Utsuro Regalia V1 Precuela 2

Precuela: Yahiro

 

1

El cuchillo que se clavó con la determinación de llevarse al oponente con él, atravesó la garganta del monstruo frente a él.

Una bestia con una altura de alrededor del doble de la de una persona. Es un gato negro con un aliento que huele a azufre y puede exhalar llamas abrasadoras.

El monstruo rugía salvajemente mientras mostraba sus colmillos.

Mientras soporta los restos de las llamas que pueden quemar la piel, el chico clava el cuchillo que tiene en la mano en el cuerpo del monstruo.

El pavimento agrietado. La espesa y salvaje maleza crecida.

En la ciudad en ruinas, donde no se ve la figura de alguna persona, sólo resuenan las voces de las ruidosas cigarras.

Después de un largo momento que se sintió como una eternidad, el que llegó primero a su límite fue el monstruo.

Un miasma oscuro brota en lugar de sangre fresca, y el gigantesco cuerpo negro azabache se desmorona como si se rompiera.

El chico retrocedió con pasos inseguros, observando aquello hasta el final.

Ahora que la tensión extrema había cesado, sus sienes palpitaban con un dolor sordo. No podía levantar los brazos debido a la fatiga.

Mientras se apoyaba en la pared de un edificio, intentando arreglar su errática respiración, una voz salió de repente del comunicador. Era la voz ronca de una persona mayor.

[Yahiro… Oi Yahiro, responde. ¿Estás vivo?]

«Cállate, Ed. Puedo oírte.»

El chico llamado Yahiro respondió al auricular en su oído.

La persona al otro lado de la línea era Eduardo Valenzuela. Era un hombre mayor de nacionalidad mexicana.

Aunque dice ser distribuidor de arte, ese título es casi un fraude.

Transportar valiosas obras de arte fuera de las ciudades arruinadas y abandonadas, y venderlas a diletantes de otros países. Ese era el medio de vida de Ed. En el mejor de los casos, llamarlo carroñero o alguien que se aprovecha de una situación para saquear era correcto.

Sin embargo, Yahiro no puede criticarlo. Eso es porque ser el que realmente entraba en la ciudad en ruinas, y traía las piezas de arte a petición de Ed, era el trabajo de Yahiro. En otras palabras, es el subcontratista del saqueador — Un recuperador.

[Fufun, así que te has encargado de la Bestia, como era de esperar de ti.]

Tras percatarse de la voz agitada de Yahiro, Ed hablo con admiración.

Yahiro frunció el ceño ante la actitud del anciano, que actuaba como si fuera un problema ajeno

«Como era de esperar. ¿Cuál es tu intención, Ed? ¿No dijiste que no habría bestias en esta zona?»

[Ya veo. Así que sí apareció después de todo. ¿Sabes de qué tipo era?]

Ed pregunta despreocupadamente sin sentirse culpable. Yahiro chasquea bruscamente la lengua y dice,

«No lo sé. Era un gato ridículamente grande que parecía un oso pardo. También podía escupir fuego.»

[Gato negro que escupe fuego… Ovinnik huh. Es una especie rara. Esa información podría venderse a un alto precio.]

El anciano hizo un ‘fofofofo’, riendo satisfecho.

«¿Qué quieres decir con ‘podría venderse a un alto precio’, huh? No explotes a la gente sólo para ganar unos cuantos dólares más! ¿Cuántas veces crees que he estado a punto de morir sólo por tu floja información?»

[Dejando eso de lado, Yahiro. ¿Dónde estás ahora mismo?]

«¿Ah? Acabo de cruzar el río Sumida hacia el antiguo barrio Taito. A unos 15 minutos de Ueno.»

[Más o menos a tiempo entonces.]

Había una señal de Ed desplegando un mapa de papel al otro lado de la línea inalámbrica. Aunque Ed sea un tipo completamente indigno de confianza, es cliente de Yahiro. Por mucho que le resulte desagradable, Yahiro no tiene más remedio que seguir sus indicaciones.

«Entonces, ¿Qué galería de arte es el destino de hoy? ¿O debería dirigirme a un museo?»

[No, no. Te diré que vayas al sur y te dirijas a Akihabara.]

«¿Akihabara? ¿Queda alguna obra de arte en ese lugar?» — pregunta Yahiro en tono desconcertado.

Lo que Ed trata principalmente son antigüedades como espadas y jarrones, o a veces piezas de arte del tipo antiguo. Habría sido una cosa diferente si se tratara del distrito Ueno, con sus numerosas galerías de arte y museos, pero recuperar algo de un distrito comercial como Akihabara era raro.

Ed se rio como si disfrutara de la confusión de Yahiro y dijo,

[El propósito de hoy no es ninguna antigüedad, es una figura.]

«¿Figura? ¿Te refieres a algo como una figura de arcilla o haniwa?»

[Incorrecto. Me refiero a figuras de personajes de anime. Las figuras destinadas a los coleccionistas.]

«… ¿Ha? ¿Figuras?»

Cogido con la guardia baja, Yahiro se quedó sin palabras. Pone su vida en juego para infiltrarse en una zona de aislamiento plagada de monstruos y lo que tiene que traer es una figura de un personaje de anime. Era la primera vez que escuchaba una petición tan ridícula.

[Es una petición de una persona rica del sudeste asiático. Es una pieza única hecha a mano y creada por el carismático escultor Masa. Es algo que el cliente llevaba buscando muchos años.]

«…No, bueno, no me importa mientras me paguen.» — murmuró Yahiro, tragándose sus conflictos internos. La mitad fue para convencerse a sí mismo.

[Una figura vale cien mil dólares. ¿No crees que es una buena forma de ganar algo de dinero?]

«¿Qué porcentaje de eso piensas llevarte para ti?» — pregunta Yahiro al anciano, que se ríe con voz ronca.

[No te preocupes. Te dejaré la mitad. Eso sí, me descontaré mis gastos.]

«Eso ya es estafarme! ¿No solo llamas desde una habitación con aire acondicionado?»

[¿No crees que es justo considerando que estoy haciendo un trato serio con un japonés como tú?]

«Tsu…!»

Ante las palabras burlonas de Ed, Yahiro rechino con fuerza las muelas.

Por mucho que le fastidie, es exactamente como ha dicho. Ahora mismo no queda casi nadie en este país dispuesto a contratar a Yahiro. Eso es porque es un superviviente japonés.

[Ponte en contacto conmigo cuando llegues a la estación y ten cuidado durante tu viaje. Bueno, esa puede ser una preocupación innecesaria para un maldito japonés inmortal como tú.]

Ed corta la comunicación, dejando atrás esas palabras dichas en tono sarcástico.

Frente al ahora silencioso micrófono del auricular, Yahiro murmuró como si escupiera

«Muérete, viejo.»

Era un recuerdo de aquel día — El día en que un dragón gigante apareció en los cielos de Tokio.

Una lluvia de color rojo sangre diluvio las calles, y como si fuera una respuesta a la aparición del dragón, numerosos desastres naturales cubrieron toda la nación de Japón.

Poco después, unas feroces y misteriosas criaturas que desafiaban todos los sentidos biológicos existentes, irrumpieron por todo el país.

Poseían formas que se asemejaban a las de criaturas míticas, formas de vida deformadas que más tarde se conocerían como Bestias.

Atacaron y comieron indiscriminadamente a la gente, y destruyeron las ciudades.

Con Bestias que podían resistir las balas de los rifles de uso militar como oponentes, no sólo la policía, sino incluso las JSDF se vieron impotentes. El gobierno japonés, que se encontraba en un estado de confusión debido a los frecuentes desastres naturales, dejó de funcionar por completo. Se dice que, en una semana desde la aparición de las Bestias, se perdió la mitad de la población de Japón.

Naturalmente, la comunidad internacional no se quedó de brazos cruzados contemplando la desastrosa escena.

Países de todo el mundo organizaron donaciones y suministros de socorro, y se preparó el envío del equipo internacional de ayuda a la catástrofe.

Esa información animó a muchos japoneses que estaban abrumados por las tragedias. Pensaban que, al igual que la nación llamada Japón experimentó muchas veces en el pasado, nos recuperaremos de esta catástrofe sin precedentes aunque nos lleve tiempo, y recuperaremos el pacífico estilo de vida cotidiano. Todos tenían unas expectativas muy infundadas.

No pasó mucho tiempo hasta que se produjo otro acontecimiento inusual.

Sin previo aviso, dignatarios, jefes de estado y líderes religiosos ordenaron a su pueblo al unísono, como si estuvieran preparados de antemano.

Matar a los japoneses. Aniquilarlos.

J-nocidio (Gran Masacre) — La ‘Caza de Japoneses’ había comenzado.

Seis meses después. Las catástrofes naturales traídas por el dragón disminuyen, y al mismo tiempo, la Gran Masacre también termina.

La cantidad de víctimas durante ese período fue de más de 126 millones—

Y entonces los japoneses dejaron de existir.

Dejando atrás sólo un puñado de supervivientes.

2

Frente a la estación de Akihabara se encontraban los restos terriblemente arruinados de una ciudad antaño bulliciosa.

Los países que invadieron Japón por el J-nocidio son más de 30. 8 de esos países siguen estacionando sus tropas en Japón, mientras lo dividen y gobiernan.

Sin embargo, la densidad de población es extremadamente baja, ya que los japoneses que debían ser ocupados han sido aniquilados.

El ejército de ocupación sólo está estacionado en los principales puertos y grandes ciudades. Más de la mitad del archipiélago japonés ha quedado en estado de anarquía y se ha convertido en una zona sin ley invadida por terroristas o criminales internacionales.

Pero hay lugares en los que incluso esos criminales rara vez ponen el pie.

Son los 23 distritos — La región que antes se conocía como Área Metropolitana de Tokio.

El centro económico y político de Japón. La razón por la que la antigua capital fue designada como Zona de Aislamiento era simple. El índice de aparición de Bestias era excepcionalmente alto en comparación con otros lugares.

Esa es la razón por la que incluso ahora, cuando han pasado 4 años desde el J-nocidio, los edificios han quedado intactos y muchas obras de arte valiosas o artesanías tradicionales han quedado intactas.

Sin embargo, al haber pasado por la Gran Masacre, las calles de Akihabara no quedaron indemnes como se esperaba.

Los edificios habían recibido graves daños debido a los frecuentes desastres naturales, y las huellas de los ataques causados por las Bestias estaban grabadas por todas las calles. Parecía que los bienes destruidos por el fuego no eran pocos.

«He llegado al lugar, Ed. Sin embargo, ¿Hay realmente una figura abandonada en este tipo de lugar?» — preguntó Yahiro, tras llamar de nuevo al autoproclamado ‘Repartidor de Arte’.

[No tienes que preocuparte por eso. El interior del edificio está prácticamente intacto. También hemos verificado la seguridad de la figura.]

«…¿Verificado? ¿Cómo?»

[Hace apenas una semana, la unidad de recuperación de un importante empresario entró y la vio con sus propios ojos.]

«¿Huh?»

Mientras pone un pie en el edificio designado por Ed, Yahiro pone una cara sombría.

Otros recuperadores, además de Yahiro, ya habían visitado este lugar. Era la primera vez que escuchaba eso.

«Hey, espera un minuto. Entonces, ¿Por qué esos tipos no se llevaron la figura? ¿Qué pasó con la llamada unidad de recuperación?»

[Bueno… He oído que perdieron el contacto después de informar del descubrimiento de la figura…]

«¿Qué?»

Yahiro bajó inconscientemente su postura y observó su entorno.

Es un gran edificio comercial cerca de la estación de Akihabara. Parece que todas las plantas estaban ocupadas por varios inquilinos, e incluso ahora, cuando está reducido a ruinas, quedan cosas como aparatos electrónicos o juguetes sin dañar.

Sería una montaña de tesoros para alguien que conoce su valor.

Por supuesto, no hay presencia de otra persona que no sea Yahiro en su entorno.

Sin embargo, Yahiro sintió una débil sensación de incomodidad en la atmósfera del interior del edificio.

Un débil olor a sangre persistía en el aire viciado de las ruinas.

[Aah, sí. Ahora que lo pienso, escucharon un extraño grito justo antes de perder el contacto. Un fantasma en el edificio o algo así.]

«¿Fantasma…?»

La comunicación se cortó justo después de que Yahiro preguntara. Las señales se perdieron desde que se adentró en el edificio.

Como si estuviera esperando ese momento, el aire brillaba en la tenue luz.

Viejas videocaseteras y otros grandes aparatos electrónicos cuya finalidad desconocía, flotaban suavemente sin emitir ningún sonido, desafiando la gravedad. Aquella escena irreal hizo que Yahiro se estremeciera.

Los aparatos electrónicos se movían por el aire, agitándose erráticamente.

Era una escena realmente extraña, que inducía al miedo. Y entonces los dispositivos electrónicos, sacudiéndose como un péndulo, comienzan a acelerar. Apuntando a Yahiro, que seguía en estado de shock, atacan pareciendo balas de cañón.

«¿En serio? Hey…!»

Los aparatos electrónicos se estrellaron contra la pared detrás de Yahiro que saltó a un lado en el impulso. Los fragmentos de las máquinas se dispersaron junto con el grueso sonido del hormigón al romperse.

«¿Esto es cosa de un poltergeist? Mierda, ¿Qué demonios está pasando?»

Yahiro rodó por el pasillo mientras evitaba los fragmentos que llovían.

Otro dispositivo electrónico voló justo por encima de su cabeza. Incluso si uno solo de ellos lo golpeara, tendría suficiente potencia para destrozarle el cráneo.

Los sonidos de los aparatos electrónicos que chocaban seguían resonando, pero no había rastro del que los controlaba.

La palabra ‘fantasma’ que Ed había mencionado, extrañamente, tenía un sabor a verdad.

Finalmente, Yahiro, que se vio acorralado al final del pasillo, se percató del cadáver que yacía frente a él. Y no era sólo uno, sino 5-6 cadáveres simplemente apilados.

«¿Son estos tipos los recuperadores de los que habló Ed…?»

A diferencia de los parias como Yahiro, eran una unidad especial de recuperación contratada por grandes corporaciones. Llevaban los uniformes de una empresa militar privada, y eran operadores musculosos (combatientes) con antecedentes militares.

Sin embargo, sus cadáveres estaban terriblemente dañados, y no había ninguno que conservara su forma original.

Fueron devorados por las Bestias, se dio cuenta Yahiro.

Si ese es el caso, entonces hay una alta probabilidad de que el poltergeist que ataca a Yahiro sea también obra de una Bestia.

Sin embargo, no hay ninguna señal de una Bestia en el campo de visión de Yahiro.

Todo lo que puede ver son los numerosos dispositivos electrónicos que vuelan en el aire.

«El cuerpo real es…!»

Mientras evitaba los dispositivos electrónicos que volaban hacia él, de repente todo el cuerpo de Yahiro dejó de moverse, junto con un intenso dolor.

No era como si hubiera perdido las sensaciones de sus brazos y piernas. Sin embargo, su cuerpo no se movía, como si estuviera atado por cadenas invisibles.

Parálisis—

Sin que le diera tiempo a quedarse perplejo ante aquel fenómeno psíquico, el hombro derecho de Yahiro recibió una intensa descarga. El sonido de su clavícula rompiéndose resonó tras ser golpeado directamente por el gran aparato electrónico.

Después de perder la fuerza en su mano derecha, el cuchillo que estaba agarrando se cayó. El espacio frente a Yahiro se dividió, como si estuviera esperando ese momento.

Cuando se dio cuenta de que era el ojo compuesto de un monstruo, ya era demasiado tarde. Del torso de Yahiro brota sangre fresca tras ser desgarrado por una garra gigante.

«¿Bestia… De dónde…?»

Sin saber qué había pasado, su maltrecha figura rodó por el pasillo.

La herida abierta por la garra del monstruo llega a la parte posterior de su cuerpo. Sus pulmones fueron desgarrados, y su corazón fue probablemente aplastado.

Todo su cuerpo se entumeció y perdió la fuerza. Incapaz de gritar, Yahiro escupe un coágulo de sangre y mira al techo aturdido. Siente que su conciencia se desvanece lentamente.

La voz de una Bestia, como si riera triunfante, surge por encima de su cabeza—

Lo último que se reflejó en su visión borrosa fue su propia sangre detenida en el aire, como gotas de agua.

«Me alegro de que sigas vivo, Nii-sama—»

En medio de su brumosa conciencia, una voz clara resuena con un toque alegre.

Era el recuerdo de aquel día — El día en que comenzó la Gran Masacre.

Una chica, acompañada por un ‘monstruo’ volador detrás de ella, mira tranquilamente al tembloroso Narusawa Yahiro.

Mientras se baña en la intensa lluvia carmesí, Narusawa Sui sonríe cálidamente.

Acompañada por el gigantesco dragón que despliega sus alas del color del arco iris detrás de ella, la chica manchada de sangre dice—

«—¿O acaso eres incapaz de morir?»

Chispas blanquiazules volaron en el pasillo poco iluminado.

El brazo derecho de Yahiro, que levanto inconscientemente, derribó los colmillos de la Bestia.

El inesperado contraataque de la presa supuestamente muerta agitó claramente a la Bestia, que no debería tener emoción alguna.

Aprovechando el momento, Yahiro agarró el cuchillo y se levantó de un salto.

Justo antes de que todo su cuerpo volviera a paralizarse, blandió el cuchillo en el espacio vacío sobre su cabeza. Con el satisfactorio sonido de algo desgarrándose, su cuerpo, que estaba a punto de paralizarse, volvió a ser capaz de moverse libremente.

«Así que esta cosa está detrás de la parálisis y el poltergeist de antes.»

Yahiro murmuró lánguidamente mientras agarraba el hilo arrancado.

Era una fibra semitransparente que parecía un hilo de araña, pero mucho más resistente. Ese hilo se había pegado a todo su cuerpo antes de que pudiera darse cuenta, y estaba inhibiendo sus movimientos. También era este hilo el que hacía que aquellos pesados aparatos electrónicos flotaran en el aire, apuntando a Yahiro.

La Bestia desaparece, confundiéndose con la oscuridad, tras darse cuenta de que no puede detener los movimientos de Yahiro.

Sin embargo, Yahiro ya conocía este truco. Era un camuflaje.

La Bestia que acechaba en este edificio podía cambiar el color de su cuerpo como un camaleón o un pulpo para esconderse, y cazaba a las presas que se acercaban.

Era una habilidad bastante mundana, y no era gran cosa si se conocía el truco.

Fueron sus suposiciones las que le impidieron darse cuenta de ello.

Yahiro se salvó por poco de la muerte, debido a que fue engañado por el ‘fantasma’ del que hablaba Ed.

No sería extraño que una persona normal muriera con esas heridas y la pérdida de sangre.

Pero irónicamente, esa pérdida de sangre le enseñó a Yahiro la verdadera forma de la Bestia.

La sangre fresca que se pegaba a los hilos tendidos en la oscuridad dejaba clara su existencia, y hacía visible a la Bestia transparente.

SHAAAAAAAA—!

Al darse cuenta de que su camuflaje fue descubierto, la Bestia expone completamente su forma y ruge.

Una araña con piel exterior de reptil — o un monstruo deforme que puede llamarse así.

8 extremidades con afiladas garras que crecen en la punta, y una boca con innumerables colmillos estrechamente alineados, que se asemeja a la de un tiburón devorador de hombres.

Sólo la parte superior del cuerpo de la Bestia mide cerca de 3 metros. Incluso sin la transparencia causada por el camuflaje, no es un oponente al que se pueda subestimar.

A pesar de ello, Yahiro mostró una feroz sonrisa mientras miraba a la Bestia.

«—El héroe Seigfreid, de las leyendas germánicas, mató a un dragón y supuestamente consiguió un cuerpo inmortal bañándose en su sangre.»

Con una velocidad inimaginable por su gran tamaño, la Bestia disparó al hombro de Yahiro con una garra estirada. Sin embargo, esa garra fue fácilmente repelida justo después de rasgar su chaqueta.

La sangre fresca que Yahiro derramó se endureció y se pegó a la superficie de su cuerpo como una armadura.

Su propia piel también se endureció, cambiando su forma a algo parecido a escamas de acero.

Los pulmones y el corazón que deberían haber sido aplastados terminaron de regenerarse, y la carne supuestamente desgarrada quedó cubierta por la armadura de sangre.

Un cuerpo inmortal que posee una piel de acero—

Ese es el poder que Yahiro adquirió en aquel día de intensa lluvia carmesí.

Bañado en la sangre de un dragón, era el poder maldito de un inmortal asesino de dragones.

«Aparentemente, soy igual que ese héroe. Lo siento, pero no se me puede matar!»

Yahiro clavó el cuchillo mojado con su propia sangre en la Bestia.

Aunque era un cuchillo militar algo grande, comparado con el gran cuerpo de la Bestia, la hoja era demasiado fina y poco fiable.

Sin embargo, el efecto fue dramático.

Con la herida abierta por el cuchillo como centro, se generaron grietas por todo el cuerpo de la Bestia. La sangre de Yahiro, corrompida por la sangre del dragón, es un veneno letal y mortal para las Bestias.

El gran cuerpo, que se volvió frágil, se desmoronó mientras esparcía un miasma negro azabache.

Yahiro suspiró profundamente mientras la miraba con un rostro inexpresivo.

«He terminado, Ed.»

Yahiro encendió de nuevo su comunicador después de trasladarse a un lugar junto a una ventana que tuviera buena recepción.

El viejo repartidor de arte, en lugar de alegrarse por la seguridad de Yahiro, se quejó de que llegara tarde.

[¿Has derrotado a la Bestia?]

«Sí, de alguna manera.»

[Hou…]

Ed deja escapar una voz de sorpresa. Ciertamente no esperaba que Yahiro repeliera a la Bestia que aniquiló la unidad de recuperación del gran empresario, por sí mismo.

«Dejando eso de lado, dime las características de la figura solicitada. Quiero irme antes de que se den cuenta las otras Bestias, pero no puedo distinguirla entre las figuras.» — dijo Yahiro, mirando hacia detrás de él.

Pudo localizar el lugar de la tienda de figuras, pero las figuras que había en ella no eran más que unas cientas. Yahiro no tenía ni idea de cuál tomar.

Sin embargo, Ed dice con un tono descuidado.

[Pronto la encontrarás. Es la chica mágica Ouragan-chan expuesta cerca de la entrada de la tienda. Una a escala 1/1 de ella.]

«¿Escala 1/1…?»

[En resumen, es de tamaño natural. Como se esperaba de la obra maestra de alguien que alcanzó el pináculo de las técnicas pervertidas de Japón, ¿No está magníficamente modelada?]

«De tamaño natural… ¿Quieres decir del mismo tamaño que las personas?»

Yahiro observó su entorno mientras estaba desconcertado.

Creyó haber escuchado mal, pero frente a la entrada de la tienda de figuras — estaba una figura de una hermosa chica colocada en el lugar más llamativo. La figura mide unos 160 cm de altura, incluyendo el pedestal.

El traje del personaje llamado chica mágica está inútilmente cubierto de volantes, y sin embargo el grado de exposición es innecesariamente alto. Era revelador hasta el punto de que se podía ver el interior de la falda sólo con estar allí.

«¿Tengo que salir de los 23 distritos cargando esto? ¿Yo?»

Yahiro dijo con una voz extremadamente miserable.

Siendo un superviviente japonés, estaba acostumbrado a ser despreciado y ridiculizado.

Sin embargo, esta hermosa figura de tamaño natural era peligrosa. Tenía el presentimiento de que si alguien lo veía caminando mientras cargaba a esta chica mágica, no podría recuperarse jamás. Por mucho que sea un asesino de dragones inmortal, no es que tenga también una fuerza mental invencible.

[Es un trabajo que vale cien mil. Ten paciencia. No tienes que buscar a tu hermana desaparecida.] — dijo Ed en tono despreocupado, como si fuera un problema ajeno.

Yahiro apretó los dientes mientras se sentía en conflicto.

Tiene que encontrar a su hermana, desaparecida desde la Gran Masacre. Para ganarse los gastos de eso, Yahiro sigue trabajando como único recuperador en los 23 distritos atestados de Bestias.

«Porque… del dragón…! Mierda, definitivamente me las pagaras por esto… Sui…!

Yahiro levanta la figura de tamaño natural, mientras tiembla por la humillación.

Y entonces, una vez más, el chico inmortal se dirigió hacia la ciudad en ruinas.

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