron a la puerta. — [He traído a la Señorita Noir.] — llamó Lala.

[Pasa.]

Una linda chica de la edad de Fina, con un largo cabello rubio, entró en la habitación — [Padre, ¿Es verdad que el oso está aquí?]

[Esta es mi hija Noir. Ha estado esperando conocerte.]

Cuando me vio, los ojos de la niña brillaron. Corrió hacia mí — [¿Eres el oso? Me llamo Noir. Por favor, llámame Noa.]

[Umm, soy Yuna. ¿Podrías llamarme por mi nombre en vez de referirte a mí como el oso?]

[Entiendo. Tu nombre es Yuna.]

Noa se sentó a mi lado y me miró de arriba a abajo.

[Um, ¿Puedo darte un abrazo?] — preguntó, pareciendo avergonzada.

[Sí, claro.]

Le hubiera dicho que no a un chico, aunque fuera un niño, pero no podía rechazar a una niña tan linda.

[Muchas gracias.]

Noa me abrazó. Le di una palmadita en la cabeza cuando se apoyó en mi pecho. Entre Fina y esto, tal vez las hermanitas eran lo mío.

[Eres tan suave. Y también hueles bien.] — ella frotó su cabeza en mi vientre — [Te vi en la ciudad una vez, Yuna.]

Cliff acaba de decir algo sobre eso, ¿No?

[Sólo te vi de lejos, pero te veías tan linda que no podía dejar de mirarte. Desde entonces le he pedido a padre que me hable de ti. He querido conocerte desde hace mucho tiempo!]

[Entonces, ¿Qué quieres que haga?] — le pregunté a Cliff.

[No he decidido nada en particular. ¿Por qué no hablas con mi hija?]

[Quiero oír cómo derrotaste a los monstruos!]

No fue un cuento tan emocionante, todo lo que hice fue hacer un poco de magia. Aun así, la niña estaba claramente desesperada por una historia, y no quería decepcionarla, así que le conté mis peleas con el rey goblin y los tigerwolf, dejando fuera las partes sombrías y poco halagadoras. Los ojos de Noa brillaban mientras me escuchaba. Cliff permaneció en silencio y sorbió su bebida.

[Es increíble!]

[¿Me crees? Podría estar mintiendo.]

[Te creo. Mi padre me ha contado las mismas historias, de todos modos.]

[Como dije antes, te investigué. Lo menos que podía hacer era comprobar lo que escuché sobre tus logros.] — dijo Cliff.

Supuse que como podías determinar la hora de la muerte de una gema de maná, lo único que no podían verificar era si yo había acumulado esas muertes por mi cuenta. Como mi pozo de historias sobre matar monstruos se había secado, pensé que había terminado, pero Noa seguía observándome.

[¿Puedo preguntarte algo, Yuna?] — se aventuró, como si fuera difícil de decir.

[¿Qué necesitas?]

[Um… ¿Me mostrarías tus osos invocados?]

[¿Mis invocaciones?]

[Sí. He estado esperando ver bestias invocadas desde que me enteré por mi padre.]

[Me gustaría verlos también.]

[¿Estás seguro? Podría ser peligroso.]

[¿Es así?] — dijo Cliff.

[Bueno, supongo que estará bien siempre que no intentes atacarlos o hacerme daño.]

[No tengo intenciones de hacer eso. No tengo nada que ganar atacándote, sin mencionar que mi hija me odiaría si lo hiciera.]

Con el consentimiento de Lord Cliff, decidí convocar a Kumayuru y Kumakyu en los jardines de la mansión. Noa nos llevó allí felizmente mientras Lala nos seguía.