Capítulo 26: Un reencuentro y el después
«Achuu!»
Mi estornudo parecía haber sobresaltado a Fenrir, ya que su cola se erizó.
Sin embargo, sólo fue por un momento.
Fenrir me miró incrédulo con los ojos muy abiertos.
«…¿Qué… has dicho?»
«Achuu!»
«Eso no!»
Ya lo sé!
…Digamos que no estaba en plena forma. Probablemente me había esforzado un poco más de la cuenta.
«…Iré solo. Por favor escóndete en algún sitio, Fenrir-san.»
«…¿Y eso porque?»
«Todos se escandalizarían y estarían realmente confundidos si te mostraras delante de ellos ahora mismo.» — le dije a Fenrir mis sinceros pensamientos.
La diosa héroe, la diosa del amor y la belleza, Astaroth.
Al haber luchado contra ella, el nombre de Fenrir había sido manchado.
Todo el asunto de ‘Astaroth había venido a detener la estampida causada por la Bestia Divina’ probablemente se habría extendido bastante.
Además de eso, Fenrir era enorme…
Así que podrían notarlo por accidente, incluso en el bosque.
Ya estaba convencido de que la información se filtraría.
«Eso es inaudito. Lo sabes, ¿Cierto? Mi nombre es Fenrir. Soy la deidad guardiana de este bosque.»
«Por favor, quédate tranquilo. En tu nombre, la deidad guardiana de este bosque, yo—» — miré directamente a Fenrir, con una mirada llena de determinación— » —pondré fin a esto.»
Estaba preparado. También había ganado algo de confianza gracias a la lucha con Astaroth.
Y de todos modos, en primer lugar, la causa de la estampida fue—
Le di la espalda a Fenrir, mis pensamientos de repente volaron lejos.
…Athena. Luna.
La pelea en su lado probablemente ya había comenzado. Probablemente Alice y Kraim también estaban peleando.
No tenía tiempo para quedarme de brazos cruzados.
«…!»
Puse algo de energía en mis piernas y corrí.
Los árboles que se deslizaban a mi lado como si me esquivaran me indicaban lo rápido que iba.
Debía estar corriendo por el bosque a una velocidad tremenda.
Sin embargo, por alguna razón, no podía usar toda la que quería.
«…!»
Me frustré. Sabía que tenía mucha prisa.
Y fue entonces cuando un lobo apareció de repente, corriendo a mi lado.
«Ahora qué!»
Inmediatamente me moví para blandir mi lanza, pero me detuve justo antes de que golpeara.
Un par de ojos dorados me miraban.
Ya veo. Parece que Fenrir puede cambiar el tamaño de su cuerpo.
«…Sube.» — fue todo lo que me dijo.
«…Te vas a arrepentir.»
No quería ver cómo se tergiversaba la verdad y se bañaba a Fenrir en críticas injustificadas.
«…Hmph. Ocúpate de tus propios asuntos. Además, ya tienes bastante con lo tuyo. Puedes pensar que lo estás haciendo bien ahora, pero puedo notar tu poder mágico.»
…Se ha dado cuenta, huh.
Salté sobre la espalda del ahora pequeño Fenrir.
…Ooh… es más esponjoso de lo que imaginaba.
«Gracias. Parece que no puedo usar todo el poder que quiero en este momento.» — dije, haciendo que Fenrir resoplara exasperado.
«Has usado demasiado poder mágico.»
Ya veo. Así que esta desagradable sensación viene de haber usado demasiado mi poder mágico.
Sin embargo, me preocupaba un poco ese hecho.
¿Realmente había usado tanto?
No había sido consciente de ello en absoluto.
…De todos modos, esto es realmente agradable. Siento que podría dormir aquí durante todo un día.
«No muevas tanto las manos! Nunca he tenido a nadie montado en mi espalda antes! No estoy acostumbrado!» — dijo Fenrir-san, gruñendo amenazadoramente.
Es cierto, que te toquen constantemente la espalda es algo que distrae. Tendré que reflexionar sobre esto.
…’Whooosh’ el viento pasó por mis oídos.
—Un rato después, noté que el número de monstruos a nuestro alrededor empezaba a crecer.
Simultáneamente, sentí un poder mágico familiar rozando mi piel por un momento.
…Mi hermana mayor está aquí.
«Ya casi hemos llegado. ¿Estas listo?»
«……»
«Hey! Te estoy haciendo una pregunta!»
«Fenrir-san, hazme un favor.»
«¿Cuál es?»
«Por favor, oculta tu verdadera identidad.»
Fenrir me miró por encima del hombro.
Yo le devolví la mirada.
«Por favor.»
Sin responder, Fenrir siguió avanzando.
…Tendré que esperar.
Y entonces, no nos quedó más tiempo.
—El escenario que nos rodeaba cambió.
Habíamos salido de las profundidades del bosque y llegamos a la pequeña colina que era nuestro punto de encuentro.
«…Qu—!»
Suspiré ante el panorama que se había abierto frente a nosotros.
«CUCHILLADA YUNOOOOOOOO!»
Sip… esa es mi hermana…
Mi hermana estaba arrasando en el campo de batalla, abatiendo monstruos a diestra y siniestra.
El resto de los caballeros la seguían detrás, en formación.
«…Increíble. ¿Es humana?» — murmuró Fenrir, con los ojos muy abiertos por la sorpresa, deteniéndose en seco.
Agarré mis dos manos con fuerza por vergüenza.
Por favor, deja de usar mi nombre como grito de guerra.
«IMPACTO YUNO!»
Un grupo más grande de monstruos fue volado por un ‘Impacto Yuno’ de mi hermana.
«¿Acaba de decir ‘Impacto Yuno’?» — dijo Fenrir con entusiasmo.
¿Por qué reaccionó a eso de todas las cosas? Nadie más parecía haberse dado cuenta todavía.
«Fenrir-san. Allí.» — dije, señalando hacia donde estaban Athena y los demás mientras intentaba ocultar mi vergüenza.
Tal vez habiendo entendido lo que quería decir, Fenrir comenzó a moverse en esa dirección, aunque todavía observando a mi hermana.
Un poco más tarde, pude distinguir claramente a Athena y a los demás.
El Escudo Sagrado que había colocado seguía en pie. Parecía que había podido ayudarles con él, al menos un poco.
… Menos mal.
Pero, al mismo tiempo, me asaltó una sensación de nerviosismo.
Me pregunté qué tipo de reacción obtendría.
—La primera que se fijó en mí fue Alice.
«¿Yu—… —no…?»
Sus ojos azules se congelaron de par en par.
Mientras estaba ocupado preguntándome sobre el extraño comportamiento de Alice, Luna también me noto y se volvió hacia mí.
«…Fufu.»
Sonreía con su habitual sonrisa, pero parecía feliz.
Me di una palmadita en el pecho en señal de alivio al ver eso.
Y entonces—
«Yuno-san!»
Los ojos rojos de Athena comenzaron a llenarse de grandes lágrimas mientras corría hacia mí.
«…Hmm.»
Fenrir bajó su cuerpo para que yo pudiera bajarme bien.
«Gracias, Fenrir-san.» — susurré mientras me bajaba, y luego me acerqué a la diosa Athena.
Entonces, abracé a la diosa que había venido prácticamente volando hacia mí.
«Bienvenido! Gracias… Yuno-san!»
Un suave y dulce aroma.
«He vuelto… kami-sama.» — susurré.
«… Ah!»
Su cara se puso roja y se alejó de mí.
Probablemente yo tenía la misma expresión en mi cara.
‘…Tenemos mucho que discutir, pero tener la situación bajo control es la mayor prioridad ahora mismo’ era lo que pensaba cuando una fuerte ráfaga de viento me despeinó.
Esa presión que podía sentir viniendo de detrás de mí—
…me di cuenta incluso sin mirar. Mi hermana había llegado.
«Hermana, largo ti—»
«Yuno! Buen trabajo volviendo a salvo!»
Y entonces me abrazaron.
Pude notar que todos los presentes me miraban.
De hecho, mientras Athena me miraba era bastante obvio lo que había pasado justo antes, Luna, Alice, e incluso Kraim me miraban.
«U-Um, Hermana. Por favor, suéltame, esto es bastante embarazoso.» — dije, y mi hermana me soltó con pesar, volviéndose hacia Fenrir.
«…Yuno. ¿Quién es ese?»
Era una pregunta natural. Todos estaban en vilo debido a la estampida, y yo había llegado con un monstruo a cuestas. Tenía la obligación de explicarles.
«Un lobo que conocí en el bosque y que me trajo hasta aquí cuando estaba a punto de morir.» — dije, y la mirada de mi hermana volvió a dirigirse a Fenrir.
No debería haber nada extraño en mi explicación. Había mucha gente que tenía lobos como mascotas, y los lobos eran conocidos por ser criaturas bastante amistosas con los humanos en primer lugar.
«…Ya veo. Tiene un pelaje bastante bonito… para ser un lobo.»
Mi hermana se acercó a Fenrir y se agachó.
«…Gracias por salvar a Yuno.» — dijo, acariciando la cabeza de Fenrir.
Fenrir… no respondió.
«…Fuuu.»
Ahí se fue mi tensión.
Parecía que Fenrir había decidido escucharme.
«Hermana, ¿Podrías explicar la situación actual?» — le pregunté, intentando que dejara de acariciar a Fenrir.
«La estampida esta, bueno, como puedes ver. Todos han perdido repentinamente su liderazgo, como si hubieran vuelto en sí, y la mayoría ha salido corriendo hacia el bosque. En cuanto a su causa, es la bestia divina que es la deidad guardiana de este bosque… o al menos, eso es lo que nos han dicho.»
Era más o menos como había esperado. El problema era lo que iba a pasar después.
Mi hermana se levantó y se acercó lentamente a mí.
Su expresión, iluminada por la luz de la luna, se volvió oscura.
Podía adivinar lo que iba a decir a continuación.
«…Los caballeros reales han recibido la orden de someter a la bestia divina del bosque, Fenrir.» — me dijo con voz triste.