Capítulo 6
Hoy era mi día libre. He decidido despejar algunos de mis cajones para que Ayumi tenga un lugar donde poner sus cosas. Aunque no he visto su maleta por ningún lado. ¿Será que sólo tenía el uniforme que llevaba puesto?
Tiré el contenido de los cajones al suelo, y luego utilicé un paño húmedo para limpiar el interior del cajón.
«Ayumi, puedes guardar tus cosas aquí.»
«Eh, ¿Qué es esto?»
Ayumi rebuscaba entre las cosas que yo acababa de tirar. Sinceramente, era un montón de cosas viejas que me llevé de casa de mis padres cuando me mudé. Nunca me tomé la molestia de ordenarlas y, como resultado, todos estos trastos seguían conmigo. No hacía más que pasarlos de un cajón a otro. Revisarlas para decidir qué conservar y qué tirar era demasiado pesado.
Sacó una tarjeta de plástico. La miró fijamente. Sus ojos se abrieron de par en par y sus hombros temblaron. Era como si algo estuviera a punto de estallar en ella.
«Shooo kyute!*» (NT: Transliteración japonesa para la frase ‘So cute!’.)
«¿Qué es eso?»
Me acerqué a ella y miré la tarjeta.
«Sato-san, así que este es tu aspecto de estudiante.»
Ella sostenía mi antigua identificación de estudiante.
«H-Hey, dame eso. Es vergonzoso.»
Me estire, pero Ayumi lo sostuvo contra su pecho.
«Quien lo encuentra se lo queda.» — dijo.
«Pero para empezar era mío…»
Ayumi siguió mirando la identificación de estudiante y luego volvió a mirarme a mí.
«Pareces muy joven e inocente en esta foto, pero al mismo tiempo, no pareces muy diferente ahora. Has envejecido bastante bien para ser un tío.»
Me estaba describiendo como un tío, otra vez.
De alguna manera, eso me dolió.
Miré la identificación.
Ah… qué nostalgia. Habían pasado diez años desde mis días de preparatoria, diez años desde los días brillantes de mi juventud. Tuve una juventud relativamente normal. Había festivales escolares y sesiones nocturnas de estudio con mis amigos. Hubo vacaciones de verano y viajes de esquí.
Mirar este carnet me recordó a Rika, la chica de la que estaba enamorado cuando era estudiante. Estuvo en la misma clase que yo durante tres años, y poco a poco nos hicimos amigos. Nunca tuve el valor de confesarme. En el fondo sabía que ella no me veía como un hombre.
Ahora que lo pienso, Ayumi se parecía a Rika.
«Sato-san, ¿En qué estás pensando?»
La forma en que lo dijo fue como la de una novia que acusa a su novio de pensar en otra mujer.
«No es nada. Es sólo que ver esta identificación de estudiante me hizo sentir nostalgia.»
«Sato-san, cuando eras estudiante, ¿Querías convertirte en adulto lo antes posible?»
«Hmm… ese tipo de pregunta es difícil de responder. Supongo que lo hice y no lo hice. En aquella época no pensaba demasiado en ello. Eran tiempos más sencillos en los que simplemente vivíamos el momento y no pensábamos en el futuro hasta que nos veíamos obligados a hacerlo en nuestro tercer año.»
Ayumi sonrió ligeramente. Era una sonrisa triste.
«Quiero convertirme en adulta rápidamente.» — dijo.
Observé su expresión.
Viéndola así, estaba bastante seguro de que estaba pensando en las circunstancias que la empujaron a trabajar en un soapland y luego a solicitar un trabajo de oficina cuando sus compañeros estaban disfrutando del verano. No tenía ni idea de cuáles eran sus circunstancias, pero una mocosa de preparatoria no debería asomarse así al abismo de la edad adulta.
«Ayumi…»
Su expresión cambió en un instante.
«Sabes, esta identificación de estudiante parece realmente diferente a la mía.» — dijo — «¿Tal vez sea porque es de hace diez años? ¿O tal vez porque las identificaciones entre las escuelas varían un poco?»
«¿Se ven diferentes?»
«Mh-hmm!»
Ayumi sacó su cartera y sacó su identificación.
Yo tenía un identificación en cada mano.
«Huh, realmente parecen diferentes.» — dije — «La mía parece de otra época.»
«Es de otra época.» — dijo Ayumi con una sonrisa sarcástica — «Porque eres un tío.»
«Urgh…»
Así que se dio cuenta de que llamarme tío me molestaba.
«Ahahaha~» — sus hombros temblaron — «Lo siento, lo siento. Es que es muy fácil burlarse de ti.»
Miré la foto en su identificación. En la foto, su cabello estaba perfectamente arreglado, y llevaba un poco de maquillaje.
«¿Huhn?» — me di cuenta de algo.
Miré la fecha de nacimiento en su carnet. Comprobé mi reloj de pulsera.
«Ayumi, ¿Hoy es tu cumpleaños?»
La sonrisa de Ayumi se congeló.
«Mm, sí…»
Apartó la mirada como si su cumpleaños fuera algo desagradable.
«Nunca me lo has dicho.»
«Mi cumpleaños no es nada especial, no hay nada que valga la pena celebrar.»
«Eso no es cierto. Los cumpleaños son importantes cuando se es joven porque marcan las etapas de crecimiento. Además, debes atesorar tus cumpleaños mientras eres estudiante. Una vez que eres adulto, cada año es igual que el anterior, y dejas de celebrar tu cumpleaños.»
No añadí las últimas palabras en mi mente.
Porque no hay nada que valga la pena celebrar.
Eran exactamente las mismas palabras que había dicho Ayumi hacía unos momentos.
Me puse de pie.
«Salgamos a celebrarlo.» — dije.
«¿Eh? Pero…» — Ayumi desvió la mirada — «No tengo dinero…»
«Has trabajado mucho, deberías tener algo de dinero, ¿No?»
«Todo ese dinero se ha acabado…»
Ayumi no tenía ninguna joya y no parecía tener ninguna ropa aparte de su uniforme escolar. Tampoco tenía ningún bolso de marca, sólo su mochila escolar. Claramente no era el tipo de chica que gasta frívolamente el dinero. Entonces, ¿A dónde fueron a parar todas sus ganancias?
«Hoy invito yo.» — le dije.
«¿Ehhh? Eso es demasiado.» — ella negó con la cabeza.
«Eres una mocosa de preparatoria, deja de ser tan reservada.» — sin quererlo, le di una palmadita en la cabeza. De alguna manera, en ese momento, se sintió bien — «Aunque la vida sea dura, deberías disfrutar un poco de tu juventud.»
«¿Eh? Uhm… bueno…»
Finalmente, ella asintió.
«Cualquier cosa que desees, la haré realidad hoy.» — dije.
«Suenas como un caballero de brillante armadura.»
«Incluso un tío debería sentirse genial de vez en cuando.»
«En ese caso…»
Tomamos el autobús hasta el gran centro comercial AEON, cerca de la ciudad. Me preocupaba que la gente pudiera mirarnos de forma extraña porque Ayumi llevaba su uniforme escolar y yo mi ropa informal. Esto podría malinterpretarse fácilmente como un caso de cita compensada, pero supongo que no se podía evitar porque Ayumi no tenía otra ropa.
Entramos en el centro comercial y nos plantamos en el patio. Miré a Ayumi. ¿Qué tipo de tiendas quería ver?
«¿Qué tal si te compro algo de ropa por tu cumpleaños?» — le sugerí — «Llevas tu uniforme todo el tiempo.»
«Hmmm…» — ella frunció las cejas, pensando mucho — «Sinceramente, estoy bien sólo con mi uniforme. No necesito ninguna otra ropa y, de todos modos, no tengo dinero para ir de compras.»
Le di un ligero golpe en la cabeza — «Ya te dije que te las compraría.»
«Pero…»
Pude ver la duda en sus ojos. Supongo que era natural, ya que yo no era su pariente, ni su amante, ni su tutor oficial. Pero odiaba verla viviendo sólo con la ropa que llevaba puesta y un cepillo de dientes.
«Algún día, dentro de unos años, cuando te hayas convertido en una adulta de verdad, podrás pagarme.»
Por supuesto que nunca cobraría esa deuda, incluso después de que ella se hiciera adulta. Decir esto era sólo una forma de evitar que sintiera que tenía que contenerse.
«Hmm, de acuerdo, eso funciona.»
«Bien, entonces ¿Qué deberíamos comprar?»
Mis ojos recorrieron las filas de tiendas de la planta baja. La planta baja tenía una variedad de tiendas diferentes, con todo, desde tiendas de moda y accesorios hasta boutiques de maquillaje.
Mis ojos se posaron en una tienda de lencería.
Ayumi vio lo que estaba mirando.
«Cielos!» — me golpeó el hombro — «Tengo más de un par de bragas, ¿Sabes?»
«No me refería a eso.» — dije, con la cara caliente.
«¿Hmm? ¿Te he entendido mal?» — Ayumi me miró. Hubo un momento de comprensión en su rostro. Una sonrisa en sus ojos — «¿En serio quieres verme en ropa interior sexy? Me la pondré si es para ti.»
«Deja de hacer bromas así.»
«Heh-heh~ Entiendo, entiendo. Sato-san, te enseñaré dónde comprar cosas.»
Ayumi me llevó a los pisos superiores donde se encontraban la mayoría de las tiendas de moda.
«¿Dónde sueles comprar la ropa?» — me preguntó.
«Uniqlo.» (NT: Empresa que diseña ropa unisex para hombres y mujeres… un claro ejemplo es la ropa que usa Sadao del Maou del MC’donald.)
«Heee… ¿No sabes que no puedes llevar Uniqlo cuando tienes una cita con una chica? Las chicas se preocupan mucho por este tipo de cosas.»
«De todas formas no tengo tiempo para tener citas, así que está bien…»
«No, no lo está. ¿Sabes? También vamos a comprarte algunas cosas! Prepárate para usar tu tarjeta de crédito, Sato-san.»
No pude evitar sonreír un poco. Ir de compras con otra persona era más divertido de lo que esperaba. Sinceramente, ir de compras solo era un asunto bastante solitario; no te apetece comprar nada, así que al final te limitas a comprar algunas camisetas y pantalones de Uniqlo.
Ayumi me arrastró a varias tiendas donde se probó una gran variedad de blusas, vestidos, vaqueros y pantalones cortos. Era como un desfile de moda de Ayumi.
«¿Qué tal estoy?» — me preguntaba cada vez, y lo único que podía hacer era decir: «Estás muy linda.»
Me regañaba por hacer siempre el mismo comentario, pero era mi respuesta sincera. Estaba linda con cualquier cosa que se probara.
«Al menos dime qué tipo de colores prefieres.» — dijo.
«¿Y eso qué importa?» — le pregunté — «Es para ti. Elige lo que te guste.»
«Al menos quiero elegir algo que no odies.»
«En ese caso… supongo que… ¿Colores más claros?»
«Hmm… de acuerdo.»
Como era verano, Ayumi eligió unos pantalones cortos, camisas con cuello y un par de vaqueros.
En realidad… espera no era esto…
«¿Por qué tu ropa parece un atuendo de oficina?»
«Mh-hmm~ Así puedo llevar esto tanto de forma casual como en la oficina. Sería un desperdicio si sólo pudiera llevar esto los fines de semana.»
Le revolví el cabello.
«Cielos, ¿Por qué hiciste eso?»
«Simplemente me apetecía.»
Fui a pagar y, como un verdadero hombre, saqué mi tarjeta de crédito.
«Hehh, eres muy varonil.» — se burló Ayumi cuando salimos de la tienda.
Sería una mentira decir que no me sentí un poco varonil después de sacar mi tarjeta de crédito de esa manera. Aunque, como rara vez la uso, me preocupaba que ya no funcionara.
Ayumi me arrastró a algunas tiendas de moda masculina a pesar de que le dije que no necesitaba nada.
«Velo como una inversión.» — me dijo.
«¿Una inversión para qué?»
«Puedes atraer a una buena esposa vistiendo un poco mejor.»
«…»
«Y si no te importa encontrar una esposa, al menos me sentiré orgullosa de ver crecer a mi pequeño.»
«¿Cómo he pasado de ser un tío a un niño pequeño?»
«Vamos, entra!»
Me empujó a un probador y me dio unos cuantos trajes para que me los probara.
Algunas de las cosas que me dio realmente no se ajustaban a mi imagen, pero hubo algunos conjuntos que me dejaron sin palabras cuando me miré en el espejo.
«Vaya… la verdad es que esto se ve muy bien.»
«Sato-san, ¿Has terminado de cambiarte? Déjame echar un vistazo.»
Abrí la puerta y los ojos almendrados de Ayumi se abrieron de par en par.
«Vaya, estás muy guapo.»
«¿Por qué pareces tan sorprendida?»
«Sé que mi sentido de la moda es bueno, pero no tanto. Me asusta mi propia habilidad. A este ritmo, pronto te convertirás en un hombre al que ninguna mujer podrá resistirse.»
«Seguro que no eres humilde.»
«Fu-fu-fu~ Bajo la guía de Ayumi, te convertirás en un verdadero imán de chicas.»
Pagué el traje. Salimos de la tienda.
Vagamos por el centro comercial durante un rato hasta que llegó la hora de comer. Sugerí que comiéramos fuera, ya que Ayumi cocinaba la comida y la cena entre semana.
«¿Estás seguro? Podría ser caro.»
«Hoy tengo la cartera abierta.»
«Vaya, vaya, estás muy varonil hoy.» — dijo y soltó una risita.
«¿Hay algo que quieras comer? Me parece bien cualquier cosa que no sea súper picante.»
«Hmm… Supongo que, ya que estamos aquí, deberíamos comer algo que no podamos comer en casa. Quiero decir que puedo cocinar un montón de cosas, incluso he dominado algunos platos chinos, pero hay algunas cosas que son imposibles de cocinar en una cocina normal.»
«…»
«…»
«»Ramen»» — dijimos los dos al mismo tiempo.
«¿Eh?»
«Leí en algún blog de internet que no se puede comer ramen cuando estás en una cita con una chica porque la comida llega demasiado rápido y no hay tiempo para charlar. Pero en realidad no estamos en una cita, así que creo que el ramen es perfecto. Además, es imposible cocinar ramen de verdad en casa. Sólo la sopa es casi imposible de hacer.»
«¿Ehhh? ¿Esto no es una cita para ti? Y yo que me estaba emocionando. Incluso busqué un hotel de amor.»
«…!»
Reprimí cualquier reacción verbal, pero mi cara no pudo ocultar mis emociones. Mis mejillas se sonrojaron.
Ayumi me miró, y sus hombros temblaron de risa.
«Sato-san, estoy bromeando. Tus reacciones son las mejores.»
Ayumi no solía burlarse tanto de mí. Quizá hoy estaba de muy buen humor.
Verla reír hizo que las burlas valieran la pena. Así es como deberían ser los estudiantes de preparatoria: despreocupados y alegres.
La llevé a un puesto de ramen fuera del centro comercial que tenía muy buenas críticas en Internet.
Ayumi pidió un bol con más fideos, más cerdo chashu y un segundo huevo.
Cuando llegó el pedido, no pude evitar mirar su cuenco repleto.
Ayumi jugueteaba con sus dedos.
«No me mires… Soy una chica, pero puedo comer mucho, ¿Entendido?»
Era muy linda cuando se avergonzaba.
«Es bueno que comas mucho, ya que estás pasando por la pubertad.»
«Cielos, es vergonzoso si lo dices así. Te hace sonar como un tío.»
El ramen estaba delicioso. Puede que sea el mejor ramen que he comido. O quizás fue la compañía la que lo hizo tan bueno. En cualquier caso, recordaré este bol de ramen el resto de mi vida.