Shin no Jitsuryoku Arco 1 C25

Capítulo 25: Alice

Lo primero que sentí fue malestar y arrepentimiento.

«¿Por qué… por qué solo…?»

Solo.

Se había adentrado en el bosque él solo.

No podía quitarme de la cabeza la escena de su figura desapareciendo rápidamente.

¿Por qué no me moví?

Puede que hayamos tenido una pelea, pero aún así debería haberlo detenido.

Pero no lo hice.

No, eso tampoco está bien. No pude.

Mis manos aún temblorosas estaban heladas.

Debí haberlo detenido.

Tuve que detenerlo.

…Aunque no hubiera sido capaz de detenerlo.

Solo había visto a Yuno poner una cara como esa una vez antes.

Normalmente, actuaba de forma bastante tonta y descabellada.

Pero cuando estaba realmente decidido a hacer algo, ponía una expresión completamente anormal.

La primera vez fue cuando hizo un contrato con la diosa Athena.

Y esta vez… fue igual.

Miré a Athena, que miraba al cielo con preocupación.

«……»

—Si yo hubiera preguntado de la misma manera… ¿Habría hecho lo mismo?

…Ahora no es el momento de pensar en eso.

Me acerqué a Luna-sama y le hice la pregunta que me corroía.

«…¿Por qué le permitiste ir?»

Dejar que un humano intervenga en una pelea entre dioses no conduciría a nada.

Al contrario, de hecho, involucrarse probablemente llevaría a la muerte.

«…Habría sido un esfuerzo inútil. ¿No pensaste lo mismo?»

«…Bueno.»

…Huh. Parece que, no era sólo yo.

«Él… volverá. Yo no le di la orden de morir.» — dijo Luna-sama, con los ojos momentáneamente temblando de preocupación.

Supuse que probablemente sentíamos lo mismo.

Pero aún así, incluso entonces—

«Heey, Alice. ¿Por qué te preocupas por ese idiota? Volverá. Aunque que se mueva o no es otra cosa.» — dijo Maro sonriendo, y pude sentir que la sangre de mis venas empezaba a hervir.

Pero entonces, al notar que sus palabras tenían un cierto tinte de relación, mi arrepentimiento se hizo más profundo.

Yuno… por favor, vuelve con vida.

Entonces podremos—

Volví a mirar al cielo.

Los dos destellos de luz volvieron a chocar.

La diosa Astaroth y la bestia divina Fenrir.

Alguien tan común como yo no podía ni siquiera imaginar por qué razón podrían haber estado luchando.

Pero, si algo le sucediera a Yuno—

Lamentaría este día con todo mi ser hasta el final de mi vida.

«No te preocupes. Estará bien.»

Las palabras de Kraim me hicieron sentir aún más incómoda que las de Maro.

«…No lo digas tan a la ligera… ¿Siquiera entiendes? Va a ir para allá!» — grité tan fuerte que hasta yo me sorprendí, señalando a los dioses que chocaban en la distancia.

Sintiéndome instantáneamente avergonzada por mi arrebato, aparté la mirada de Kraim.

…Es inútil. No puedo calmarme.

«…Cierto. Tienes razón. Probablemente habría pensado lo mismo si no lo conociera. O tal vez me habría disgustado que fuera.» — dijo Kraim, formando una pequeña sonrisa en su rostro mientras miraba el cielo nocturno.

«…A mí tampoco me convence. Aun así, es probable que vuelva con vida—»

—El deslumbrante cielo nocturno se iluminó.

De repente, una luz azul apareció y se estrelló contra la roja, tras lo cual ambas desaparecieron en el bosque a una velocidad que mis ojos apenas podían seguir.

…Probablemente se habían estrellado contra el suelo.

Justo cuando la onda expansiva de ese impacto alcanzó el suelo bajo nosotros, me envolvió una ansiedad irreprimible.

¿Qué… era eso…?

No podía dejar de temblar.

Todo lo que podía pensar en ese momento era que esta situación que estaba completamente fuera de nuestras manos se había vuelto peor.

«…!»

Escuché un pequeño grito ahogado.

No era la única que había visto que eso ocurría.

«…No puede ser… estás…»

Los ojos de Kraim se abrieron de par en par con asombro mientras se apresuraba a ponerse la mano delante de la boca, aparentemente más agitado que yo.

«…Fufu»

En completo contraste con eso, Luna-sama estaba sonriendo.

Sus ojos morados llenos de alegría se volvieron hacia mí.

«…¿No es bonito? Ese azul. Tiene buen gusto ese chico.»

…Es inútil. Alguien como yo no puede saber lo que quiere decir con eso.

«Soleil-sensei! ¿Qué ha sido eso de hace un momento?» — preguntó emocionada una de las chicas.

Queriendo saber la respuesta yo también me giré hacia nuestro profesor.

Tenía la mano sobre la oreja, como si intentara bloquear los sonidos de su entorno.

«…Según la información de los observadores de los caballeros… es un dios desconocido. Era tan rápido que aparentemente no pudieron fijarlo. Sin embargo, su poder mágico supera al de Fenrir, y—» — sus ojos anaranjados se encendieron — «Está a la altura del de la diosa Astaroth.»

Tragué saliva.

La diosa del amor y la belleza, la diosa Astaroth era un héroe.

Había aparecido un nuevo dios con una cantidad de poder mágico equivalente al de ella…!

«Maldita seaaaaa! ¿Estoy presenciando una nueva leyenda en carne y hueso?»

Ignorando la emocionada exclamación de Maro, decidí para mis adentros.

Que ya no me limitaría a mirar, sino—

«…Imposible» — murmuré como reacción al espectáculo que se desarrollaba frente a nosotros.

Un gran número de luces había iluminado el bosque. Había más que antes, o mejor dicho, había incomparablemente muchas más que antes.

Al darme cuenta de ello, grité inmediatamente a nuestro profesor.

«Soleil-sensei!»

«…Lo sé. Parece que el cuerpo principal ha llegado.»

La estampida. La parte principal estaba justo delante de nosotros.

Hasta entonces, habíamos logrado resistir gracias a la barrera mágica de Soleil-sensei.

Sin embargo, con esos números…

«Ven, oh Luz! Escudo sagrado!»

El casteo rápido se desplegó a nuestro alrededor.

…Lo logre.

Había practicado castear esta barrera mágica, Escudo Sagrado, cientos de veces.

Era el hechizo más difícil que podía usar.

Sin embargo—

«…Imposible…»

Mi barrera fue destrozada como si no hubiera estado allí en primer lugar.

Goblins, wargs, orcos, e incluso—

«Escudo sagrado! Escudo sagrado…»

Una y otra vez, castee el hechizo.

Sólo quería vivir. Ese era el único pensamiento en mi mente.

Sin embargo, mi magia desapareció casi tan pronto como fue casteada.

Ni siquiera la magia de Soleil-sensei pudo—

Caí de rodillas…

Me quedé sin poder mágico. Yo… no puedo luchar más.

«…Ha, ha.» — comencé a reír por alguna razón.

…Soy muy inepta.

La mejor estudiante de nuestro grado… no me hagas reír.

Lo que quería ser, lo que quería ser era alguien como—

Vi su cabello plateado por el rabillo de mi ojo.

Luna Flame.

La persona que me había puesto como meta y no había alcanzado.

Era muy fuerte y hermosa.

Quería ser como tú.

Si lo fuera, entonces seguramente—

«…Yuno. Ayuda.»

Una lágrima se abrió paso por mi mejilla.

¿Dónde estás?

Estoy aquí—

Los monstruos se acercaron.

La sonrisa tonta de Yuno se abrió paso en mi mente.

«…Yuno!»

«—No es necesario llorar.» — llegó una voz fuerte y hermosa.

¿Luna-sama…? No, ella no. Luna-sama está mirando al frente en silencio.

«Ves. No pueden hacer nada.»

…Miré hacia arriba. Los miles de monstruos que teníamos delante, incapaces de seguir avanzando, simplemente se habían detenido en seco.

«…¿Cómo?» — pregunté sorprendida cuando la persona, acompañada de un olor familiar y agradable, vino a ponerse a mi lado.

«…Sinceramente. Es una magia impecable y maravillosa.» — dijo la chica con voz alegre mientras sus ojos negros me miraban.

La conocía muy bien.

«Rei-…onee-sama»

Era la santa de la espada, Rei Astario.

Su cabello negro se mecía ligeramente con el viento, me sonrió y estiró la mano para darme una palmadita en la cabeza.

«Hola, Alice. Tu magia también fue maravillosa, por supuesto.»

Volví a romper a llorar.

Ah.

—Estamos salvados.

«Gracias por venir, santa de la espada Rei Astario.» — dijo Soleil-sensei, rascándose la cabeza mientras se giraba hacia ella.

«Parece el mismo de siempre, Soleil-sensei. Tengo curiosidad, ¿Fue usted quien puso esa barrera?» — preguntó Rei-onee-sama, haciendo que nuestro profesor suspirara y negara con la cabeza como respuesta.

«…»

Quedé boquiabierta ante el impactante giro de los acontecimientos.

Había una barrera mágica frente a mí. Había pensado que la había lanzado Soleil-sensei.

No, no tuve tiempo de sorprenderme!

«Onee-sama! Yuno está—»

«Sí. Cierto. No te preocupes por eso.» — fue la confusa respuesta.

El hecho de que fuera una hermana cariñosa lo hacía aún más confuso.

«¿Es ella la diosa Athena?» — dijo Onee-sama, acercándose elegantemente a Athena-sama y haciéndole una hermosa reverencia.

«Es un placer conocerla. Soy la hija mayor de la familia Astario, Rei Astario. Gracias por cuidar de mi hermano menor.»

«La hermana mayor de Yuno-san…!»

Presa del pánico, Athena-sama pareció no saber qué hacer por un momento, luego se inclinó y devolvió el saludo.

«S-Soy A-Athena…! Encantada de conocerte!»

Onee-sama sonrió ante aquella divertida apariencia.

«…Qué hermosa. Yuno tiene suerte de haber hecho un contrato con usted, Athena-sama.» — dijo Onee-sama, volviéndose hacia Luna-sama

Imitándola, Luna-sama hizo lo mismo.

«»………»»

Se miraron en silencio.

Rei-onee-sama fue la primera en romper ese silencio, ignorando por completo los saludos apropiados.

«…Te lo prestaré hasta la graduación.»

«…Me pregunto eso. Quién sabe lo que puede pasar todavía.»

…Qué pasa con este ambiente.

«Tienes un buen par de ojos, lo reconozco. Pero no lo olvides. A Yuno le gusta mucho su hermana mayor.»

«…Es así. En otro orden de cosas, aunque no tengo relación de sangre con él, seguimos viviendo bajo el mismo techo. Se puso muy contento cuando se enteró.»

Las dos se miraron en silencio durante un rato y luego apartaron la mirada al mismo tiempo.

Había sabido que eran parecidas, pero pensar que esa similitud llegaría tan lejos.

…Soy su amiga de la infancia, y además nos sentamos uno al lado del otro… no, eso no es suficiente…

Espera, en qué estoy pensando!

«Rei-sama, cuando quieras.» — dijo un caballero con armadura plateada, lo que me hizo preguntarme cuánto tiempo llevaban allí los caballeros.

«…Lo sé, lo sé.» — dijo Onee-sama, desenfundando su espada que colgaba de la cintura de su hermosa armadura roja con un tintineo metálico.

Su hoja brilló de color blanco plateado, y todos nos volvimos hacia los monstruos como si estuviéramos en trance.

«Onee-chan tiene que mostrarle a Yuno lo genial que es.» — me pareció oírla murmurar en voz baja, a lo que siguió—

—Un violento viento se abalanzó sobre nosotros.

Rugiendo, el viento se envolvió alrededor de su espada en un vórtice de aire arremolinado.

Era un espectáculo realmente impresionante.

Y entonces, con un destello de su espada—

Al principio, ni siquiera sabía lo que había pasado.

Sólo había una cosa que podía comprender.

—Onee-sama había cortado el grupo de monstruos.

Escuchando sus gritos moribundos, pensé para mí misma.

Esa onee-sama definitivamente sería capaz de salvar a Yuno.

—Así que por favor, mantente a salvo.

«…Yuno.»

⇐ ノ(>_<ノ )

⇑٩(^▿^)۶⇑

(ノ>_<)ノ ⇒